El día 23 de junio se celebrarán elecciones generales. Sea que el PSOE revalide estancia en el gobierno, sea que acceda a él el Partido Popular, lo cierto es que los problemas nunca se acaban y los ciudadanos deben informarse de las políticas públicas con objetividad si no quiere seguir teniendo políticos inexpertos y, a la vez, prepotentes.
Durante las últimas legislaturas, y especialmente en la que ahora termina, la energía fue objeto de debate. La encrucijada energética no es achacable a la situación geopolítica mundial en exclusiva, pues la energía y la competencia entre estados siempre han estado ligadas. Pero en estos últimos años ha entrado con fuerza desmedida la tendencia a evitar el deterioro del medio ambiente en demasía, con un cierto extremismo que hace sufrir a amplias capas de la sociedad y que presentan ventajas no siempre ciertas.
La independencia energética de los estados es muy importante también por lo dicho de la geopolítica. Asturias Liberal hace este aporte para el debate de ambos parámetros: la limpieza medioambiental y la autonomía energética. Habrá más de diferentes opiniones.
Alfredo García, ingeniero supervisor de la central de Ascó, ofrece esta explicación (video y texto)
Buenos días, soy Alfredo García. Yo soy “Operador Nuclear”.
Soy ingeniero con licencia de supervisor en la central nuclear de Ascó, en Tarragona. Empecé a divulgar porque mi mujer no me escuchaba. Y mira dónde hemos llegado. La energía nuclear es una energía estigmatizada que acumula una enorme cantidad de mitos. Y hoy vamos a derribar los diez más importantes.
Mito número uno. Una central nuclear puede explotar como una bomba atómica.
En Chernobyl se produjeron dos explosiones de vapor y en Fukushima varias explosiones de hidrógeno, pero en ningún caso se produjeron explosiones nucleares. Y vamos a ver por qué.
En la naturaleza tenemos básicamente dos tipos de uranio. El 99,2% es uranio 238. El 0,7% es uranio 235, que es el útil para producir fisiones. En un reactor nuclear necesitamos una proporción o enriquecimiento de uranio 235 mayor, entre el dos y el 5%. Mientras tanto, en una bomba atómica, para que pueda explotar necesitamos un enriquecimiento mayor del 90%.
¿O dicho de otra forma, sería muy estúpido enriquecer hasta el 90% si con un 2% tuviéramos una bomba atómica, no?
Mito número dos. La energía nuclear produce más muertes que otras
Siete millones de personas mueren en el mundo por la contaminación atmosférica, en gran parte debida a los combustibles fósiles. La energía nuclear es la energía más segura en términos de muertes por unidad de energía generada considerando toda clase de accidentes nucleares, laborales, industriales. Las energías renovables son energías muy limpias en cuanto a emisiones, pero todavía tienen más accidentes laborales por unidad de energía que la energía nuclear.
Mito número tres. Las centrales nucleares aumentan el riesgo de cáncer
Según un estudio epidemiológico realizado en España en el entorno de las centrales nucleares, que además es homologable a otros estudios realizados en otros países, la dosis que recibe la población es extremadamente baja y no se ha detectado un aumento de la incidencia del cáncer. Comer un plátano te produce más dosis radiactiva que vivir un año junto a una central nuclear. Los plátanos son radiactivos porque contienen el isótopo potasio 40. Pero comerlos es seguro porque la dosis que produce es extremadamente baja, que quede muy claro.
Pero además hay otra cosa que tiene que quedar muy clara. Por favor, prestad atención. Los teléfonos móviles no son radiactivos, excepto los plátanófonos.
Mito número cuatro. Los ciudadanos costearán los residuos radiactivos durante 10.000 años.
Existen lugares que han permanecido geológicamente estables durante millones de años y 10.000 años es muy poco tiempo en términos geológicos. Un almacén geológico profundo se diseña específicamente para no trasladar nuestra responsabilidad a las generaciones futuras. Un AGP una vez sellado muy importante, una vez sellado no necesita supervisión ni mantenimiento y por lo tanto no tiene gastos. Las empresas, en España y en muchos países, las empresas que generan los residuos son las responsables de costear su gestión y su propio desmantelamiento.
Actualmente solo aprovechamos el 5% de la energía del combustible. En algunos países es algo más, porque reprocesan como en Francia, con los reactores de 4.ª generación que veremos su implantación a partir de la próxima década, seremos capaces de aprovechar el 97% de la energía del combustible. Y un dato muy importante del combustible nuevo y del combustible usado:
Los residuos no durarán 10.000 años, sino 300 y además serán residuos de media y baja actividad. Actualmente tenemos en funcionamiento solo un reactor de 4.ª generación que es el Pn800 ruso desde el año 2016.
