
Índice de epígrafes:
I.Pactos bilaterales y trampas generalizables
II.Impuestos iguales, oportunidades desiguales
III.El Corredor Atlántico… desviado
IV.Barbón: verbo encendido, voto obediente
I. Pactos bilaterales y trampas generalizables
En España, cuando se pacta con Cataluña, los demás deben contentarse con promesas.
Y cuando esas promesas se visten de generalizables, el truco es aún más eficaz: nadie las cumple, pero todos simulan que podrían cumplirse algún día.
Así ha ocurrido con el acuerdo fiscal alcanzado en julio entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la Generalitat de Salvador Illa, en virtud del cual Cataluña pasará a gestionar el 100 % de sus impuestos, en lo que supone el mayor giro tributario desde la creación de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA).
La medida, presentada como un acuerdo singular pero con promesa incumplible de ser extensible, no solo rompe el principio de solidaridad que había sostenido, con grietas pero sin derrumbe, el sistema de financiación autonómica. Va más allá: introduce mecanismos para impedir que otras comunidades bajen impuestos, es decir, limita la única palanca que les queda a las regiones menos potentes para atraer inversión, empresas o población.
II. Impuestos iguales, oportunidades desiguales
Con un gesto de técnica suave pero intención firme, se pone fin a la competencia fiscal a la baja.
-Nada de bonificaciones en Sucesiones como en Galicia,
-Nada de rebajas del IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) como en Castilla y León.
Todo deberá ajustarse a un rango nacional al alza. Y así, el mensaje queda claro: el sector privado no será incentivado, sino vigilado.
Los empresarios asturianos, gallegos o castellano-leoneses —los que siguen vivos— comprenden bien lo que esto significa: menos margen para crecer, menos oxígeno para competir.
Lo que podía haber sido un ecosistema de estímulos para reindustrializar la España periférica se convierte en un corral fiscal uniforme, donde la gallina de los huevos de oro —la empresa, el autónomo, la innovación productiva— será suprimida antes de poder poner su primer huevo.
Porque aquí la gallina no es de oro, sino de huesos. Y aún así la exprimimos.
III. El Corredor Atlántico… desviado
El golpe no es solo tributario. Es también logístico, infraestructural, estratégico. El pacto con Cataluña obliga al Estado a asumir compromisos fiscales y financieros de tal calibre —más de 13.000 millones de euros adicionales al año, según la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA)— que su capacidad de inversión territorial quedará hipotecada por años.
¿Dónde recortará el Estado para sostener ese esfuerzo? La respuesta es tan obvia que asusta: el Corredor Atlántico ferroviario será una de las víctimas silenciosas del pacto. Asturias, Galicia y Castilla y León llevan años reclamando las inversiones prometidas para conectar el norte peninsular con Europa. Se estiman 7.900 millones de euros necesarios hasta 2040. La mayoría, aún en el aire.Y ahora, más que nunca, ese aire se ha vuelto humo.
Si el dinero público se canaliza hacia compensar a Cataluña —ya sea por el traspaso del IRPF, por la asunción de deuda, o por la aplicación del llamado principio de ordinalidad—, difícilmente quedará presupuesto para electrificar tramos, terminar variantes o cerrar el anillo logístico que haga del noroeste algo más que una etiqueta sentimental en los discursos ministeriales.
¿Qué es ese principio de ordinalidad? Que Cataluña, incluso después de aportar al fondo de solidaridad, debe seguir recibiendo más por habitante que cualquier comunidad con menor capacidad fiscal. Es decir: su posición relativa en el reparto no debe bajar. Lo que suena vendible ante los separatistas, que tendrán la herramienta financiera para otro 1-O, en la práctica limita fuertemente la redistribución:
si una comunidad rica no puede perder puestos, las comunidades pobres solo pueden aspirar a subir si hay más dinero global.
Y eso no está sobre la mesa.
- -El AVE (Alta Velocidad Española) entre Vigo y Oporto seguirá siendo una línea imaginaria.
- -El ancho de vía internacional, que conectaría Asturias con Europa y el resto de España, sería un imposible incluso contando con una voluntad política, hoy inexistente, de llevarlo a cabo.
- -Y los puertos del norte, islas desconectadas en la Europa del transporte inteligente.
Mientras el eje mediterráneo prospera, el Atlántico resopla por las vías del siglo XX.
IV. Barbón: verbo encendido, voto obediente
Esto no es una hipótesis: es la consolidación de una España a dos velocidades, donde unas regiones firman pactos bilaterales y otras votan obedientemente por ellos. Lo que nos lleva al caso asturiano.
El Gobierno de Adrián Barbón, con verbo encendido, ha elevado el tono. Ha dicho que no aceptará privilegios. Ha proclamado que Asturias defenderá su posición. Pero a la hora de la verdad, votará a favor. Porque la Federación Socialista Asturiana (FSA) depende de Ferraz, y el futuro de sus líderes se decide más en Madrid que en Oviedo.
Para justificar ese voto afirmativo, se acogerán al espejismo: el modelo catalán será “generalizable”. Lo mismo para todos. Pero nadie cree en serio que eso ocurra por imposibilidad política, legal y económica. Si cada autonomía pudiera gestionar el 100% de sus impuestos y a la vez mantener el mismo volumen de transferencias y solidaridad, estaríamos hablando de una cuadratura fiscal que ni Hacienda ni la física pueden sostener.
Lo saben en Moncloa, lo saben en Presidencia, y lo saben —aunque lo callen— en las consejerías de Hacienda autonómicas. El voto será “sí”, pero no por Asturias, sino por el PSOE. La astucia está en que todo el mundo lo sabe, y nadie lo dice.
Y mientras tanto, el tren no llega. Los jóvenes se marchan. Y la gallina, desnutrida, no pone. Solo cacarea.
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2. Defensa catalana del «principio de ordinalidad» y modelo «generalizable»
Explica cómo el nuevo pacto reconoce la bilateralidad con Cataluña, defiende la ordinalidad y la solidaridad, y aspira a ser replicable en otras autonomías, a pesar de las advertencias de Hacienda.
3. La reforma de la financiación autonómica y el pacto catalán (Funcas)
Análisis técnico que conecta el modelo de concierto tributario similar al vasco y la ordinalidad con los riesgos de fragmentar la orografía financiera, lo cual puede penalizar proyectos clave como el Corredor Atlántico.
https://www.funcas.es/articulos/la-reforma-de-la-financiacion-autonomica-y-el-pacto-catalan/
4.Las claves del pacto sobre financiación entre Gobierno y Cataluña (Onda Cero)
Explica claramente el principio de ordinalidad: si Cataluña aporta más, debe recibir también más por habitante, lo que marca un cambio de paradigma en la solidaridad e implica el riesgo de una España a dos velocidades.

Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED