Estos días atrás, el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ha estado de efemérides, así que he preguntado por ahí.

Parece que hubo un buen desfile de la cosa política arropada por sus palmeros agarrados a la subvención. Un evocatorio destinado a recordarnos la apertura de las puertas y escaleras del HUCA. Aconteció el 14 de junio de 2014, bajo la hégira del presidente Javier Fernández Fernández. ¡Fue un milagro tras décadas de espera! Así que tuvo que ser en el día de san Félix de Córdoba, convertido al cristianismo aquí, en Asturias, que se obró el milagro en esta bendita tierra de bendiciones. ¡Así que no hay que perder la fe!

Entre la mística y el incienso progresista, don Adrián Barbón Rodríguez no pudo evitarlo: una homilía de las suyas.

Aficionado a la exhortación panerética, largó un sermón camino del laudatorio. Que si la oposición y el hospital… que si los enemigos interiores tratando de destruir sanitariamente la nación astur… En fin, esas cosas que se dicen sin recato ni intención de revisar las hemerotecas. Así que, vista su querencia por los asuntos de la trascendencia, con seguridad simbólica pasará de nuevo por la pila bautismal con agua propia del Nalón a su paso por Laviana: Fray Adrián Barbón Rodríguez; dicho con todos los respetos y admiraciones que existen bajo los cielos.

Bien haría el presidente Barbón en hacer un petitorio a esa cohorte de expertos que lo adornan, para conocer el detalle de lo que la obra fue. Más que nada, para no irse muy arriba como con el Alvia y sus «retrasinos» de enciclopedia. Creo que le vendría bien purgar los pecados de aquel calvario que aún reposan al lado de los nidos de ametralladora de la guerra civil. Que no está mal, por si hay que volver a las trincheras y los túneles. Dicen, que solo en la cosa del cemento y la argamasa, la obra dio un estirón hacia arriba de un 30% de sobrecoste, como el aceite de oliva que viene de Ucrania. Vamos a dejarlo ahí.

Al menos sabemos algo. Dijo en su día, la Sindicatura de Cuentas de Asturias, esa entidad independiente que vive del presupuesto regional… pues eso. Aseguró lo siguiente:

«El objetivo del informe consiste en ofrecer una visión general de la ejecución del nuevo HUCA. Se trata de una auditoría de legalidad sobre la operación en la que se enmarcan la constitución de la empresa pública Gispasa, el contrato de construcción del nuevo hospital y sus modificados, así como una muestra seleccionada de los contratos de equipamiento. Todo ello incluye el análisis del cumplimiento de plazos y costes».

Fecha de aprobación: 19/12/2013 (https://sindicastur.es/informe/2013-41)

¡Ojo al parche: «Una auditoria Legal»! ¿A quién le importa la gestión, la eficiencia operativa y su pertinencia? ¿Deberíamos aguardar un resultado ilegal? Parece un asunto de ocurrencia astur.

Una evaluación es una cosa horrorosa, cientos de tochos de documentos que nadie ha de leer. Lo dijo la sindicatura: «una muestra seleccionada»; aunque se ignora el criterio de selección.

La obra iba para cuatro años y medio, pero el hormigonado y las cañerías nos llevaron la cosa manual a ocho años bien largos, así que cualquiera puede echar su mente a lomos de dron sobre la operativa y las parcelitas de la zona.

Sabemos de su entusiasmo por la sanidad pública. Como si a los guerreros astures nos trajese al pairo los brujos de bata blanca con su caldero de pócimas y la farmacia.

Dio muestras de su arrojo frente al virus sanguinario de la COVID acatando con respeto las instrucciones de los curanderos. Por ventura lo suyo fue poca cosa, unas horitas y de nuevo a la Casa-Palacio de la Presidencia del Gobierno.

Hace muy bien en preocuparse por nuestra salud. Aunque no parece que le hagan mucho caso los listeros. Ya sabemos cómo van «las listas del desespero», no porque sean muy largas, sino porque son demasiado anchas. Si Oftalmología te lleva a los tres años de espera, que falta poco, acabaremos trabajando para la ONCE. Así que como en el chiste limitado: «No era nada lo del ojo y lo traía en la mano».

Aunque visto, lo visto, me disculpo por el retorcimiento, podemos decir que empezamos a estar «un poco hartinos» de esperar.

Aunque parece que no lo tiene difícil. Barrunto que están contentos en el Colegio de los galenos.

El Gobierno de la Nación parece encendido con reformas a espaldas del colectivo: El Código Deontológico y las cesiones nacionalistas, de la acreditación autonómica de los médicos extranjeros… y la adaptación del Sistema Mir a la realidad plurinacional, como en Bolivia.

Los colegiales parecen mantenerse bajo los efectos de la anestesia.

No sé si se habrán enterado, seguro que sí, de que el gobierno los tiene enfilados y que acabará levantando la colegiación obligatoria ante el susurro de los sindicatos de clase, es decir de los clasistas, que buscan liquidar la competencia por las batas y las calzas.

Pero lo que nos preocupa a los asturianos es saber por dónde nos dará el aire en las cosas de los achaques y la reumatología.

No hay dinero, y sin plata, no hay mucho por esperar.

Mal futuro tiene esta sociedad de pobreza creciente y de crédulos de santoral dispuestos a besar la estampita del día que nos regala el ejecutivo. Parece que al Gobiernin le toca gestionar la miseria y los problemas de la aspirina.