No, yo no soy de la «New Age» ni tengo el grado de «Tontuñol Avanzado»

Hace unas semanas, en medio de una conversación profesional con una persona más joven –digamos unos 35, 40 a lo sumo– me suelta con total desparpajo (y no era la primera ni la segunda vez que alguien me lo decía):

—“José Manuel, tú no lo entiendes pues no eres como yo de la new age.”

Y claro, ahí se me encendió la bombilla, la vena viejuna se me activó sin anestesia, y le solté con una sonrisa entre irónica y resignada:

—“Por supuesto, tú eres de la new age… y yo de la generación viejuna. La generación viejuneishon, si quieres que suene más global.”

Y ya metidos en harina, “NEW AGEro” de las narices (había confianza), permíteme describirte con cariño y algo de sarcasmo lo que tú eres:

• Vives en la inmediatez, pero no tienes tiempo ni para respirar. Apuntas todo en el móvil, pero se te olvidan las citas. Ya hemos quedado 3 veces, las 3 has llegado tarde e, incluso, en esta tercera, agendada con una semana de antelación, me comentaste que te llamara una hora antes para recordártelo. Seguro que, como todo hijo de vecino, las alarmas te suenan, pero tú llegas tarde… por sistema.
• Pides todo para ayer, con esa cara de concentración de velocidad de fórmula 1 que se estampa en las rotondas. Pero cuando alguien como yo te reclama un retorno —perdón, feedback— contestas que estás “a full”. Afulltontao, más bien.
• Presumes de trabajar 24/7, pero si descontamos aquellas cosas que me has dejado entrever en las 3 veces que nos hemos visto tales como el gym (o Pilates, o Zumba o sabe Dios qué nueva orden gimnástica…), las clases de inglés, informática, afterworks, sesiones de mindfulness, escapadas exprés, asistencia a todos los eventos aunque no sean de tu sector/rama y posterior publicación de selfies en redes, y los findes de “desconexión activa”… igual trabajas 2/7 y te quejas como si estuvieras picando piedra y abriendo zanjas desde las 6:00.
• Dices que no ves tele, solo “consumes contenido”. Pero te tragas cinco capítulos de Juego de Tronos “de seguido”.
• Hablas de coherencia y de sentirte bien contigo mismo, pero cambias/saltas de trabajo cada poco porque “ya no te llena”. Lo que no te llena, criatura, es el sueldo a final de mes.
• Más que auriculares llevas casi audífonos pues son un elemento pegado a tus orejas (me imagino que hasta en la ducha), y eres incapaz de aguantar cinco minutos de silencio sin mirar el móvil. Igual esperas una llamada o mensaje urgentísimos de la muerte avisándote de la llegada inminente de un meteorito. Si la batería baja del 20%, entras en modo pánico existencial.
• Dices que eres flexible y adaptable, pero si caen tu número de likes semanales o cambia el algoritmo de Instagram…mátame camión.
• Frisando los 40 años, te consideras “nómada digital”, pero vives con tus padres o en un coliving de 9 metros cuadrados con vistas a una pared.
• Tienes miedo al compromiso, pero no al leasing del coche último modelo. Que cambias cada poco, porque “no conecta con tu experiencia”.
• Confundes la autenticidad con el oversharing (compartir sin control), así que, no soportas hablar de tu vida privada ni la de los demás; total, ¿Para qué? Ya nos enteramos de tu horóscopo, tus fiestas de fin de semana, tus traumas o tus logros y… todo en un solo post.
• Cierras negocios todos los días, pero al final soy yo quién paga los cafés. Igual tú esperas a pagar la Gran Cuenta en 3 Estrellas Michelín. Avísame cuando eso suceda pero, eso sí, llámame cuando ya estés en el restaurante y así no llegarás tarde.
• Se te llena la boca todo el día hablando de KPI´s y esas zarandajas, pero no tienes ningún control sobre tu economía doméstica y tienes más préstamos que un banco. Pero en contra…
• Te autonominas como el que tiene la última decisión del negocio, pero a la hora de decidir, siempre sueltas que tienes que hablar con tu “Manager” pues es el dueño de las perras, o sea, el que decide.
• Dices “yo fluyo”, pero eres incapaz de aguantar más de 5 minutos de conversación sin entrar en Google o ChatGPT (“Chati”, como lo llamas tú) a averiguar esto o lo otro. Y si no hay wifi, entras en paro cardíaco.
• Para ti tener amor propio, es tener un selfie con buena perspectiva
• Y qué decir de tu WhatsApp moderno, como si se estuviera entrando en un zoo de la comunicación. Porque sí,., yo soy de los “viejunos”, de ésos que aún escriben “Hola, buenos días, ¿Qué tal fue la reunión? ¿Qué tal le fue a tu hermano? ¿Nos vemos mañana finalmente?” sin necesidad de usar jeroglíficos ni emitir audios de 7 minutos. Pero, claro, yo pregunto cosas normales, de andar por casa, de 1º de parvulitos…y entonces llegáis los new age del WhatsApp, con vuestras técnicas de comunicación sacadas directamente de la Universidad de Tontulandia.

