Asturias Liberal > Aportaciones > En Defensa de la Verdad > 30 días de verdadero infarto para que Duro deje atrás su conflicto en Argelia: ¿Y si esta vez va en serio?

(Foto de portada: Eduardo Espinosa, Presidente Ejecutivo de Duro Felguera)

Después de más de una década de litigios, promesas truncadas y titulares preocupantes, Duro Felguera ha decidido mover ficha. La empresa asturiana ha firmado un acuerdo preliminar —de esos que suenan bien pero hay que leer con lupa— con la estatal argelina Sonelgaz para zanjar, por fin, su enrevesado conflicto por la central eléctrica de Djelfa, adjudicada allá por 2014 y, desde entonces, convertida en símbolo de desgaste, parálisis y frustración.

Para que esto llegue a buen puerto son necesarias algunas condiciones previas que deshojamos en este artículo. Una de ellas y no menor es que la visión positiva que el Sindicato de Accionistas Minoritarios (SAM) tiene ahora sobre este buen acuerdo se traduzca en el abandono de su anunciado ataque judicial a la empresa. Cuantos menos palos en las ruedas, mejor.

Y es que la fórmula elegida es elegante y aséptica: Duro cede el proyecto a la todopoderosa China Power Engineering, con GE Energy Products France como testigo técnico. El documento firmado es un memorándum de entendimiento —ese término tan diplomático que, traducido, significa “aún no hemos resuelto nada, pero tenemos muchas ganas”—.

En resumen: quedan 30 días de infarto para transformar la buena voluntad en acuerdos firmados y cifras reales.

1. ¿Una resolución amistosa?

Sí… pero ¿qué se resolvió exactamente?

El comunicado habla de “resolución definitiva y amistosa”. Suena esperanzador. Pero hay ausencias incómodas: no se detallan los términos del acuerdo, ni se menciona qué paga quién, qué reclama quién o quién sale ganando.

¿Es un apretón de manos con cierre financiero incluido o simplemente un compromiso de “no agresión” para evitar más arbitrajes?

2. Un mes de margen para atar cabos… si es que se atan

La letra pequeña dice que hay 30 días —ni uno más— para concretar lo que aún está en el aire: la cesión efectiva del contrato, el reparto de responsabilidades y la liquidación de todas las cuentas pendientes. Lo que podría ser la salvación definitiva aún no pasa de ser una tregua con fecha de caducidad.

3. El misterio del 50% ejecutado

En un primer momento, ni una palabra sobre cuánto se había avanzado ni cuánto se había cobrado. Pero ahora sabemos que la obra estaba al 50%, y que serían necesarios unos 140 millones más para acabarla. Una cifra que pone en perspectiva el tamaño del agujero… y también el mérito de haberse deshecho de él sin más sangre.

4. De la niebla al dato: 56 millones liberados

La cesión del contrato no solo evita seguir perdiendo dinero en abogados y técnicos: también libera 56 millones en avales que Sonelgaz estaba a punto de ejecutar. No es una victoria total, pero en los tiempos que corren, liberar lastre ya es avanzar.

Entonces… ¿qué significa esto de verdad?

Estamos, ni más ni menos, ante el fin del pleito más largo y costoso que arrastraba la compañía. Un conflicto que había obligado a reformular las cuentas, con pérdidas acumuladas de 100 millones y un patrimonio neto por debajo de cero. Su resolución no es solo un gesto: es una operación de reanimación contable en toda regla.

Pero no nos engañemos: la frase “esto cambia todo” aún no puede pronunciarse. Lo que hay sobre la mesa es una gran promesa y una esperanza razonable, pero no una garantía.

El conflicto que lo condicionaba todo

Este pleito con Sonelgaz ha sido la cadena más pesada al cuello de Duro Felguera. Un agujero internacional, un bloqueo financiero, una losa reputacional. Ahora que se aparta del camino, la compañía puede empezar a moverse sin el peso de la amenaza permanente.

El problema es que para caminar, hace falta músculo.

Y ahí entra la siguiente parte. Duro pide a SEPI ( o sea, al Estado) 45 millones para no colapsar. Cerrado —o casi— el capítulo argelino, la empresa lanza una petición clara a la SEPI: capitalización de la deuda convertible en acciones (valorada en 100 millones) y una inyección de 45 millones para poder pagar las nóminas de aquí a diciembre. No para crecer, ni para expandirse: para sobrevivir.

SEPI ya había prestado 120 millones a Duro Felguera, en su mayoría vía crédito participativo, que devenga intereses y que, de no mediar milagros, alcanzará los 150 millones en 2028. El margen de error es nulo. ¿Y si el Estado no actúa?

Si no hay respuesta desde el Gobierno, la alternativa tiene nombre y no es bonito: concurso de acreedores y liquidación ordenada de activos. Así de claro lo han dicho fuentes de la empresa.

Porque aunque la generación de caja mejora tímidamente, no es suficiente aún para garantizar estabilidad.Mientras tanto, hay contratos en el aire: la reconversión de una planta cementera en Omán y la esperada firma con Pemex para una planta de amoniaco en México. Pero todo eso depende de que se consolide el rescate y se despeje el horizonte financiero.

¿Qué gana y qué arriesga Duro?

Luces:

Rompe con el pasado más tóxico de su historia reciente.Evita pérdidas adicionales y libera garantías. Limpia su balance y gana tiempo para ejecutar su plan industrial.

Sombras:

Pierde definitivamente un contrato estratégico sin retorno claro de inversión.Todo depende ahora del respaldo del Estado. Si el acuerdo con Argelia se cae en el último minuto, vuelve la pesadilla.

Duro Felguera es mucho más que una empresa

Esto no va solo de cifras ni de tecnicismos legales. Duro Felguera es una referencia en Asturias, un símbolo de la ingeniería industrial española. Genera cientos de empleos directos, tiene décadas de historia y su caída sería una tragedia industrial y emocional para toda la región.

En resumen: el momento de la verdad

Duro Felguera ha cerrado —o casi— el capítulo más oscuro de su historia. Ha pactado con su mayor enemigo, ha sacado la cabeza del barro, y ahora necesita que el Estado le tienda la mano. No hablamos de una empresa cualquiera. Hablamos de una pieza clave del tejido industrial asturiano. Asturias no puede permitirse el lujo de dejarla caer. Pero tampoco puede aceptar que se convierta en una muleta perpetua para burócratas sin plan, ni en una excusa para la nacionalización encubierta.

Quedan 30 días. Si se firma, si SEPI actúa, si se consolidan los contratos pendientes… entonces podremos decir que Duro Felguera ha vuelto.Si no, al menos lo intentó con dignidad.

ENLACES RELACIONADOS:

1. Acuerdo de Argelia https://www.elcomercio.es/economia/empresas/acuerdo-duro-felguera-sonelgaz-central-argelia-djelfa-20250416091659-nt.html

    2. Posición del SAM https://www.europapress.es/economia/noticia-minoritarios-duro-felguera-celebran-cesion-proyecto-djelfa-argelia-compania-china-20250417135217.html

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