La situación política en España

El asalto de Pedro Sánchez a la Justicia y la colonización de las grandes instituciones del Estado son los dos ejemplos más convincentes de la decadencia, inmoralidad y tiranía en la España actual.

Cuando algunas naciones y pueblos contemplan:

• -la división, el odio, los deseos de independencia de algunos territorios españoles,

• -las mentiras del gobierno,

• -el rechazo de los ciudadanos al presidente Sánchez,

• -realidades tan injustas y sucias como la protección a los ladrones de viviendas (okupas),

• -los impuestos abusivos,

• -el despilfarro del gobierno,

• -la invasión sin control de inmigrantes, muchos de los cuales llegan para delinquir y sin deseo de integrarse,

siente repulsión hacia todo lo que hoy representa la España injusta y decadente de Pedro Sánchez, seguidora del globalismo y contaminada hasta el tuétano de cultura marxista, desprecio de valores democráticos y adhesión a la tiranía.

La España de la Transición y la Constitución del 78 dio un ejemplo rotundo. Cualquier cosa era posible si existía unidad y entendimiento entre los defensores de España y de la Constitución.La presunta corrupción que deje el PSOE de Sánchez para la historia de la política española, será una corrupción salpicada por la cocaína y la prostitución.

Para proceder a la corrupción sistemática con todas sus ramificaciones, había que buscar a alguien que estuviese en ese mundillo, y quien mejor que un portero de prostíbulo, como es Koldo García Izaguirre, a quien Santos Cerdán, secretario de organización del PSOE y mano derecha de Pedro Sánchez, que viendo el excelente trabajo del Sr. Koldo, lo elevan a lo más alto nombrándole Consejero de Renfe, casi nada, y así lo premian a su fidelidad y trabajos algo sucios.

Pedro Sánchez no entiende la política como la búsqueda y la ejecución de las mejores ideas para gestionar los asuntos del Estado en beneficio de la población, de la nación soberana que lo votó. La mentira es un arma natural en él.

Sánchez no puede permitirse que se siembre la semilla de la libertad, el esfuerzo y el orgullo frente a su cartilla de racionamiento social.

Este proceso es una dinámica política que habría comenzado con el expresidente Zapatero y que Sánchez habría acelerado desde su llegada al poder en 2018.

No se trata de decisiones aisladas, sino de una estrategia coordinada que incluye pactos con Bildu, ERC y Junts para desmantelar la estructura del Estado.

Habría que fijar el foco en el futuro de los partidos, en que o se transforman o se hundirán en su propio fango, en si serán capaces de transformarse para evitar su propia desaparición; en la crisis de representatividad, credibilidad y confianza que tenemos en este sistema tan partitocrático que nos pone en duda su funcionamiento y estructura.

En la necesidad de un cambio de modelo de partidos y de la ley electoral para evitar la ahora inevitable concentración del poder que existe en las élites de los partidos.

Los partidos políticos, todos, nuevos y viejos, tienden de forma inevitable a convertirse en organizaciones oligárquicas.

Los líderes de los partidos, al concentrar el poder de decisión, terminan imponiendo su propia agenda, sus propias formas e ideas, su propio método y modelo, su propia gente, sustituyendo a las del partido, a menudo en detrimento de los intereses de las bases.

Se han distanciado de la ciudadanía; han dejado de representarla de manera efectiva y han fallado en captar sus verdaderos problemas y preocupaciones.

No hay transparencia, ni democracia en el proceso de selección de los candidatos, priorizando casi siempre el amiguismo.

Si, Sánchez Castejón es una amenaza para España este sistema también lo es y a mayor escala.

¿Se unirán Vox y el PP para dar una solución? NO, ambos forman parte del problema.