
Índice de epígrafes
1. El aval del Constitucional: una “magnífica noticia” para Sánchez
2. Boye: de condenado por terrorismo a arquitecto de la ley
3. Un Tribunal Constitucional al servicio del momento
4. No es política de Estado: es poder por el poder
5. El principio de igualdad, dinamitado
6. La advertencia de Gustavo Bueno
7. Puigdemont, última pieza por resolver
El aval del Constitucional: una “magnífica noticia” para Sánchez
La noticia ya es oficial: el Tribunal Constitucional, con una ajustada mayoría de seis a cuatro, ha avalado la controvertida Ley de Amnistía promovida por el Gobierno de Pedro Sánchez.
La norma, pieza central de los pactos que permitieron su investidura tras las elecciones de 2023, borra jurídicamente los delitos del procés y allana el regreso del fugado Carles Puigdemont a la política española.
Mientras Pedro Sánchez celebra lo que define como “una magnífica noticia para la convivencia”, lo que realmente se ha consagrado es una estrategia de poder pura y dura: la legalización de un pacto político redactado por los propios beneficiarios de la amnistía.
Boye: de condenado por terrorismo a arquitecto de la ley

Sí: es exactamente eso. La ley no la escribió el Estado. La ley la escribió Carles Puigdemont, y la afinó, párrafo a párrafo, su abogado Gonzalo Boye, que no solo defendió su constitucionalidad en sede parlamentaria, sino que fue uno de sus principales negociadores técnicos.
No se trata de una metáfora: Boye participó activamente en la redacción de la ley, y exigió incluso que incluyera la situación jurídica de su cliente. El Congreso simplemente ofició de imprenta.
Y ahí está el problema. No hablamos de un jurista cualquiera.
- -Hablamos de un exconvicto condenado por colaborar con ETA en el secuestro de Emiliano Revilla.
- -Hablamos de un antiguo miembro del MIR chileno, que pasó de ser preso en la cárcel de Alcalá-Meco a estratega jurídico del independentismo catalán.
- -Hablamos de un encausado por la Audiencia Nacional por blanqueo de capitales en el juicio del narcotraficante Sito Miñanco.
Boye representa, más que ningún otro actor, la anomalía de este proceso: quien fue condenado por actuar contra España, hoy legisla —de facto— para desarticularla.
Un Tribunal Constitucional al servicio del momento
¿Y el Tribunal Constitucional? Ha pasado de ser garante de la unidad legal y constitucional del Estado a escenógrafo de una transacción política. Conde-Pumpido y su mayoría han preferido el equilibrio gubernamental a la coherencia institucional. Lo que han avalado no es una ley neutral: es una ley redactada desde el independentismo, para el independentismo, contra el marco constitucional común que nos iguala a todos.
El mismo tribunal que en 2017 sostuvo el orden frente al golpe ahora se pliega al guion del poder coyuntural.
No es política de Estado: es poder por el poder a costa de todos
Porque no nos engañemos: la amnistía no es una política de Estado, sino una estrategia de supervivencia personal. Sánchez, que prometió que jamás habría amnistía, que dijo que no pactaría con Puigdemont ni con Bildu, ha demostrado que todo lo que se dice se puede borrar si eso garantiza otros cuatro años de coche oficial.
Se firmó la ley para seguir anclado en La Moncloa, no para reconciliar. Para blindar votos, no para cerrar heridas. Es una transacción de impunidad a cambio de poder, ejecutada con la rúbrica de quien está hoy imputado por corrupción y mañana puede volver a la mesa de negociación.
El principio de igualdad, dinamitado
Pero más allá del ruido político hay una fractura más honda: la ruptura del principio de igualdad entre los españoles, ese valor tan obvio que ya ni se menciona.
Esta ley otorga privilegios judiciales a una parte del país en contra del resto. No une: separa. No repara: fractura.
Pretende romper la idea misma de España como comunidad de ciudadanos iguales ante la ley, y lo hace desde una legalidad forzada que toma la Constitución como plastilina al servicio de una mayoría parlamentaria puntual.
La advertencia de Gustavo Bueno

Frente a ese relativismo legalista, conviene recordar —con Gustavo Bueno— que la constitución de España no es un acto notarial, ni una ley entre otras, ni siquiera un texto firmado por jefe de Estado alguno en algún determinado momento histórico.
España ya estaba constituida antes que cualquier norma, y ninguna legislación circunstancial puede fundarla o disolverla. Las leyes, incluso las que salen del Parlamento, no son omnipotentes. Ni definen la Nación, ni pueden abolirla con mayoría simple.
Puigdemont, última pieza por resolver
¿Y ahora qué? Queda por ver si el Tribunal Supremo se pliega o no. La clave es Puigdemont. El Supremo ya dejó claro que no aplicará la amnistía en casos de malversación agravada.
- -Si mantiene ese criterio, el regreso del expresidente catalán seguirá en el aire y el choque.
- -Si cede, será la certificación definitiva: la ley habrá sido escrita, aplicada y refrendada por sus propios destinatarios, con el Estado como comparsa.
Y con Boye, de redactor jefe.
ENLACES RELACIONADOS:
1. El Tribunal Constitucional avala la ley de amnistía
El Constitucional aprueba por seis votos contra cuatro la Ley de Amnistía diseñada para borrar los delitos del procés. El presidente Sánchez la celebra como «una magnífica noticia para España», mientras la oposición denuncia una “autoamnistía”.
2. La influencia de Boye marca la negociación de la amnistía
Un artículo de Diari ARA destaca a Gonzalo Boye como “artífice” de la ley, uno de los principales negociadores técnicos, clave para redactar el texto pactado entre el independentismo catalán y el Gobierno.
https://es.ara.cat/politica/influencia-boye-marca-negociacion-amnistia_1_4927981.html
3. El oscuro pasado del abogado Boye: condenado por ETA
El Confidencial repasa el historial de Gonzalo Boye, condenado en 1996 por colaboración en el secuestro de Emiliano Revilla por parte de ETA, donde se examinó su trayectoria criminal previa a su carrera jurídica.
https://www.elconfidencial.com/espana/2019-10-21/boye-secuestro-eta-sito-minanco-registro_2292459/
4. “La Constitución es un proceso ontológico anterior a cualquier ley” (Gustavo Bueno)
Este ensayo filosófico subraya que ninguna ley, por circunstancial que sea, puede definir o romper la unidad de España: la Nación precede a cualquier marco jurídico formal.
https://filosofia.org/rev/bas/bas22403.htm
5. El Supremo no aplica la amnistía a Puigdemont y abre la vía al Constitucional
El Tribunal Supremo confirma que no amnistiará a Puigdemont por malversación, argumentando que la ley excluye delitos con beneficio económico. Esto permite que su defensa recurra ante el Constitucional.

Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED