Por Libre

Superados los cien días de mandato del flamante gobierno de esta nuestra villa marinera, ha llegado la hora de pedir cuentas a ‘la primera dama’, Doña Carmen Moriyón, a los suyos y a quienes sostienen este mandato de FORO Asturias, con o sin dimisiones de por medio, que bien parecieron más preparadas que la que practica un ‘metrosexual’ antes de poner un pie en la calle.

Pero dicho esto: ¿no es verdad que se respira un ambiente de paz y calma chicha desde el Natahoyo hasta las Puertas de Viesques (nada que ver con aquellas  de las Termópilas), como hacía tiempo no se daba? Ojalá dure el máximo tiempo posible, sin ser cenizo presagio de ninguna tormenta.

Con todo, han sido demasiados los que desde el primer día no han dudado en acometer contra los recién llegados. Esos mismos que azorraban, e incluso justificaban, todas las tropelías cometidas por la anterior alcaldesa y con un concejal de movilidad, que cuánto mejor nos hubiera resultado que en lugar de ‘moverse’ tanto, hubiera anclado sus posaderas a una silla del interior de su despacho, con una dieta de 40€ para afrontar la jornada.

La misma cantidad que nos cuesta movernos con estos calores, por nuestra dicharachera ciudad, en autobús. Que lo del Metrotrén se está haciendo de rogar más que ese pájaro de alta velocidad. Para pájaros algunos políticos de promesa fácil y moral dudosa.

Aunque muchos no han dudado desde el día cero, en azuzar sin miramientos a Doña Carmen. Son los mismos que cargados de sectarismo, justificaban e incluso apoyaban, todos los despropósitos, cometidos bajo el mando de la alcaldesa carbayona, con la misma inteligencia del Torrente de aquella película, el “Brazo Tonto de la Ley”, pero con menos inteligencia que algunos de sus fantásticos personajes ficticios.

Ya se sabe que Roma no se hizo en una hora (tampoco Zamora, mucho más pequeña que la imperial capital de Occidente y parte de Oriente), o si lo prefieren, seguro que conocerán aquel otro proverbio que rezaba, “Las cosas de palacio van despacio”, al que como corolario se le podría añadir, “despacio, pero seguras”. Divina la variante inglesa: “los molinos de los dioses muelen despacio, pero muelen fino”.

Es por todo lo anterior, que los playos hemos de tener aún más paciencia. No es sencillo, cuando por ejemplo te han destrozado tu calle, llevando a tantos negocios a la ruina, a base de martillo pilón. Pero resulta fundamental ese estoicismo del que carecía el gran Hristo Stoichkov, quien sí hacía honor a su nombre de pila, por los cristos que solía protagonizar con rivales y árbitros, pero que sí muestran y demuestran por ejemplo los vecinos de El Coto, con ese carril bici, del todo infrautilizado como cabía esperar, y que por su peligrosidad manifiesta, merecería ser bautizado como “Highway to Hell” o “Stairway To Heaven”, según el pelaje del alma de quienes han de vérselas con él, con más puntos ciegos que bancos tiene el Parque Fluvial.