(Foto de portada: Adrián Barbón abraza a Belarmina Díaz tras comunicar ésta su dimisión en la Junta General)
¿Dónde está Barbón? La pregunta ya no se refiere solo a una protesta puntual. Se ha convertido en una constante cuando estalla una crisis.
Y esta, la de Cerredo, no es una más. Es la que ha convertido las omisiones en cráter, las negligencias en cadáveres, y las responsabilidades políticas en una montaña que ya no se puede tapar con más carbón.
El presidente del Principado se ha especializado en el arte del escapismo institucional: cuando la tierra tiembla, él está lejos. A veces físicamente. Otras, como ahora, políticamente: escondido tras sus consejeros, sus portavoces o sus relatos.
Pero el caso de la mina de Cerredo lo ha alcanzado de lleno. Porque Cerredo no es solo el nombre de una explotación minera. Es el nombre de un encadenamiento fatal de irresponsabilidades. Es la suma de documentos visados por quien no debía, de licencias concedidas a quien no podía, de inspecciones que no inspeccionan y de políticos que dimiten para salvar a otros que no quieren ni comparecer.
Es, sobre todo, el reflejo de una forma de gobernar que combina el relato con la desidia y la propaganda con la puerta giratoria.
El hilo de las negligencias
Todo comenzó, o al menos se agravó, en agosto de 2022:
Un camión cargado de carbón volcó dentro de la mina de Cerredo. Un trabajador murió. Otro resultó gravemente herido. En ese momento, la mina estaba gestionada por Combustibles Asturiana y Leonesa (Combayt). Ya entonces, un informe de la propia Consejería apuntó a que se estaba extrayendo carbón en una zona no autorizada. Se pidió sanción. Hubo silencio. No se inhabilitó a nadie. Se permitió que la dirección técnica siguiera intacta. El nombre del director facultativo era el mismo que dos años después firmaría otro documento decisivo: José Antonio Fernández Casillas.
Poco antes, en marzo de 2022:
Nacía una empresa de capital mínimo, sin trayectoria, sin estructura visible y con un administrador de apellido conocido: Blue Solving SL, con 3.000 euros de capital y dirigida por Adrián Rodríguez, hijo del empresario José Manuel Rodríguez Morán, a su vez pendiente de juicio por una causa mayor: el hallazgo de 400 kilos de cocaína en un cargamento de carbón vegetal procedente de sus empresas.La concesión minera, sin embargo, pasó sin objeción a esa nueva sociedad, que —según su propia memoria técnica— formaba parte del mismo grupo empresarial que Combayt.
Es decir: misma mina, mismo técnico, misma red de intereses. Pero distinto CIF. Suficiente para la Dirección General de Minas.
En junio de 2024:
Blue Solving presenta un Proyecto de Investigación Complementario para seguir extrayendo carbón en Cerredo. El documento consta de 66 páginas. Doce de ellas son páginas en blanco. Otras, copias literales de documentos de empresas anteriores. No hay pruebas de laboratorio, ni estudios de ventilación, ni cálculos técnicos relevantes. Pero se firma. Por supuesto. ¿Quién lo firma? El mismo de siempre: Fernández Casillas. ¿Y quién lo visa en el Colegio de Ingenieros Técnicos de Minas? También él. ¿Cómo? Porque además de autor, es secretario del Colegio. El documento entra en el registro el 5 de junio.
El 8 de julio de 2024:
Belarmina Díaz, entonces directora general de Minas, lo aprueba. Ni una observación. Ni un pero. La actividad podía iniciarse… aunque faltaba el plan de labores, obligatorio. No importó.
El 31 de marzo de 2025, la tragedia:
Explosión de grisú. Cinco trabajadores muertos. Varios heridos. Se descubre que la actividad se realizaba en otro nivel del autorizado. Sin plan de labores. Sin cobertura legal.
