Ahora sí, en nuestro país hermano, Javier Milei, el proyecto de libertad más impactante y necesario que se pueda dar a día de hoy, ha salido adelante.

Tiempo habrá de analizar más fríamente lo que esto supone para la causa de la libertad y sus repercusiones sobre la política en el Cono Sur y sobre España, pero lo que ahora toca, sin ningún apelativo posible, es saludar con alegría, con esperanza, la victoria de La Libertad Avanza. Y Asturias Liberal se apunta a saludar esa esperanza, esa victoria.

La situación en España es justamente la contraria. En las cosas de aquí hay poco que celebrar, salvo la tozuda y nunca vista resistencia popular a la amenaza que supone Pedro Sánchez para las libertades, para la prosperidad y para la unidad de nuestra nación. Lo que sí está claro es que la victoria de Milei debe suponer para nosotros una dosis de tenacidad en la resistencia a este proyecto liberticida.

Ahora y aquí, los medios que tildaban, y tildan aún, de ultraderechista al candidato liberal (nada que ver una cosa con otra) se han quedado con el pie cambiado. Y el gobierno español, que si tuviera algo de decencia debería moderarse y saludar al nuevo dirigente argentino, no lo hará.

Ni Bildu, ni ERC, ni el fascismo de Puigdemont, ni el sectarismo del presidente del gobierno verán en Milei y en la nueva Argentina más que un peligro para su proyecto de falsa democracia.

La partida tiene un nuevo jugador. Bienvenido al juego.