Caso 1: El Cantautor Poeta del Intro.

Porque no has descubierto que los textos se pueden escribir seguidos y respondes así::

Hola
buenos
días
todo
bien
gracias
y
tú
qué
tal

—¡Oye! ¡Que parece que hayas cogido hipo en el Intro de la máquina de escribir!

Caso 2: El Locutor Profesional.

A las preguntas sencillas anteriores y respondes con un audio (o varios) de 7 minutos y 43 segundos para decir, eso sí, “todo bien”

Releches, si tus audios son más largos que los anuncios de Antena 3 pre-final de la peli!

Caso 3: El Egipcio y sus Jeroglíficos.

Solo contestas con emoticonos. A las preguntas sencillas de antes respondes con:

👀🙏🔥💃❌😂

—No me queda claro si la respuesta es un sí, un no, un refrán de colores o un “luego te contesto que ahora voy a comprar el pan”

Caso 4: El Breve Incomprendido.

A las preguntas de siempre, respondes con una sopa de letras que ya quisieran los suplementos dominicales.

«t qdste cn jn xq io n pdo ir, wpa! jjsjs, tqm bb»

—¿No pusiste las gafas para escribir, te está dando un ictus dactilar o estás enviando un mensaje al más allá? Porque me cuesta entender el mensaje sin subtítulos

Y claro, cuando me contestas con algunos de esas respuestas por “guás (whatssapp)” me pregunto:

¿En qué escuela de tontunos estudiasteis todos los new age pues para entender vuestros mensajes hay que traer un traductor simultáneo de “Tontuñol Emoticona Avanzado Versión PRO” con máster en Villa Cernícalo de Arriba en Jeroglíficos Actuales?

Epílogo viejuneishon

Escucha, no digo que antes todo fuera mejor, ni que ahora todo esté perdido, sino que son momentos diferentes.

Cada época tiene su estupidez, lo sé. Pero a veces, con tanta “new age”, todos los días me pregunto si no estaremos confundiendo progreso con ruido, velocidad con sentido, y postureo con propósito.

Al final, mientras tú corres para alcanzar el mañana, yo/nosotros —los viejunos, los de antes, los que no somos de la NEW AGE— nos sentamos, pedimos un café (de los normales y no un desayuno new age de ésos donde igual toca tostada de pan sin gluten acompañada de aguacate en espiral dorada y pizca de sal del Himalaya bendecida por chamán vegetariano) y observamos.

Porque con los años, lo que más se aprende no es a correr… sino a ver venir.

Y por cierto, “NEW AGEro”, la próxima vez que quede contigo (será la cuarta) y llegues tarde, aunque sea cinco minutos y no avises, me voy y no te atiendo.

Es que mi salud viejuna no me permite estar pendiente de “NEW AGEros” impertinentes.