Esta semana he tomado, en 2 cafeterías casi contiguas, 2 cafés con leche y con hielo de los de toda la vida, pues no requería por mi parte ninguna necesidad del tipo lactosa, sacarina, vaso alto, altura del café o de la leche, cantidad de espuma, temperatura y un sinfín de casuísticas en combinaciones de «x» elementos.

Uno me costó 1,60 € e iba acompañado de una pastita de cortesía; el coste del otro fue de 2,0€ y sin las gracias siquiera.

Y ante tal disparidad de precios he reflexionado en voz alta:

  • 1 ¿El primero comprará el café al por mayor y el segundo irá el dueño de la cafetería en persona y en burro a comprarlo al país de origen?
  • 2 ¿Uno comprará el café de marca blanca y el otro marca «Top», aunque el sitio no sea adecuado para apreciarlo como tal?
  • 3 ¿Uno reciclará el café y el azúcar sobrante o incluso lavará las tazas y la cucharilla sólo cuando sea menester y el otro lo meterá todo en el lavavajillas cada vez que se use?
  • 4 ¿Uno tendrá un camarero que pueda atender 10 mesas a la vez y el segundo atenderá sólo mesa a mesa y comensal a comensal haciendo miles de paseos hasta la barra?
  • 5 ¿Uno ganará dinero y el otro ganará mucho dinero con la venta de los cafés?. Porque si el segundo dice que anda justo, el primero pierde en cada café y, en cambio, si el primero gana dinero, el segundo está fuera de mercado.
  • 6 Uno comprará el hielo a granel y el otro hará los hielos uno a uno?

¿O simplemente uno de los dos o ninguno ha hecho un Plan de Negocio y deja el resultado empresarial al albur de la diosa fortuna?

Cabe decir que hace un par de años un amigo me dijo si podía atender a un familiar suyo que quería montar una cafetería.

Me reuní con él y su principal argumento para montarla era que llevaba muchos años en hostelería y que fulano, que no tenía ninguna empatía, había montado una y le iba de lujo.

Pregunta inicial: ¿Cuánto quieres llevarte limpio al mes para casa?. Escríbelo en un papel.
Contestación: XX

Cogí ese papel y lo guardé indicándole «ahora vamos a ver gastos del tipo: alquiler, SRC, energía, agua y un largo etcétera así como ingresos tales como número de cafés, pinchos, otro tipo de consumiciones con un precio medio de venta.

Después de casi media mañana pues siempre cuesta mucho imaginar cuánto se va a vender, sumamos los ingresos le restamos los gastos y al final la cantidad salía negativa; o sea, que no iba a cobrar a final de mes si no que tendría que aportar dinero. Al menos durante muchos meses.

Se quedó ojiplático y me argumentó: «López, pero eso no puede ser, nadie hace un Plan de Negocio para montar una cafetería; tiene experiencia en hostelería, la monta y en paz». Contestación: «tú mismo, pero utiliza el borrador y retócalo aumentando los ingresos y disminuyendo los gastos. Y también observa lo que está haciendo diferente quién dices que es nulo y, sin embargo, gana mucho dinero».

Postdata: montó la cafetería y la cerró al año. Igual vendió los cafés a 1,20 € y perdía dinero en cada uno o los vendía a 1,70 € y no le entraba nadie.

O quién sabe…

Por cierto, 2 reflexiones en voz alta:

  • 1 Al que cobra 0,30 € por el hielo, si pido una Coca Cola sin hielo, Me descuenta esa cantidad?
  • 2 Si después de cenar voy a una cafetería a tomar un café y me indican que después de las 22:00 no se sirve café, ¿Deberían seguir llamándola cafetería o mejor “cubalibrería” o “güiquiría”?

Ahí lo dejo…