Asturias Liberal > España > Sabotaje, cable y humo: la coartada de Óscar Puente descarrila

No hay nada más eficaz que una buena excusa si se repite con voz firme y cara seria. El Ministerio de Transportes lleva meses embarrado en una cadena de desastres ferroviarios y, en lugar de reparar los trenes, prefiere reconstruir el relato.

Óscar Puente, ministro de verbo suelto, modales agrestes y escasa humildad, ha convertido el sabotaje en su nuevo comodín político.

Cada vez que algo revienta en la red ferroviaria española —y últimamente revienta con frecuencia quirúrgica— aparece el ministro blandiendo su hipótesis favorita: que alguien, en la sombra, quiere hacerle daño al Gobierno.

El problema es que la realidad y la Guardia Civil no parecen estar de acuerdo.

Cronología de un colapso en diferido:

Verano de 2023. La ampliación de Chamartín desata el caos. Trenes retrasados, miles de viajeros atrapados y cero explicaciones útiles. Puente, lejos de pedir disculpas, declara que “el tren vive el mejor momento de su historia”. Y se queda tan ancho.

Agosto de 2023. Un tren descarrila en Sants (Barcelona). El responsable de Adif es cesado, pero el modelo de gestión sigue igual: más política, menos técnica.

Octubre de 2023. Un convoy sin pasajeros, que remolcaba otro averiado, se queda sin control en el túnel entre Chamartín y Atocha. La unidad desenganchada recorre varios kilómetros hasta volcar. El domingo de autos deja 25.000 afectados. Al día siguiente, 30 trenes suspendidos. Y silencio administrativo.

1 de enero de 2025. Año nuevo, problema viejo: una avería informática paraliza los trenes Talgo Avril, afecta a 14.000 personas y desangra media España ferroviaria.

2 de enero de 2025. Recién restablecido el servicio, otro fallo en los sistemas de señalización del corredor Madrid-Barcelona vuelve a hundir la movilidad.

22 de abril. La línea Madrid-Asturias pierde tensión de forma repentina. Diez trenes atrapados. Puente apunta a una sobrecarga por renovables. Sí, renovables.

Última semana de abril. Robo de 150 metros de cable en Toledo. 10.700 pasajeros afectados. El ministro habla de “acto de grave sabotaje”. La Guardia Civil, mientras tanto, investiga un caso de delincuencia común.

Ahora bien, vayamos caso por caso

Porque si algo merece este sainete es una disección metódica.

Sabotaje 1: El cobre de Toledo.

Puente lo presenta como ataque premeditado, un disparo dirigido al corazón del Estado. “Si es un robo, hablamos de mil euros, pero los daños son terribles”, dice. Parece razonable… hasta que la Guardia Civil señala que es la misma metodología usada en cientos de robos anteriores: cable cortado, extraído, enrollado y transportado. Banda especializada. Delincuencia común. Sabotaje descartado —salvo para Puente en X.

Sabotaje 2: Rodalies (2023)

Mismo guion. Robo de cable, Puente habla de sabotaje. Resultado: Mossos detienen a delincuentes reincidentes.

El sabotaje, otra vez, era un delito común. Con antecedentes. Con logística. Con destino en China, donde acaba buena parte del cobre robado.

Sabotaje 3: El Talgo Avril

Casi 900 incidencias en pocos meses, trenes entregados con dos años de retraso. Puente apunta al fabricante: falta de calidad. Pero obvia que el diseño y aprobación del modelo fue responsabilidad compartida entre Talgo y su propio ministerio.

Culpar a la herramienta mientras se ignora al operario.

Sabotaje 4: Las Cercanías

En Cataluña, una avería grave cada 2,5 días. 25% del parque móvil fuera de servicio. 109 escaleras y ascensores inoperativos.

En Madrid, 1.044 incidencias en 2024, un 40% más que el año anterior.

El ministro responde con una sonrisa y la palabra mágica: sabotaje

Sabotaje 5: Las renovables

La línea se cae, literalmente, y Puente, desesperado, señala con el dedo… al sol. O al viento. O a la fotovoltaica. Cntrasentido en un militante defensor de Pedro Sánchez y su cruzada ecofanática. Lo importante es tener un enemigo exótico, que no pueda defenderse en ruedas de prensa.

Conclusión:

El sabotaje de Puente es un acto reflejo. Una construcción política. No importa que la Guardia Civil hable de redes criminales. No importa que las cifras digan que los robos de cobre se han duplicado en cuatro años (4.433 en 2024 frente a 2.365 en 2021). No importa que haya 987 detenidos solo el último año.

Lo que importa es desviar la atención. El sabotaje es útil porque suena a película, y una buena película distrae de una mala gestión.La red ferroviaria española no está siendo saboteada: está siendo abandonada.

Por técnicos desplazados, decisiones erráticas y un ministro más preocupado por el relato que por la vía. Lo que se descarrila en este país no son los trenes, sino la responsabilidad.Y eso, señor Puente, no lo arregla con un tuit.

Y no lo duden, Pedro Sánchez de fondo.

ENLACES RELACIONADOS:

https://www.lavanguardia.com/vida/20250505/10645574/oscar-puente-sobre-sabotaje-lineas-alta-velocidad-hacia-sabia-hacia.html

https://www.eldebate.com/economia/20250507/oscar-puente-afirmo-hace-ano-robo-cable-sabotaje-pese-luego-no-demostro_294101.html

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