
Cuando estalló el caso Cerredo, Adrián Barbón despidió a Belarmina Díaz con un abrazo más emotivo que explicativo. Ni una palabra sobre su posible responsabilidad en la concesión de licencias mineras, ni una sombra de autocrítica institucional. Solo gestos, flores y silencio. Pero si alguien pensaba que su retirada era el final de la historia, se equivocaba: su amiga sigue en juego, esta vez a través del tablero de su marido, Rafael Murillo Quirós. Porque aquí, cuando una ficha cae, otra ya está colocada en la casilla siguiente.

Corría 1995
Y Murillo ya estaba dentro de Duro Felguera. Para 2011, apoderado. Para 2013, firmando contratos de 17 millones de dólares con Argenis Chávez, hermano de Hugo, en Caracas. Porque cuando uno tiene el don, no negocia con cualquiera: negocia con dictaduras petroleras. El contrato era para compresores de gas y barcazas eléctricas en el estado Vargas, pero a juzgar por los resultados, la única electricidad que fluyó fue la de las comisiones.
En 2016
Murillo da un salto: de alto cargo empresarial a doctor exprés en minería y geotermia, con tesis dirigida, como quien no quiere la cosa, por su esposa, la profesora y futura directora general Belarmina Díaz. Dos años después, se recicla como consultor y lanza Ogwe Consulting, empresa tan discreta que su oficina acabó cerrada y su web parece hecha por un becario con jet lag.
2017
Belarmina asciende. De profesora a jefa de Energía y Minería del Principado. Casualmente, las energías empiezan a fluir hacia Ogwe.2018: primer contrato público. Calderilla: 4.200 €. Un gesto, una ofrenda.
2021
La cosa ya va en serio. 60.984 €, contrato negociado sin publicidad. Después, 105.600 € más de HUNOSA, esa entrañable empresa pública a la que los asturianos mantenemos como quien cuida a una vaca sagrada que da leche… y contratos.
El informe técnico justificó adjudicarle el contrato porque solo presentaron un currículum, lo que —¡sorpresa!— fue considerado “una ventaja”. Claro: así no hay que leer tantos.
2023
otro bocado. 110.400 € por asesorar sobre la central de La Pereda. Total acumulado: 276.984 €. Un milagro si consideramos que Ogwe solo tiene un cliente, una web muda y una sede cerrada.2024-2025: La Audiencia Nacional llama a Murillo como testigo de un presunto escándalo internacional de sobornos. El juez quiere saber cómo una empresa asturiana acabó pagando comisiones por valor de 105 millones de dólares a través de empresas pantalla para “facilitar” contratos con la Venezuela de Chávez. Lo dicho: talento.
Implicaciones: la política como chiringuito blindado
El caso Murillo no es solo un ejemplo de astucia personal: es el síntoma de una enfermedad institucional. Porque la picaresca individual, como el moho, siempre va a existir. Lo escandaloso es que las instituciones públicas, especialmente los partidos, no solo no tengan barreras contra estos perfiles… sino que los acojan como en casa y les sirvan café.
En Asturias, esa debilidad estructural tiene nombre propio: PSOE. Lleva décadas en el poder con el aire de quien cree que el Principado es una herencia y no un encargo. Mucha palabrería de lo social, mucha bandera del bienestar, pero a la hora de la verdad, la gestión se reduce a blindar chiringuitos, pagar favores, y envolverlo todo en discurso hueco. Ni eficacia, ni transparencia, ni un gramo de vergüenza.
Hace falta un giro radical. No basta con cambiar nombres o siglas: hay que desmontar la arquitectura del enchufe, la cultura del “tú mete la empresa, que ya te llamamos”.
Asturias necesita menos retórica y más control. Menos clientelismo y más servicio público. Y menos políticos que abren la puerta al pícaro con una sonrisa, porque al final, la factura la pagamos todos.
FUENTES:

Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED