Los desinformadores creen que con mentiras pueden detener la historia. Creen que pueden sepultar a la fuerza dos liderazgos que nacieron del voto ciudadano. Se equivocan. Venezuela ya eligió un camino y a sus referentes.
La guerra de rumores envenenados contra Venezuela está en pleno desarrollo.
No es una batalla menor: es un plan sistemático que busca desmoralizar a los venezolanos, confundir a la comunidad internacional y, sobre todo, borrar del radar los nombres de María Corina Machado y de Edmundo Gonzalez, como si la voluntad popular pudiera desaparecer por decreto o por obra y gracia de una maliciosa propaganda.
Pretenden, ilusamente, enterrar un desenlace histórico: las elecciones primarias del 22 de octubre de 2023, en las que María Corina Machado obtuvo el 93% del voto ciudadano. ¿Cómo se eclipsa un liderazgo legitimado directamente por la gente? ¿Cómo se opaca una fuerza que surgió de una consulta libre, organizada por venezolanos y para venezolanos?
La siguiente maniobra en esta agenda de intrigas consiste en sugerir, con aires de falsa inocencia, que la salida a la crisis pasa por celebrar “nuevas elecciones”.
Pero entonces cabe una pregunta elemental: ¿Acaso no reconocen, como ya lo han hecho gobiernos democráticos (EEUU, entre muchos) los comicios del 28 de julio de 2024, ganados contundentemente por Edmundo Gonzalez?
Querer reescribir los hechos no solo es un insulto al ciudadano venezolano, sino un intento desesperado de anular a quienes hoy representan un liderazgo sólido, coherente y avalado tanto dentro como fuera del país.
Ese liderazgo —el de ambos— ha sido además reconocido internacionalmente, como demuestran diversos galardones, incluido el Premio Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado. ¿Qué mayor testimonio de legitimidad puede haber?
Es inaceptable e inviable hablar de transición democrática en Venezuela borrando del mapa a los liderazgos que el pueblo eligió en las urnas.
Otro de los rumores que siembran algunos operadores de desinformación es el de un supuesto “gobierno de transición”, pero sin María Corina Machado y sin Edmundo Gonzalez. Es decir, un arroz con pollo… pero sin pollo. ¡Inaceptable! ¡Inviable!
Según los difusores de esta conjura, “si Nicolás Maduro sale del poder, Venezuela quedaría sumida en un caos absoluto. La verdad es exactamente la contraria:El caos lo genera Maduro. La tragedia venezolana comenzará a revertirse el día en que logremos sacar del poder a quien lo usurpa.
A ello se suma otra falsedad: “que la oposición carece de planes para asumir el poder y reconstruir el país”. Ignoran, o fingen ignorar, un hecho incontrovertible: el Plan Tierra de Gracia, detalladamente diseñado por los equipos técnicos de María Corina Machado y Edmundo Gonzalez, el cual traza una hoja de ruta seria y viable para la exitosa recuperación nacional.
Parte de esta guerra se libra desde ciertos medios de comunicación y plataformas, donde se difunden relatos deliberadamente contaminados.
Un ejemplo reciente: la afirmación de que Donald Trump estaría “desesperado por hablar con Nicolás Maduro”.
Las instituciones de Estados Unidos han catalogado a Maduro como terrorista, líder de un cartel de narcotráfico y jefe de un régimen corrupto asociado a redes internacionales de terrorismo. Estos hechos están documentados y no dependen de versiones anónimas ni de operadores de rumorología.
No puedo dar cabida a especulaciones ni a irresponsabilidades. Me limito a recordar certezas verificables: las instituciones de Estados Unidos han catalogado a Maduro como terrorista, líder de un cartel de narcotráfico y jefe de un régimen corrupto asociado a redes internacionales de terrorismo.
Estos hechos están documentados y no dependen de versiones anónimas ni de operadores de rumorología. Al día de hoy, bastaría con leer la carta dirigida al presidente Donald Trump, atribuida al general Hugo “pollo” Carvajal, publicada en el diario ABC de Madrid.
En esa misiva, el otrora poderoso jefe del aparato de inteligencia al servicio de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro, “no deja títere con cabeza”. Se confirma todo cuanto hemos venido denunciado, desde hace ya algún tiempo, sobre los vínculos de ese podrido régimen con la corrupción, el narcotráfico y el terrorismo internacional.
Conclusión
Los desinformadores creen que con mentiras pueden detener la historia. Creen que pueden sepultar a la fuerza dos liderazgos que nacieron del voto ciudadano. Creen que pueden vender la idea de que “Maduro es un mal necesario” o que “su salida abriría un abismo”.
Se equivocan. Venezuela ya eligió un camino y a sus referentes. Y ni el miedo, ni la propaganda, ni los rumores envenenados podrán borrar lo que el pueblo decidió, lo que la comunidad internacional reconoció y lo bueno que le espera, muy pronto, a Venezuela, lo que la historia ya comenzó a escribir.
Ni el miedo, ni la propaganda, ni los rumores envenenados podrán borrar lo que el pueblo decidió y lo que la historia ya comenzó a escribir para Venezuela.

Antonio José Ledezma Díaz (San Juan de los Morros, 1 de mayo de 1955) es un político y abogado venezolano, destacado opositor al régimen de Nicolas Maduro. Actualmente exiliado político en España. Fue el alcalde mayor del Distrito Metropolitano de Caracas hasta 2015, cuando fue sustituido por Helen Fernández.También se ha desempeñado como alcalde del municipio Libertador de Caracas en dos ocasiones y gobernador del antiguo Distrito Federal. Fue dos veces Diputado del extinto Congreso Nacional de Venezuela (actual Asamblea Nacional) desde 1984 y fue elegido Senador de la República en 1994, siendo la persona más joven en ser elegida para ese cargo.