
(Foto de portada: manifestación del 1 de mayo de 2024 con Teresa Ribera en cabeza)
Mañana es 1 de mayo y como es tradicional en estas fechas, los sindicatos “de clase” organizan manifestaciones para reivindicar cosas, a mi entender algunas de lo más sectario que pudiera haber, ya que refuerzan las tesis e intenciones del actual poder político, cuando la misión de cualquier sindicato debería ser un ente incómodo y contestatario al que manda.
Vamos a hacer un repaso de la cosa
Lo primero que me rechina es que los sindicatos sean “de clase”. ¿por qué tienen que meter a la gente en una “clase”? ¿Quién decide que se sea de clase media, de clase obrera o de cualquiera otra? ¿y para qué?
La respuesta, a fuer de evidente, es lamentable. Meten a la gente en “clases” para luego poder enfrentarlas ideológicamente, y así generan el clima de conflicto que es de lo que vive el sindicato, de la trasnochada y decimonónica “lucha de clases”. Así, si uno es obrero, asumiendo la idea de que un obrero es alguien que trabaja por un salario, se genera la imagen de que el “rico”, el empresario, es el enemigo, cuando lo cierto y verdad es que obrero y empresario deben ser socios y aliados, uno pone el trabajo y el otro el dinero, para que ambos puedan vivir y prosperar en justicia.
Más del 90% de las empresas españolas son pymes y micro pymes, y lo más habitual es que el empresario trabaje codo con codo con sus empleados, a veces apretándose él el cinturón para poder pagar los salarios, y sus impuestos asociados. Pero a los sindicatos les encanta la figura del empresario del Monopoly, con chistera, barriga gorda y puro habano, porque encaja mejor en su lamentable esquema mental de “lucha obrera”.
Si quieren luchar porque los trabajadores tengan un salario más digno ¿por qué debe ser la empresa la que pague más? ¿no sería más razonable una reducción de los impuestos asociados al salario, unida a una mejor gestión y mas eficiente de los mismos?
Deben de pensar que los billetes a la empresa le brotan en los bolsillos, y sin embargo el Estado puede tragarlos como un pozo sin fondo. ¿No será un desconocimiento interesado de cómo funciona la economía?
Representación inflada
Otra cosa también llamativa es que los sindicatos se declaran de izquierdas, como regla general, sin ningún rebozo ni disimulo, pero luego representan a todos los trabajadores en las mesas de negociación de convenios, ante el gobierno, ante las organizaciones empresariales, etc.
Si nos atenemos a los resultados históricos de las elecciones generales al parlamento español, incluso al autonómico asturiano, aproximadamente la mitad de los votantes tienen una sensibilidad de izquierda, y la otra mitad de derecha, por lo que hay que asumir que lo mismo ocurre entre los trabajadores, que habrá mitad y mitad rojos y azules
¿Qué pasa con los trabajadores que no sean de izquierdas? ¿Quién los representa? En muchos casos esos trabajadores no les han elegido de ninguna manera, ni votado en ninguna urna. Como mucho deberían representar a sus afiliados, que voluntariamente pagan una cuota y expresan su consentimiento expreso a ser representados, pero ¿y el resto de trabajadores? ¿porqué hablan en su nombre? ¿con qué derecho?
Vida subvencionada
Otra cosa, ya que hablamos de cuotas. Para mí el único sindicato de trabajadores digno de tal nombre es la CNT, que tiene el valor de vivir, sin subvenciones, de las cuotas de sus afiliados. Los demás no dejan de ser paniaguados del poder, porque quien paga, manda. Y si están pagados por el gobierno, en algunos casos millonariamente, ¿a quien van a obedecer? Desde luego ni a los trabajadores, ni a los obreros, ni siquiera a los afiliados.
En este país han pasado muchas cosas en los últimos años, y sin embargo llevamos 13 años sin una huelga general. ¿en serio no ha habido nada digno de una protesta?
Desde la reforma laboral del gobierno Rajoy, se ve que todo se ha hecho perfectamente de acuerdo con los sindicatos, que ni “gurgutan”.
La “calidad democrática” de la que gozan se ve al comprobar que solo son dignos de protesta los gobiernos de derechas. Mientras tanto los trabajadores sufrimos año tras año la reducción de nuestro poder adquisitivo sin atisbo de contestación por su parte.

Aquí les muestro el cartel para la convocatoria de mañana que han puesto en mi lugar de trabajo. Muestra de lo que les explico es que el cartel está redactado (más o menos) en bable, para reforzar las últimas políticas socialistas que indicen en la cooficialidad del asturiano, y así matan dos pájaros del mismo tiro, humillándose ante el poder que los subvenciona y generando conflicto nuevamente entre dos categorías, los que lo hablan y los que no.
Nuevamente un alarde de demagogia para incultos o sectarios, al dibujar en la silueta del avión a países y organizaciones que ni siquiera han sido coexistentes en el tiempo.
La Alemania Nazi aparece en 1933 y desaparece en 1945, cuando aún no existía la OTAN, ni el Estado de Israel. Y mucho menos la Unión Europea, mucho más reciente.
Pero al dibujar sus banderas todas juntas, las igualan al fascismo a todas. Una de sus palabras fetiche, “fascista”, que ni saben lo que significa realmente, porque ahora cualquiera que no comparta su ideario, es fascista. Sin más justificación. “O eres de los míos, o eres facha”.
Tampoco quiero ser injusto, y aunque sé que a muchos sindicalistas les pareceré un “facha” (según lo descrito en el párrafo anterior, no se les puede privar de ese placer), yo no les llamaré a todos “come gambas”.
Estoy seguro que hay algunos sindicalistas que piensan y trabajan con honradez, defendiendo su parcela y lo que creen que es justo, pero desde mi perspectiva, no son la mayoría, por desgracia. Mas bien, excepción.
Y por cierto, me desempeño profesionalmente como Trabajador obrero

Padre de familia, contribuyente como ciudadano de Europa, España, Asturias y Avilés
No adscrito a ningún grupo político, pero crítico de todos ellos.
Me gusta mi país y creo que aún podría ser mejor.