Vuelve Barbón de las vacaciones y lo que se aventuraba como un plácido aterrizaje en la inauguración oficial de la Feria el viernes 2 de agosto y el Descenso del Sella el sábado 3 se ha convertido, gracias al presidente Pedro Sánchez, en un sapo difícil de tragar.
Y no vuelve bien porque el hecho de que tuviera que ser su consejero de Hacienda el que intentara tranquilizar a los asturianos ante el expolio de la “caja común” firmado por Sánchez para seguir en el poder, ha quedado bastante mal. En todas las Comunidades del PSOE han sido sus líderes los que han mostrado el rechazo; en Asturias, un segundo.
Argumenta Barbón que estaba de vacaciones y que necesitaba descansar. “No soy un superhéroe”, buena excusa recurrir a algo sentimental o personal cuando queremos esquivar las críticas a nuestra incapacidad manifiesta o error intencionado.
Es un asunto lo suficientemente grave como para adelantar un día, o los que sean, el retorno de las vacaciones y darnos una explicación, o recurrir a su tan frecuentada X (Twitter) para, en unas líneas, tranquilizar a los asturianos. Si había tiempo para ayudar a encontrar a Coco, también para dar explicaciones.
Necesitaba esas horas para ver cómo reaccionaban el resto de barones y preparar una respuesta que fuera lo suficientemente contundente para los asturianos y lo bastante tibia frente a Pedro Sánchez. Esa respuesta es inútil porque la defensa de la financiación de Asturias es antagónica al acuerdo con ERC.
Nada de lo previamente pactado tiene ya valor y queda supeditado a este expolio que Pedro Sánchez está cometiendo, figura que ya ha fulminado sus ahorros, vendidas sus propiedades, robado el dinero a sus padres y que ha empezado con las joyas de la abuela, primero empeñadas, luego perdidas para siempre, todo con tal de seguir en el poder.
Un acuerdo positivo para Sánchez pero letal para presidentes como Barbón que difícilmente lograrían apoyo electoral suficiente para repetir en unas próximas elecciones autonómicas que la oposición aprovecharía para decir que su jefe nos ha empobrecido a todos. Apoyar a Madrid sí, pero a cambio de inmolarse, no.
Por tanto, y supeditados todos los esfuerzos a que ERC y Junts sigan sosteniendo a Sánchez, ahora es el turno de engañar a los ciudadanos, a los asturianos en particular.
El primer trampantojo es el de “vamos a recibir lo mismo”. Lo repetirán hasta la saciedad, que Servicios Sociales, Sanidad, Educación… todo está asegurado y aunque preguntemos de dónde van a salir los 20.000 millones que van a faltar de la “caja común”, usarán expresiones como mecanismos de compensación, de solidaridad… palabras que nos sonarán bonitas y que creeremos reales.
Como no habrá “caja” de la que tirar solo podrán hacerlo vía incremento de los impuestos, de nuevo orientados a mantener Sanidad, Educación.
Dirán también que la solución al problema de la financiación pasa por el federalismo, esa idea que el PSOE lleva mullendo años, contraria a la Constitución, pero que les sirve para justificar el emprendimiento de cualquier medida que mine el Estado de las Autonomías, ése que sí aparece en la Carta Magna.
Repetimos: un debate, el federalista, anticonstitucional, por mucho que desde los tiempos de Besteiro y su “Propuesta de Reus” se insista en llevarlo a cabo y la pretensión discurra ahora por la exaltación de ese Estado de las Autonomías como paso previo a la implantación del federalismo.
El federalismo (o la confederación) como solución a los problemas, igual que la República. Cuando desde la izquierda se ven desbordados ante una realidad demoledora surgen estas clásicas entidades ideales que nos salvarán de todo y que lamentablemente muchos ciudadanos siguen con fe ciega, no dudamos que plenos de buena voluntad, atados al cable de la ideología, caminando en círculos, con la cabeza gacha, como en un molino, sin más futuro que el que tienen un par de pasos por delante.
Crearán nuevos órganos de coordinación que estudiarán el reparto “justo” de lo que quede, buscarán en Europa la financiación que aquí no tienen y seguirán aumentando la deuda porque el dinero público no es de nadie y ellos son el poder omnímodo: si necesitan más dinero, lo imprimen.
Lo firmado por Sánchez es un expolio que perjudica a las regiones más pobres, Asturias entre ellas. Barbón no puede rechazar nada porque está sometido al dictamen de su jefe, no les dirá a sus diputados en el Congreso que voten en contra y esperará a cualquier ocurrencia ideológica a la que agarrarse para vendernos eso de que “ni perdemos ni perderemos, todo lo contrario, estaremos mucho mejor”. Los que le critiquen serán tachados de insolidarios, poco patriotas y de anteponer sus intereses a los de Asturias. Lo de siempre.
Pero nunca estamos mucho mejor. En el discurso en la Feria, acelerado y en ocasiones ininteligible, algo extraño en Barbón, comparó la situación de Asturias de hace 5 años “cuando fui elegido presidente” con la de hoy. Se fijó en un par de cuestiones positivas pero hay tantas, tantísimas en las que hemos ido para atrás que solo cabe esperar pacientemente a que algún día la mayor parte de la población se de cuenta de que nos estamos quedando atrás y que llegará el momento en el que nos habremos descolgado del pelotón de cabeza, cuando ya no haya solución.
Los hechos son los hechos, independientemente de los sentimientos, deseos, esperanzas o miedos de los hombres.