Lo que se sospechaba en 2022 se confirma en 2025:
La mina estaba siendo explotada al margen de la ley con la cobertura del Principado.
Casillas: el ingeniero que se firmaba a sí mismo
Lo de José Antonio Fernández Casillas no es una anécdota. Es un síntoma. Lleva tres décadas en la minería asturiana.
-Director facultativo desde 1993. Fue el técnico de Combayt.
-Luego el de Blue Solving. Autor de los proyectos, firmante de los informes, garante de la seguridad.
-Y también secretario del Colegio que debía visar sus propios documentos.
En cualquier otro sector o lugar esto generaría una tormenta. En Asturias, se convirtió en rutina. No es que Casillas no tenga formación. La tiene. Pero la acumulación de funciones, cargos y papeles no es una muestra de competencia, sino de captura institucional.
-Ha visado los proyectos que él mismo redactaba.
-Ha representado a empresas que, en más de una ocasión, ya estaban bajo sospecha.
-Y ha sido la cara técnica de dos accidentes mortales en la misma mina en menos de tres años.
Y nadie, hasta ahora, ha revisado sus responsabilidades. El silencio del Colegio es clamoroso. No ha emitido ni un comunicado. No ha abierto expediente. No ha solicitado revisión de sus visados.
Casillas sigue siendo secretario. Y sigue siendo, en la práctica, la evidencia de que algunos profesionales se ha burocratizado hasta confundirse con los intereses de las empresas que debía supervisar.
Y en plena hipocresía, el Gobierno Regional carga sobre Casillas la responsabilidad exclusiva, tras haber gozado éste de completa impunidad en la Administración.
Belarmina: dimitir es proteger al Presidente Barbón, pero no explicar
En cuanto estalló el escándalo, todas las miradas apuntaron a Belarmina Díaz, entonces consejera de Industria, Transición Ecológica y Minas.
Su firma figura en la aprobación del proyecto. Su equipo no detectó —o no quiso detectar— que Blue Solving era la heredera operativa de una empresa sancionada. Su Dirección General no exigió el plan de labores. Y su Consejería no ordenó una inspección técnica real tras otorgar el permiso.
Cuando la presión aumentó, Belarmina dimitió. Lo hizo con un discurso elegante, en el que dijo no querer ser obstáculo para la investigación. -Pero no asumió responsabilidades concretas.
–No explicó cómo pudo aprobarse un proyecto sin sustancia.
–No aclaró por qué nadie pidió más información a la empresa.
-Y, sobre todo, no cuestionó en ningún momento la actuación del director facultativo.
Su dimisión fue hábil políticamente. Evitó que la tormenta subiera hasta el despacho de Adrián Barbón. Pero no cerró el caso. Lo abrió.
Porque su salida no borra los documentos, ni las autorizaciones, ni las muertes. Solo deja claro que, dentro del gobierno, alguien consideró que ella era sacrificable.
El estilo Barbón: estar y no estar
Todo esto ocurrió bajo un gobierno autonómico presidido por Adrián Barbón. El mismo que tuitea contra la ultraderecha pero guarda silencio ante las explotaciones ilegales. El que se retrata con los sindicatos pero no menciona a las viudas del carbón. El que, cuando se le pregunta por Cerredo, dice que «hay una investigación en marcha«. Siempre hay una.
La tragedia de Cerredo no es una anomalía puntual, sino una consecuencia lógica de un modelo de poder sin controles,
- -donde los proyectos se aprueban por confianza,
- -los visados se firman en familia
- -y las dimisiones se programan como estrategia de comunicación.
La minería asturiana lleva años convertida en un nicho de subvenciones, contratos opacos y técnicos eternos. El gobierno lo sabía. Y lo dejó estar.
Hoy Cerredo es un nombre que huele a metano y a silencio. A carbón y a tragedia. A informe sin firmar y a presidente sin palabra. Adrián Barbón podrá seguir desapareciendo cada vez que haya crisis. Pero ya no podrá fingir que no lo sabía. Porque todo estaba escrito. Incluso las páginas en blanco.
