
Woody Allen cuenta en su autobiografía, A propósito de nada, que en esta vida el talento no es la clave del triunfo y que lo que hay que tener, por encima de todo, es suerte: estar en el lugar adecuado y en el momento adecuado.
Y así es como se podría resumir, muy a grandes rasgos, la carrera política del pdte. asturiano al que, evidentemente, no le faltan talentos, pero el de la política no parece ser uno de ellos.
Buen comunicador, nada extraordinario, sin duda, pero con un buen manejo del lenguaje, unos modales exquisitos, rozando lo impostado en muchas ocasiones, pero educado, al fin y al cabo, aunque sea a la manera de mayordomo británico en película de misterio y que acaba siendo el asesino, son algunas de sus habilidades.
Pero si a estos dones le acompañas un conocimiento nivel medio de cualquier paquete ofimático y un B2 de inglés, bien podría ser el currículum de un recién licenciado en Derecho.
Es un presidente de extraño prestigio.
Más servicial que resolutivo

De entre esas habilidades que posee, la más recientemente exhibida ha sido la de ser un bienmandado y, obviando todos los problemas reales y urgentes que tiene Asturias, ha preferido echarle un cable a Moncloa en el esperpéntico cónclave de presidentes autonómicos.
No solo se ha prestado a la pantomima del uso de una lengua que nadie habla en Asturias, la neolengua, sino que ha aprovechado la ocasión para anunciar que el próximo sínodo autonómico será en Asturias.
Comprenderán ustedes que esto es algo que no le importa a nadie en la región, pero le sirve al presidente para intentar desviar la atención de aquello que le incomoda y que esquiva con descaro, dejando ver que o no sabe o no quiere afrontar los problemas en el Principado.
La cosa tiene miga porque el anuncio de tal reunión se hizo como si hubiera sido fruto de una ardua negociación, como si se hubiera tenido que esforzar algo por conseguirla, como un logro, cuando ya todos sabemos en Asturias que la capacidad de negociación del pdte. no va más allá de «dialogar» con quienes le aplauden (acuérdense, por ejemplo, que su cuenta de X está cerrada a comentarios de personas que él no siga), que no es diálogo, sino sermón, y que cuando toca negociar porque la cosa se pone fea (educación pública asturiana) él prefiere enviar a otros y ausentarse por viaje privado o hacer cosas más vistosas como acudir a los Premios Princesa de Asturias, que ya les digo, hubieran salido adelante sin él.
El gran ilusionista del vacío

Del pdte. asturiano no se conoce recorrido más acá de la política: ni oficio ni beneficio que no sea haber visitado muchas Casas del Pueblo y haber vivido toda su vida inmerso en la política (no sabe nada de pagar un trimestre o trabajar para la empresa privada).
Sabemos, por su incontinencia tuitera:
-que presume de leer mucho,
-que le gusta la bandera de Asturias,
-que le «apasiona» lo que él entiende por política,
-que su familia era minera
-y que sus abuelos hablaban una neolengua que, ¡oh, sorpresa!, aún ninguna «academia» había creado.
¿Da con esto para postularse como presidente del Principado de Asturias? En condiciones normales, obviamente no, pero Asturias es singular. Ahí está su increíble mérito y el elogio debido: el fabuloso ingenio para hacer sustancia de la nadería.
La política que ejercita el pdte. asturiano no es política, es palabrería, es esquivar la bala, es un pasar por aquí y ni tan siquiera es gestión (que tampoco es eso la política), porque en eso se ha mostrado más bien deficiente.
Admirable es, sin duda, su talento para arroparse con la bandera de Asturias a la más mínima ocasión, gritar ad vomitum «Asturias, lo primero», al mismo tiempo que se desentiende de los problemas de Asturias, cuando esos problemas le atañen directamente, y hacernos creer que lo suyo no es una enorme contradicción.

(Avilés 1973), investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno, licenciada en filosofía por la Universidad de Oviedo y máster en Comunicación política y empresarial por ID Digital School y UCJC, ha trabajado en la Fundación Gustavo Bueno como responsable de publicaciones, relaciones institucionales, secretaría de redacción de la revista El Basilisco y presentando el debate del programa de televisión Teatro Crítico. El 19 de junio de 2023 ofreció en la EFO la lección “Feminismo administrado”