
Fotografía de portada: Sira Rego, ministra española de Juventud e Infancia.
La nueva causa sublime que nos han impuesto el Gobierno y sus adláteres confirma, por fin, el fallecimiento político de Franco. La palabra-fetiche ha perdido poder: ya no tapa lo que pasa en España.
De “Franco” a “Gaza”: el nuevo tótem
Que decir «Franco» ya no cotiza en el Congreso de los Diputados lo evidencian las dos últimas sesiones plenarias, en las que la izquierda indefinida apenas le mencionó. Le han “matado” como palabra comodín para no hablar de lo que realmente sucede en España ni de lo que no están haciendo para mejorar España. «Gaza» es ahora su palabra mágica.
Integrismo de manual
Los chamanes del momento han invocado una causa que, si no sigues con fe ciega, te convierte en monstruo. No se le pueden pedir peras al olmo, pero lo suyo es integrismo fetén. Los amigos del “fripalestain”, entre ellos el presidente del Principado de Asturias, prefieren forzarte a pensar como ellos antes que convencer.
Nos zarandean de causa sublime en causa sublime bajo la amenaza moral de ser “mala persona” si no te adhieres a su doctrina total. Si hay que decir que Israel es un Estado genocida, se dice; si hay que boicotear una prueba deportiva con una turba violenta, se boicotea; si hay que pedir que en los colegios se adoctrine al alumnado, quitando esa potestad a las familias, se pide. La ola totalitaria brota de una izquierda enfangada en lo extravagante, olvidando su metro cuadrado: España.
La ministra mirando fuera con la casa ardiendo
Tenemos una ministra de Juventud e Infancia que parece ignorar —o no le importa— que, según el último informe AROPE, España sufre una de las tasas de pobreza infantil más altas de la UE. La misma ministra que el día en que los terroristas de Hamás asesinaron a 1.200 personas, violaron y torturaron a mujeres, y perpetraron horrores ante niños, escribió en X: «#Palestina tiene derecho a resistir tras décadas de ocupación, apartheid y exilio».
Hagamos la pregunta clave: ¿por quién puede hacer más la ministra del Gobierno de España, por la infancia de España o por la infancia en cualquier otro lugar del mundo?
Responsabilidad ciudadana
Seamos honestos: es poco probable que el delirio de la izquierda indefinida se resuelva hablando. No quieren escuchar. El Gobierno y sus socios se han encenagado en luchas desviatorias para ocultar su miseria política —la lista daría para un tomo de la Espasa. Asumámoslo: la responsabilidad de parar esta locura es de los ciudadanos.
La verdadera revolución
Paradójicamente, los amantes de la revolución han conseguido que lo más revolucionario sea no callar, que lo más transformador sea ocuparse de lo nuestro. Ninguna corrupción patria se tapa agitando una bandera ajena.
Conclusión: menos eslóganes, más realidad española; menos fetiches ideológicos, más responsabilidad.

(Avilés 1973), investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno, licenciada en filosofía por la Universidad de Oviedo y máster en Comunicación política y empresarial por ID Digital School y UCJC, ha trabajado en la Fundación Gustavo Bueno como responsable de publicaciones, relaciones institucionales, secretaría de redacción de la revista El Basilisco y presentando el debate del programa de televisión Teatro Crítico. El 19 de junio de 2023 ofreció en la EFO la lección “Feminismo administrado”