ENLACES RELACIONADOS:
1. Un texto genérico de 60 páginas bastó a Minas para dar permiso en Cerredo
Este artículo de La Nueva España revela que la Dirección General de Minas del Principado de Asturias otorgó un permiso a Blue Solving para operar en la mina de Cerredo basándose en una memoria técnica de 66 páginas, de las cuales 12 estaban en blanco. La memoria fue elaborada por José Antonio Fernández Casillas, quien también firmó el visado del Colegio de Ingenieros Técnicos de Minas, del cual era secretario, lo que plantea un posible conflicto de intereses.
https://www.lne.es/asturias/2025/06/05/texto-generico-60-paginas-basto-118244625.html
2. El Principado descarga en la empresa la responsabilidad del accidente minero de Cerredo
En este artículo de Infobae, se informa que el Gobierno del Principado de Asturias atribuye la responsabilidad del accidente en la mina de Cerredo a la empresa Blue Solving y a su director facultativo, José Antonio Fernández Casillas. Se destaca que Fernández Casillas es también secretario del Colegio de Ingenieros Técnicos de Minas de Asturias y que fue el representante de la empresa en reuniones con la consejera de Industria, Belarmina Díaz.
3. El Principado autorizó en 33 días sacar carbón en Cerredo cuando la mina debía estar cerrada
Este artículo de La Nueva España señala que la empresa Blue Solving recibió autorización para extraer carbón en la mina de Cerredo en un plazo de 33 días, a pesar de que la mina debía permanecer cerrada tras haber recibido ayudas para su clausura en 2018. Se cuestiona la rapidez y la legalidad del proceso de autorización.
https://www.lne.es/asturias/2025/05/19/principado-autorizo-33-dias-sacar-117542766.html
4. Blue Solving logró en Cerredo su permiso ligándolo a dos plantas subvencionadas por Transición Justa
Este artículo de La Nueva España informa que Blue Solving obtuvo permiso para operar en la mina de Cerredo al vincular su proyecto a dos plantas subvencionadas por el programa de Transición Justa, una de las cuales pertenecía a la empresa responsable del anterior accidente mortal en la misma mina.
https://www.lne.es/asturias/2025/04/11/blue-solving-logro-cerredo-permiso-116284074.html
5. La investigación en Cerredo revela indicios de «extracción irregular de carbón» en dos frentes de la explotación no autorizados
En este artículo de Cadena SER, se informa que la investigación sobre el accidente en la mina de Cerredo ha revelado indicios de extracción irregular de carbón en dos frentes de la explotación que no estaban autorizados. Se destaca que la empresa Blue Solving no tenía permiso para extraer carbón en esas zonas.
6. La misteriosa empresa para la que trabajaban los cinco mineros fallecidos en Cerredo (Asturias): “No sabemos nada de ella”
Este artículo de COPE destaca que Blue Solving, la empresa para la que trabajaban los cinco mineros fallecidos en Cerredo, fue creada en marzo de 2022 con un capital inicial de 3.000 euros. Adrián Rodríguez Rodríguez figura como administrador único y José Antonio Fernández Casillas es su director facultativo. Se señala la falta de información sobre la empresa y las condiciones laborales de sus trabajadores.
7. ¿Qué se busca en la mina de Cerredo?
En este artículo de Diario de León, se informa que José Antonio Fernández Casillas, director facultativo de Blue Solving, explicó que el proyecto en la mina de Cerredo consistía en el aprovechamiento del carbón de altas prestaciones para temas de grafito y baterías. Se menciona que la empresa recibió una subvención de 927.000 euros en julio de 2024 y que se preveía iniciar la extracción de carbón a finales de 2025 o principios de 2026.
https://www.diariodeleon.es/leon/provincia/250401/1944907/que-se-busca-mina-cerredo.html
Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED