¿Tienes el síndrome de Calimero y la ves medio vacía, crees en los Reyes Magos y que se llenará por arte de magia, o te reinventas buscando alternativas para que el cliente pague por la percepción y no por el coste mismo?
El mono, cuando se bajó del árbol, lo primero que hizo fue hacerse calderero. O gerente…
Minusvalorar el trabajo ajeno —como has hecho en este caso, y no es la primera vez que lo haces— demuestra tu nulo, o escaso, conocimiento del mercado, lo que puede llegar a crear ambientes tóxicos y poco productivos.
Gestión o congestión del tiempo
Hoy hablaré de un tema muy en boga y que nos toca a todos en algún momento de nuestra vida: La Gestión del Tiempo.
La leyenda del pleno empleo… y otras criaturas mitológicas
Tras el saludo protocolario y los chascarrillos de rigor, alguien lanzó la bomba: “¿Y vosotros, cómo vais de trabajo?”. Silencio breve. Y después, la revelación: todos, de una u otra manera, estaban “ocupados”. ¿Pleno empleo? Pues eso parecía.
¿A quién contratarías como experto?
Robert Townsend definía al consultor como a una persona que te pide prestado tu reloj, te dice la hora que es y luego se guarda tu reloj junto con sus honorarios.
A colación del ejemplo, posibles definiciones “a vuela pluma” de los roles de moda existentes en el mercado en lo que se refiere a asesoría/consultoría
Paralelo lo más perpendicular posible (geometría euclídea para 1° de Primaria)
Hace alguna década tuve un jefe que luego se fue a la política. Importante reseñar que siempre fue un gran profesional y mejor persona: empático, humilde y absolutamente cercano, sin pensar en el puesto que ostentó u ostentaba en cada momento de su vida
Si siembras vagos o cultivas holgazanería, recogerás…
Porque seguro que lo has vivido: llega un trabajo urgente y hay que asignarlo. ¿Se le encarga al que está ya desbordado pero sabes que cumplirá sí o sí, o al que siempre encuentra una excusa y dilata cualquier tarea como los gases nobles, hasta que ocupa todo el tiempo posible
Tatuajejeje, dilata y otras modas corporales
Cuenta la leyenda que, años ha, los tatuajes eran similares a un código secreto no escrito (pero sí grabado a fuego en la piel), reservado para unos pocos
Reducción de costes o decrecimiento de las expectativas de vida empresarial
Hace alguna década me encargaron reestructurar una empresa, bastante pachucha, con Cifra de Negocio surrealistamente baja en comparación con la competencia y con resultados incluso aún más esperpénticos (casi pérdidas del 50% sobre la facturación).
Quiero sacar a mi empresa de su crisis. ¿Acudo a una consultora o lo hago internamente?
Es tan importante hacer los trabajos de consultoría que te pide el cliente como poder indicarle los que realmente necesita. Lo contrario sólo servirá para que se le suministren mamotretos empresariales infumables
Gym para estar en forma…pero de «botijo» (y II)
Sátira sobre el gimnasio como religión y ensalzamiebto de una vida de verdadera felicidad
Gym para estar en forma…pero de «botijo (I)
Como bien dice mi hermano,
con voz de compadre sincero:
«La cosa está que arde»,
más que el fierro.
Y yo declaro, sí,
estar en forma…
pero de botijo.
Dándose «el pisto», pero sin pisto (plato de la abuela)
Hace unos años, un colega quiso agasajarnos a otros tres por un trabajo en el que nuestra aportación altruista le había sido crucial. Y era tal su nivel de agradecimiento que nos invitó a un restaurante de postín y alta alcurnia
La indefensión ante el silencio del «iteuvero» (ITV)
Hace unos días llevé el coche a la ITV. Previo a ese gran encuentro anual (cual hemorragia de satisfacción, como ir al dentista), me surgió la duda de rigor: ¿lo llevo yo mismo?, ¿voy primero a un taller (si al final no pasa, me acuerdo de su madre) o le digo que me lo lleve él (seguro que me clava un buen dinero)?
¿Corres o haces «running»?
Resaltar que, aunque juego al fútbol amateur (mucho menos del que quisiera), sobre todo con viejunos y barrigones como yo, no me prodigo en otros menesteres como la carrera continua, el running, el footing, el correr o el jogging
Yo soy EGEBero (EGB)
De los que iban al cole a jornada partida y, yendo o viniendo, callejeábamos y nos daba tiempo a ir a “particular” o a actividades extraescolares.