
(Foto de portada: Ángel Escribano, presidente de Indra, recibe a Adrián Barbón en Madrid)
Asturias, laboratorio del nuevo intervencionismo
Nadie ha anunciado una nacionalización. No se ha publicado ningún decreto ni se ha izado bandera alguna en las azoteas de Duro Felguera. Pero si uno mira con atención lo que ocurre en la industria asturiana —con nombres como Duro, Imasa o Santa Bárbara— empieza a vislumbrar lo que en tiempos menos sutiles se habría llamado estatismo rampante. Ahora lleva traje, se disfraza de “reestructuración” y sonríe desde los despachos de Indra.
La Asturias industrial, la que levantó centrales térmicas, turbinas y trenes de laminación, asiste hoy a un fenómeno que es menos épico y más meticuloso: una toma de posiciones progresiva por parte del Estado, canalizada a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) o, en versión más sofisticada, mediante Indra, que empieza a ser con la SEPI una sola voz, la de su amo.
El pretexto parece impecable: ayudar a reflotar empresas con problemas financieros, modernizar capacidades estratégicas y reforzar la industria de defensa. Todo con la pandemia como excusa tardía y la guerra de Ucrania como justificación renovada. Un plan brillante, si no fuera porque el resultado es un sector cada vez más controlado desde Moncloa y cada vez menos ligado al territorio que lo vio nacer.
Duro e Imasa: el poder entra por la puerta de atrás
La historia de Duro Felguera es ya de manual. Después de una década deslizándose por el abismo financiero, en 2021 recibió un rescate de la SEPI de 120 millones de euros. Una ayuda que venía con letra pequeña: entrada del Estado en el accionariado, supervisión y un asiento bien mullido en el consejo de administración. Duro dejó de ser del todo libre. Y ahora, tras desbloquear 100 millones en Argelia por un contencioso largamente enquistado, se ve con fuerza para renegociar… pero el Estado ya está dentro.
El caso de Imasa sigue el mismo guion, aunque con menos focos. En preconcurso de acreedores, reconoce en su comunicado que busca “un inversor estratégico” mientras renegocia su deuda. ¿Quién es el principal acreedor? Efectivamente, la SEPI, otra vez. Las cifras bailan entre los 30 y 40 millones. La ingeniería de Llanera, especializada en proyectos llave en mano, se convierte así en otro peón en el tablero madrileño. Cada paso que da la aleja un poco más de su control local.
Santa Bárbara: una operación innecesaria y peligrosa
Pero si hay un caso que desnuda el verdadero rostro del nuevo intervencionismo, es el de Santa Bárbara Sistemas.
La compañía, que fue privatizada en 2001 por el gobierno de José María Aznar cuando se encontraba en estado ruinoso, renació bajo el paraguas del gigante estadounidense General Dynamics European Land Systems (GDELS). Hoy, Santa Bárbara no solo está saneada, sino que es la quinta empresa del sector defensa en España, con 294 millones en ventas anuales y una plantilla de 1.100 trabajadores repartidos entre Trubia, Alcalá de Guadaíra, Córdoba y Madrid.
Participa en el proyecto del blindado 8×8 Dragón, fabricando componentes críticos como el tren de rodadura, dirección, frenos y arquitectura eléctrica. Es decir, no necesita ser salvada. Pero eso no ha impedido que Indra —con Ángel Escribano al frente y la SEPI como socio mayoritario— haya intentado comprarla. Incluso se llegó a hablar de “renacionalizarla”.
¿La razón esgrimida? Crear un “campeón nacional de defensa”, a imagen de lo que tienen Francia o Alemania. ¿La verdadera motivación? Reforzar electoralmente al PSOE en Andalucía, donde trasladar parte de la producción y la imagen de “reindustrialización” puede valer votos. Y si para eso hay que desmantelar Trubia, se desmantela. Total, Asturias ya no protesta.
Todo esto se hace con una cortina de humo tan eficaz como cínica: el corredor llamado de La Carisa, presentado como gran apuesta logística para la región. Mientras se debate su trazado en tertulias locales, las fábricas se vacían en silencio.
