Berjano confirmó los análisis de Asturias Liberal: lo que denunciamos como síntoma político, él lo describió —con precisión técnica— como la anatomía de un colapso. Mismas piezas, distinto enfoque: la mina nunca cerró de facto, y el sistema tampoco.
En su comparecencia ante la Junta, Santiago Berjano Serrano, jefe del Servicio de Minas del Principado, habló como ingeniero; pero el eco de sus palabras sonó a confesión de Estado. Cerredo y Tormaleo, las minas que nunca cerraron, ya no son solo un episodio minero: son la radiografía moral de un aparato administrativo que continúa extrayendo rendimiento político de una inercia que se perpetúa a base de expediente, sello y silencio.
1. la farsa del cierre
Berjano lo admitió con serenidad técnica: la empresa Blue Solving declaró que retiraba chatarra, pero en realidad seguía extrayendo carbón. Las inspecciones posteriores hallaron “indicios racionales de extracción”. Traducción no diplomática: trabajaban donde decían no trabajar. La mina, oficialmente muerta, seguía viva bajo la alfombra administrativa de permisos “complementarios” y autorizaciones de “investigación”. De trámite en trámite, el simulacro: expediente, acta, sanción y vuelta a empezar.
Lo que el papel llamó “saneamiento” fue, demasiadas veces, explotación encubierta. Entre lenguaje administrativo y realidad material se abrió una galería que nadie quiso apuntalar.
2. de la denuncia al informe (sección comparada)
Su testimonio, leído sin maquillaje, funciona como un informe implícito que confirma nuestras tesis publicadas en septiembre. He aquí la traducción a puntos:
- -Actividad encubierta: Hecho: extracción bajo cobertura de retirada de material. Declaración: “indicios racionales de extracción”. Conclusión: la mina nunca cerró de facto.
- -Sanciones: Hecho: multas leves y procesos judicializados. Declaración: “las multas son escasas; hay que revisar la Ley de Minas”. Conclusión: régimen sancionador no disuasorio.
- -Medios de inspección: Hecho: falta de inspectores y visitas anunciadas. Declaración: “hay industrias que se visitan una vez y otras ninguna”. Conclusión: prevención insuficiente.
- -Transmisiones empresariales: Hecho: cadena Convail → Blue Solving, con solvencia evaluada fuera de su vista. Declaración: “no vi personalmente los informes de solvencia”. Conclusión: trazabilidad débil.
- -Estado de la mina: Hecho: galerías degradadas. Declaración: “la mina se caía a cachos”. Conclusión: se autoriza por miedo al contencioso, no por seguridad.
- -Coordinación institucional: Hecho: el juez no requirió informe al Servicio tras 2025 y recurrió a peritos externos. Declaración: “perplejidad”. Conclusión: desconfianza y descoordinación.
- -Marco normativo: Hecho: el famoso “PIC” no existe en la ley. Declaración: “es un término coloquial”. Conclusión: ambigüedad normativa que facilita la confusión.
La certeza técnica de los hechos y la ambigüedad jurídica del marco conviven como gas grisú: invisibles hasta que explotan.
3. la cadena del olvido
Convail, Blue Solving, subcontratas: una procesión repetida. Cada nuevo titular renueva papeles y diluye memoria. Berjano firmó resoluciones con condiciones (“no se podrá sacar carbón”), pero admitió que no revisó personalmente la solvencia. No lo hizo porque el sistema no se lo exige. Y cuando el sistema no exige, el sistema encubre —no por conspiración, sino por fragmentación burocrática, el crimen perfecto de la administración moderna.
4. la mina que se caía a cachos
“La mina se caía a cachos”, dijo. Y, sin embargo, la Administración siguió firmando. La razón: evitar el contencioso. La prudencia técnica cedió ante la autodefensa jurídica: mejor autorizar y rezar que denegar y perder en los tribunales. Resultado: coste humano y un mensaje inequívoco al mercado: incumplir sale a cuenta.
Cuando el miedo al contencioso sustituye al principio de precaución, la seguridad deja de ser política pública y pasa a ser una apuesta.
5. el silencio entre técnicos y jueces
El Servicio de Minas fue apartado de la investigación judicial tras el siniestro de 2025. No por falta de competencia, sino por falta de confianza. El juez buscó peritos externos; los ingenieros del Principado quedaron como espectadores. “Perplejidad” fue la palabra elegida por Berjano. Cuando un funcionario honesto se declara perplejo, lo que describe es el colapso de la coordinación institucional.
6. entre la técnica y la ética
No hubo exculpación altanera ni acusación flamígera. Hubo fatiga profesional y una constatación: la estructura no se corrige a sí misma. La honestidad técnica de Berjano es evidente; su impotencia institucional, también. Asturias Liberal lo escribió antes; él lo confirmó después. Entre ambos relatos se ve la misma mina y la misma inercia.
7. la enseñanza última
Cerredo y Tormaleo ya son metáforas. El carbón oculto es el procedimiento desvirtuado; las galerías inestables son las jerarquías agotadas; y los muertos, el precio final de elegir la comodidad sobre la responsabilidad. “Nunca habíamos vivido algo así”, dijo Berjano. Tal vez. Pero lo que se vivió no fue un accidente aislado: fue la consecuencia natural de un sistema que no sabe cerrar ni sus minas ni sus heridas.
No basta con sellar bocaminas: hay que cerrar costumbres. Y en Asturias, lo que más cuesta cerrar es la costumbre de mirar a otro lado.
ENLACES RECOMENDADOS
- Cerredo y Tormaleo: la historia negra de una mina que nunca cerró – Asturias Liberal
- Comparecencia de Santiago Berjano:

Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED