El próximo 18 de febrero del corriente se celebrarán en Galicia las elecciones al parlamento autonómico, en las que nuestros compatriotas gallegos elegirán a los 75 representantes que gobiernen su comunidad. Es digno de mención que, desde 1990, Galicia ha sido feudo de mayorías absolutas del Partido Popular, con excepción del periodo 2005-2009, en el que una coalición PSG-BNG consiguió alcanzar el gobierno autonómico.

En esta ocasión hay encuestas para todos los gustos, pero algunas predicen una posible pérdida de esa mayoría absoluta de los populares y una subida del bloque de izquierdas.

Seguramente con la autoría de los mismos estrategas, y siguiendo con el “plan sin fisuras” que le proporcionó la amarga victoria a Feijoo en las elecciones generales de julio de 2023, la TVG (dirigida sin duda por personas afines al PP) ha propuesto un debate televisivo con PP, BNG, PSOE, SUMAR y PODEMOS… dejando fuera a otras fuerzas políticas entre las que se encuentran VOX y Democracia Ourensana, partidos marcadamente de derechas y que –teóricamente- pelean con el PP por el mismo nicho de electorado.

Por supuesto que cada uno es muy libre de marcar su estrategia política y electoral, pero la trayectoria del Partido Popular en los últimos años es digna de estudio si repasamos los repetidos detalles amistosos e incontables ofrecimientos de diálogo y mano tendida para con quienes son sus enemigos políticos (y enemigos de España) que acaban robándole la cartera, mientras mantiene una guerra feroz, una mano firme, dura e inflexible con otras formaciones con las que deberían tener una mayor afinidad ideológica o –incluso- con algunos de sus propios y más brillantes representantes cuando se atreven a pensar por libre, poner pie en pared y defender posturas encaminadas a combatir la batalla ideológica y cultura woke que avanza desde la izquierda.

Después de lo ocurrido en la última campaña electoral, en las últimas elecciones y en los últimos meses, en los que el Sr. Feijoo ha mostrado más interés en acercarse al PSOE y colaborar con la izquierda y sus representantes que en colaborar con VOX para obstaculizar y frenar deriva de este país, me temo que esto va a acabar como la peripecia de otro gallego hace ahora algo más de 30 años y que seguro que muchos recordamos:

Dicho de otra manera, el PP se parece al protagonista de esta historia que echa a su mujer de casa (como ocurrió en su momento con los hoy en día miembros y votantes de VOX) para dejarse caer repetidamente en manos de otras chicas de carácter más alegre, unas prostitutas que le echan “droja en el Colacao” para robarle sus pertenencias.

La diferencia con este caso es que hoy en día vemos al protagonista de este caso (José Tojeiro) como un infeliz, un pobre hombre del que se aprovecharon “en complot”, y sin embargo lo que está haciendo el Partido Popular no creo que sea juzgado en el tiempo con la misma benevolencia, dadas las nefastas repercusiones que sus acciones están teniendo en nuestro país y en nuestra sociedad: ya deberíamos ser mayorcitos para saber diferenciar un incauto de un tonto útil, un insensato de un suicida o un mezquino de un canalla.