Atrás queda ese momento mágico donde se forjaban futbolistas y sobre todo amigos, moldeados casi siempre con pelotas hechas de papel aluminio o piedras.
Hoy, ese ritual de “hacer piña” ha mutado en una semi burocracia deportiva tarifaria, con padres-entrenadores en grupos de WhatsApp, repletos de datos, estadísticas y cronómetros.
Quizá no sea el mismo fútbol, el de antes y el de ahora. O sí. Quién sabe…
ANTES, como instinto primario
Se jugaba SIEMPRE. Y se pensaba SIEMPRE en fútbol, incluso de noche.
- -Antes de entrar al colegio, con las mochilas, jerséis (en verano) o con 2 piedras, como postes de portería.
- -En los recreos, con pelotas de aluminio o tetrabriks hechos bola.
- -Al salir o entrar, merendando, bocadillo o Bollycao en mano, corriendo y pateando.
- -Después de hacer los deberes.
- -En cualquier sitio donde hubiera un espacio que midiera más de un metro cuadrado, algo que se pensara como “virtual” pelota, y dos seres humanos. Una acera, un descampado, un callejón, el pasillo de casa.
Todo era potencialmente un apasionante campo de fútbol.
«Partido de 4 contra 3 con uno cojo, un perro portero y una farola de poste. Sin reglamento; sólo la ley de la calle.»
¡Fútbol en estado puro!
Aprendías A JUGAR… y A SOBREVIVIR
- -Partidos entre calles, entre clases, entre familiares, entre barrios, entre amigos que dejaban de serlo durante los encuentros futbolísticos.
Da igual si tenías 8 o 16 años, jugabas con quien hubiera. A ser posible, entre equipos pares salvo que uno tuviera un jugador que…
Y no había faltas: había ley de la selva.
Si llorabas, era porque te habían hecho una brecha… y aún así, seguías jugando manchado de sangre y dignidad.
Entrar a un partido de mayores era como un rito iniciático:
“Mete a tu primo el pequeño que es valiente y tiene buena zurda… pero si se raja, que no vuelva.”
El fútbol federado, de lo casero a lo épico
- -Empezabas en el colegio en fútbol sala con una camiseta dos tallas más grandes que tú.
- -Y cuando pasabas al campo grande, todo te quedaba gigantesco:
- -Pantalón como una falda.
- -Medias por encima del muslo.
- -Balón del tamaño de tu cabeza.
- -Campo eterno (infinito, similar a los de Oliver y Benji), donde llegar de una portería a otra era como hacer el Camino de Santiago con paradas en cada línea del medio.
- -Campos sin cantina donde calentarse los padres y vestuarios con ducha fría, a veces recogida de la lluvia en un bidón encima de los mismos.
- -Calentamiento en el descanso muchas veces con pies descalzos cerca de un algodón compartido y untado con alcohol de quemar.
Era la época en la que aprendías a correr, a caerte, a pelear… y a perder sin llorar.
Lo que había alrededor… lo hacía la gente
- -Los entrenadores eran padres, hermanos mayores o héroes del barrio.
No cobraban. Casi siempre sabían muy poco de fútbol. Pero estaban ahí.
Y te enseñaban más que cualquier coach emocional. - -Se implicaban, pintaban líneas, ponían redes, organizaban rifas, hacían merendolas entre los campos donde llevaban bocadillos de chorizo y latas de Kas naranja.
- -El fútbol era un acto comunitario, social, familiar.
Un juego. Un honor. Una forma de vida.
AHORA:
EL FÚTBOL COMO PRODUCTO AVANZADO Y DE ALTAS PRESTACIONES
Se juega… cuando toca
- -En la calle ya no se puede jugar: Prohibido en los parques, en los patios, en las plazas.
“Que molestan”, “que pueden romper algo”, “que hay que pedir permiso al ayuntamiento”, “que hacen ruido”. - -En el colegio tampoco: es para estar tranquilo.
No vayas a lesionarte o a mancharte.
No vayas a sudar.
El fútbol empieza con cita previa
- -Fútbol 5 → Fútbol 7 → Fútbol 11
Todo medido, todo normativo, todo con entrenador asignado y cuota mensual. - -Equipaciones completas desde la más tierna infancia:
- -Botas de 100€
- -Camiseta, pantalón y medias oficiales
- -Chándal del club (también el oficial)
- -Mochila con nombre bordado
- -Botella personalizada con bebida energética traída de casa. ¿Beber del grifo? Un sacrilegio.
- Los niños no llevan la merienda por el camino, no sea que les dé un corte de digestión.
Llevan bidones de hidratación, gel energético y crema de sol factor 50.
Los entrenadores ahora cobran… y no se manchan
- -Hay cursos, niveles, apps de seguimiento, entrenamientos casi con drones.
Se graban los partidos para analizar el juego.
Los niños de 8 años tienen análisis táctico. - -Se paga por todo:
- -Matrícula
- -Ficha
- -Seguro
- -Equipación
- -Foto oficial
- -Fiesta de fin de temporada con catering; incluso con hinchables y regalo de chuches.
Ser niño futbolista aficionado cuesta más que ser abonado del Real Madrid en la sombra.
Lo social ha desaparecido
- -Los padres ya no colaboran. Pagan y se quejan. Desde la grada, claro.
- -No hay tertulias veraniegas, ni meriendas colectivas, ni tardes pintando vallas.
- -Solo WhatsApp del grupo del equipo, para ver si “alguien puede llevar a Manolito (más bien a Kevin) al partido del sábado”.
Epílogo
Antes, jugar al fútbol era una forma de ser niño.
Ahora, es un servicio estructurado que te ofrece un club deportivo autorizado con protocolo federativo balompédico.
¿Y sabes qué?
Los de antes también fallábamos goles cantados, llorábamos cuando perdíamos, soñábamos con marcar el tanto de la victoria o hacer la parada salvadora en el último minuto.
La diferencia es que no hacía falta pagar 50 euros al mes para vivirlo.
Solo hacía falta un balón, dos piedras… y ganas de comerse el mundo.

Consultor empresarial.
Germánico en organización, perseverante en las metas, pragmático en soluciones y latino en la vida personal.
¿Y por qué no?