Mito número cinco Las centrales nucleares caducan a los 40 años.
Existen 449 reactores operables en el mundo, 91 de ellos tienen más de 40 años. La media de edad de los reactores españoles es de 33. Y algunos dicen que son reactores viejos. Cuando dices algún viejo de 33 años. En Estados Unidos, que es el referente tecnológico y normativo de España, en 90 de sus 98 reactores hay licencia para operar hasta los 60 años. Y varios se están preparando para solicitar licencia para 80. Por lo tanto, la operación a largo plazo es perfectamente viable, si se cumplen tres condiciones: la seguridad debe estar garantizada por el regulador, tener la aprobación del gobierno y, por supuesto, que sea rentable económicamente.
Mito número seis Las torres de refrigeración son nucleares y emiten gases tóxicos
Las torres son equipos no nucleares, con una función ecológica que es limitar el calentamiento de los ríos o lagos para proteger el ecosistema. Además no son exclusivos de las centrales nucleares. Por su forma, se produce una corriente ascendente de aire que se enfrenta al agua caliente que viene de la instalación.
El resultado es muy simple agua más fría y la emisión de vapor de agua con microgotas en suspensión. Un aerosol. O dicho de otra forma, para que lo entendamos todos, una torre de refrigeración es una fábrica de nubes.
Mito número siete. Las centrales nucleares emiten, en todo su ciclo, más dióxido de carbono que las renovables
El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático considera la energía nuclear una fuente baja en emisiones, teniendo en cuenta todo su ciclo, desde la minería hasta la gestión de los residuos, y además la considera, junto con las renovables, una herramienta esencial de mitigación del calentamiento global.
Mito número ocho. El accidente de Chernóbil puede ocurrir en cualquier central nuclear
Chernobyl, por sus causas y por sus consecuencias, no es reproducible en los reactores actuales. Y vamos a ver por qué. Chernobyl no tenía edificio de contención, que habría limitado enormemente las emisiones. Era un reactor intrínsecamente inseguro. Un aumento de temperatura provocaba un aumento de potencia que volvía a provocar un aumento de temperatura. En los reactores actuales es justamente lo contrario. Un aumento de temperatura disminuye la potencia. Además realizaron [en Chernobyl] una prueba no estandarizada con los sistemas de seguridad bloqueados. Las barras de control, que son el freno de cualquier reactor, actuaban muy lentamente, muy lentamente y tenían un efecto inicial contrario al esperado.
El personal de emergencias no tenía la adecuada formación. El personal de operación tampoco y además no había plan de emergencia.
Mito número nueve. El accidente de Fukushima causó miles de muertes
El 11 de marzo de 2011 se produjo uno de los mayores seísmos de la historia en la costa este de Japón. El posterior tsunami se llevó la vida de más de 20.000 personas. Afectó también gravemente a la central nuclear de Fukushima, inutilizando sus generadores diésel de emergencia y provocando un grave accidente nuclear. Muchos medios de comunicación confundieron ambos sucesos.
Número de víctimas y mostraban refinerías de petróleo en lugar de la central nuclear. Mostraban la altura, los gráficos de la altura del tsunami, intentando representar la radiactividad vertida al océano. Pero aunque el accidente fue muy grave, eso no lo niega nadie, fue muy grave, paradójicamente, hasta la fecha, la evidencia científica nos demuestra que no ha habido ni una sola muerte debido a la radiactividad de Fukushima y que no se espera un incremento de la incidencia del cáncer en el futuro.
Mito número diez. Las centrales nucleares sirven para fabricar bombas atómicas
Es un mito muy extendido. La historia nos demuestra que aunque el origen de ambas tecnologías es el mismo, han ido siguiendo caminos totalmente diferentes. Hay varias pruebas de ello. La mayoría de los países que tienen centrales nucleares no tienen bombas atómicas y de hecho algunos países con bombas atómicas tampoco tienen centrales nucleares, ¿de acuerdo? Los reactores actuales no tienen capacidad para producir plutonio para armamento. Pero es más, tienen capacidad para consumir plutonio los reactores actuales.
Desde 1993 y 2013, el 10% de la electricidad de Estados Unidos provino del desmantelamiento del desmantelamiento de parte del arsenal nuclear de la antigua Unión Soviética. Estamos hablando de números redondos para que se entienda el 100% de un país como Estados Unidos, el 100% de su electricidad durante dos años.
Y finalmente. Es el momento de mostrar mi arma secreta. No me gustaría despedirme sin antes recordar que comer plátanos es radiológicamente seguro. Y además es muy sano. Esto va por todos vosotros y especialmente por mi mujer y por mis hijos.
Muchas gracias.