
El coraje incansable del pueblo venezolano
Si preguntamos ¿qué pueblo del mundo actual, ha luchado con pasión y desbordante coraje por la libertad de su patria? Sin duda alguna responderíamos que el bravo pueblo de Venezuela.
–Los ciudadanos venezolanos lo han dado todo y en todos los terrenos. No han escatimado esfuerzo alguno, han asumido riesgos monumentales, han pasado de un escenario de protestas de calle a las mesas electorales, previo a diálogos que han resultado estafas descaradas.
–La ciudadanía venezolana ha superado las más variadas emociones. Ha experimentado la tristeza para dar lugar a explosiones de euforia; ha padecido depresiones, abatimientos y sorprendentemente se ha vuelto a levantar con el espíritu convertido en banderas de luchas impregnadas de fe y esperanza.
–La ciudadanía ha sido víctima de las más feroces persecuciones y arbitrariedades; no obstante, jamás se ha doblegado y nunca ha tenido debilidades ante la opción de rendirse, más bien ha privado una constante e irrefrenable determinación de continuar trajinando caminos que conduzcan a la conquista de la definitiva libertad.
Maduro ante el veredicto de las urnas

Para ningún observador de la política venezolana cabe ya la menor duda de que Maduro jefea un régimen que, bajo la fachada de elecciones, busca perpetuarse en el poder, muy a pesar de que fue derrotado en las elecciones que ellos mismos convocaron el pasado 28 de julio de 2024.
Han trascurrido más de 12 meses y Maduro se empecina en desconocer un resultado que es validado por millones de electores venezolanos y Presidentes, Jefes de Gobiernos, Primeros Ministros y parlamentarios de muchísimos países de cualquier parte del mundo, que oscilan entre designar, abiertamente, a Edmundo González Urrutia como Presidente Electo, o “candidato ganador” en los comicios de ese día y año.
El fraude continuado y la estrategia del silencio
Después de su derrota, la dictadura madurista ha retomado su esquema de fraudes crónicos. Creen, ilusamente, que con tales remedos, silenciaran el estruendo reclamo de las actas que no han presentado, esas “actas” que supuestamente le adjudican una victoria.
Asimismo, no han podido desautorizar las miles de actas que a su vez, han presentado Edmundo Gonzalez y María Corina Machado. Lo que si pretenden imponer son esas parodias electoralistas que han recibido un estruendoso repudio de los electores venezolanos.
El mismo rechazo del pasado 25 de mayo, fue reconfirmado el recién transcurrido 28 de julio del presente año. ¡No al fraude!
La abstención como acto de resistencia

La abstención, en ciertos contextos, no es un acto de apatía, sino una herramienta de resistencia frente a un sistema diseñado para trastocar la voluntad popular.
El pasado 28 de julio de 2024, los venezolanos acudieron a las urnas para apoyar a Edmundo González y a María Corina Machado. Lo hicieron con la esperanza de que un proceso electoral, aunque imperfecto, pudiera abrir una brecha hacia la democracia.
Ya sabemos que las dictaduras se resisten a entregar el poder por las buenas. Sin embargo la ciudadanía no baja la guardia, ni se arremolina en la resignación, por el contrario se reinventa, se organiza y nos convencemos, día a día, que vencer a esa dictadura es una tarea de todos, que cada quien debe decirse a sí mismo lo que es posible e indispensable hacer, juntos, para liberar a nuestro país.
Una abstención activa y legítima
Fue por eso que, ante un nuevo proceso amañado por la dictadura de Maduro, la abstención se implementa como una respuesta legítima y necesaria para defender el voto libre, asumiendo otra vez, como se hizo el pasado 28 de mayo, una protesta pasiva exitosa.
Recordemos que, tal como ocurrió el día 18 de mayo de 2018, los venezolanos protagonizamos una jornada de abstención útil porque dio lugar a la caracterización de Maduro como ilegítimo.
Votar sin garantías: una trampa del régimen
Maduro ha demostrado, una y otra vez, que no respeta las reglas democráticas.
Las elecciones que convoca no son más que un teatro perversamente orquestado para simular normalidad. El Consejo Nacional Electoral, controlado por el régimen, altera resultados, inhabilita candidatos opositores, envenena padrones electorales y reprime a los votantes.
Votar en estas condiciones no es ejercer un derecho, sino convalidar un fraude que además les serviría para eclipsar el triunfo épico logrado en las elecciones del 28 de julio de 2024.
Ese día la ciudadanía unida apostó por la vía electoral, confiando en que la movilización masiva y la presión internacional podrían contrarrestar las trampas del régimen.
Edmundo González representó y continua siendo una esperanza, un símbolo de cambio frente a la opresión. Sin embargo, el régimen no solo ignoró la voluntad expresada en las urnas, sino que intensificó la persecución, la censura y la represión. Los resultados fueron manipulados, y la comunidad internacional, aunque solidaria, no ha logrado revertir el atraco electoral, pero vemos como se incrementan las sanciones y exigencias a facilitar una transición democrática en Venezuela.
Desobediencia civil para proteger el voto
Por lo tanto, la abstención en este contexto, no es rendirse, sino rechazar un juego amañado. Es un mensaje claro al régimen y al mundo: los venezolanos no aceptamos elecciones fraudulentas. No se trata de abandonar la lucha, sino de redirigirla hacia estrategias que realmente desafían al poder dictatorial.
La abstención activa, acompañada de movilización, denuncia internacional y presión interna, puede desgastar al régimen y visibilizar su ilegitimidad.
Es una forma de resistencia que preserva la dignidad del voto y evita que sea instrumentalizado por la dictadura, ya caracterizada como parte del entramado del narcotráfico y sostén del Cartel de Los soles.
La defensa del voto libre exige coherencia
Quienes defendemos el derecho a la Desobediencia Civil, no negamos la importancia del voto. Al contrario, lo valoramos tanto que no permitiremos que sea pisoteado en un proceso viciado. La lucha por la democracia exige coherencia: no podemos combatir a un régimen ilegítimo participando en sus farsas.
La verdadera defensa del voto libre está en exigir el acatamiento del verdadero mandato soberano manifestado con votos, el pasado 28 de julio de 2024.

Antonio José Ledezma Díaz (San Juan de los Morros, 1 de mayo de 1955) es un político y abogado venezolano, destacado opositor al régimen de Nicolas Maduro. Actualmente exiliado político en España. Fue el alcalde mayor del Distrito Metropolitano de Caracas hasta 2015, cuando fue sustituido por Helen Fernández.También se ha desempeñado como alcalde del municipio Libertador de Caracas en dos ocasiones y gobernador del antiguo Distrito Federal. Fue dos veces Diputado del extinto Congreso Nacional de Venezuela (actual Asamblea Nacional) desde 1984 y fue elegido Senador de la República en 1994, siendo la persona más joven en ser elegida para ese cargo.