Pero el plan de un gigante estatal de Defensa se resquebraja: General Dynamics veta la compra de Santa Bárbara por Indra y el PNV bloquea la entrada de esta misma en ITP Aero.
El PNV sabe lo que necesita, mientras que Adrián Barbón observa desde la barrera. O peor aún, desde el palco de invitados.
Asturias, entre la palmada y la irrelevancia

La escena es reveladora: Barbón, acompañado por David González ( director de la Agencia Sekuens, visitó a Ángel Escribano, presidente de Indra, hace apenas una semana. No fue a pedir inversiones ni a exigir compromisos industriales. Fue a implorar una palmada en la espalda que pueda vender como logro en clave interna. A cambio, ya suena el nombre de David González, como próximo Viceconsejero de Industria del Principado. “Mira, Escribano”, parece decir Barbón, “te traigo a David para que le digas cómo hacer las cosas en Asturias para facilitarte el chiringuito”. El premio para el dócil. (Ver el imprescindible artículo de Álvarez-Cascos sobre este chiringuito).
(NOTA: Se sabe ya, tras la redacción de este artículo, quién será el nuevo Viceconsejero de Industria. Será Juan Carlos Campo, hombre vinculado a la I+D+i.)
Escribano, que no es tonto, sabe que Barbón necesita un gesto. Y como amigo directo de Pedro Sánchez, puede permitirse jugar al poder desde el confort. Asturias, mientras tanto, pierde músculo industrial, capacidad de decisión y orgullo. Lo cambia todo por una foto.
La intervención no es ya económica, es cultural
Una comunidad que acepta sin rechistar que la saquen del mapa productivo y le vendan humo logístico a cambio. Y un presidente autonómico que ve en cada concesión una oportunidad de supervivencia interna, no un atentado a su tierra.
Porque a corto plazo, Barbón podrá presentar acuerdos, inversiones, promesas. A largo, Asturias se quedará sin empresas propias, sin capacidad de mando y sin relato industrial. Pero eso será dentro de unos años. Y en política, ya se sabe, el largo plazo es problema del siguiente.
ENLACES RELACIONADOS:
- El rescate de Duro Felguera por la SEPI y la intervención de la SEPI en Imasa
En marzo de 2021, el Gobierno aprobó una ayuda de 120 millones de euros a Duro Felguera a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, gestionado por la SEPI. Fue una intervención directa para evitar su colapso tras años de crisis financiera.
https://www.lne.es/llanera/2025/04/22/ingenieria-asturiana-imasa-busca-socio-116592853.html
- La privatización de Santa Bárbara por el Gobierno de Aznar
En julio de 2001, el Ejecutivo de José María Aznar privatizó la Empresa Nacional Santa Bárbara, hasta entonces en situación ruinosa. La compradora fue General Dynamics, que con el tiempo convirtió a la compañía en un actor industrial fuerte y competitivo.
https://www.elradar.es/empresa-nacional-santa-barbara-historia-de-una-privatizacion/
- Indra confirma su interés en Santa Bárbara
En marzo de 2025, Ángel Escribano, presidente de Indra, confirmó públicamente el interés de la empresa —con participación estatal— en adquirir Santa Bárbara Sistemas, a pesar de su solvencia, como parte de una estrategia para “reagrupar capacidades” bajo el paraguas nacional de defensa.
Debajo, enlace a la noticia de la resistencia de General Dynamics y del gobierno vasco a las maniobras de Indra
- Visita de Adrián Barbón al presidente de Indra
El 9 de abril de 2025, el presidente del Principado, Adrián Barbón, se reunió con Ángel Escribano en la sede de Indra. La visita sirvió para escenificar una supuesta sintonía estratégica entre el gobierno asturiano y la compañía, en un momento clave para el futuro industrial de la región.
https://www.lne.es/asturias/2025/04/10/barbon-visita-presidente-indra-analizar-100082197.html
5. Duro Felguera mejora su posición con los fondos desbloqueados en Argelia

Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED