Introducción: el nuevo programa «Alquilámoste»
Es noticia estos días la puesta en marcha por parte del ala comunista del Gobierno regional de la iniciativa «Alquilámoste», destinada a «movilizar viviendas vacías de titularidad privada y destinarlas al alquiler asequible», facilitando así el acceso a la vivienda a personas con recursos limitados que en el mercado libre no tendrían opciones.
El Principado se convierte en la agencia que media entre propietarios e inquilinos, ofreciendo una serie de garantías para que ambas partes lleguen y mantengan un acuerdo.
El precedente de Avilés
En Avilés llevan más de doce años sufriendo un programa similar aunque menos coercitivo que el propuesto ahora para toda la región. «Avilés Alquila» supera los 500 contratos en todo este tiempo, un ejemplo palmario de la «eficacia» socialista en política de vivienda.
Un modelo más caro y más lesivo para la propiedad privada
Las similitudes se agotan en el objetivo de sacar viviendas vacías al mercado a precios asequibles. La propuesta de Ovidio Zapico da una vuelta de tuerca al modelo avilesino, pero con un concepto mucho más lesivo para la propiedad privada y considerablemente más caro para el contribuyente.
El lector progresista (si por aquí lo hubiera) habrá empezado a resoplar al leer el párrafo anterior así que intentaremos hacer un ejercicio de inútil pedagogía que le muestre la realidad de un programa perverso:
Cómo funciona realmente el programa
- •El propietario cede la vivienda por un máximo de 7 años y 4 meses y solo puede recuperarla si lo especifica expresamente en el contrato de cesión. ¿Quién puede garantizar que no la necesitará antes? Zapico lo sabe y, como el programa está condenado al fracaso, no la devolverá.
- •El Principado paga al propietario un máximo de 700 € mensuales (actualizable anualmente). Si la vivienda está vacía, el propietario sigue cobrando… porque pagas tú con tus impuestos. Si el inquilino no puede pagarlo todo, el Principado complementa la diferencia… con tus impuestos.
- •El IBI lo abona el Principado (tú) y Vipasa repercutirá los suministros al inquilino. Si los gastos superan el porcentaje máximo de sus ingresos, la diferencia la pagas tú.
- •En caso de impago del inquilino, Vipasa cubre el alquiler. Es decir, pagas tú.
- •Si el inquilino causa daños, el Principado los asume y los repara… con tus impuestos. El seguro también lo pagas tú.
- •Cuando el propietario quiera recuperar la vivienda y esté destrozada, el Principado tiene hasta 60 días para arreglarla. El coste, obviamente, lo pagas tú.
Consecuencias: expulsión del alquiler tradicional
En resumen, otro chollo comunista: un sistema público de alquiler en el que se asumen infinidad de gastos y responsabilidades que al resto de los ciudadanos no nos importan y sí nos perjudican.
Es la fatal arrogancia del socialismo que se cree omnisciente, capaz de encontrar todas las soluciones.
La política de vivienda de la izquierda es una de las más lesivas que sufre la sociedad española. La supuesta protección del vulnerable ha generado la indefensión absoluta del propietario que ha optado por llevar su piso al alquiler turístico, a la venta o, simplemente, a cerrarlo.
La izquierda ha expulsado miles de viviendas del mercado de alquiler tradicional impidiendo que una oferta abundante abarate los precios y permita a los ciudadanos, con su esfuerzo, acceder a un hogar digno.
Para tapar su propio desastre inventan programas estatales (muy del gusto comunista) como éste que fracasan estrepitosamente mientras visten el error de ideología y lanzan boutades como la de Zapico: «Si tuviera que expropiar a un gran tenedor, lo haría».
Una cultura política que castiga al que trabaja
Que haya quien aplauda estas ocurrencias resulta incomprensible.
Quizá sean los mismos que combaten el capitalismo, el liberalismo, el mercado libre, a los malvados empresarios, que gritan contra los fondos buitre sin saber qué son, que creen que vivir subvencionado y con ayudas es la manera más noble de autorrealizarse.
Los que cuando un okupa les usurpa la vivienda heredada de sus padres con la que complementan su renta, protestan; los que piden arreglar el coche o hacer una chapucilla sin factura «porque el IVA es mucho dinero y que lo paguen los ricos»; los que cobran horas extras en negro «porque Hacienda se lleva demasiado»; los que prefieren hacerlas ellos en vez de exigir que contraten a más compañeros.
Zapico y la demagogia en un Estado subvencionado
Políticos como Ovidio Zapico son la prueba de que la demagogia triunfa en Estados serviles y subvencionados como el nuestro.
Viven de que los ciudadanos dependan del Estado porque en cuanto la gente empieza a trabajar, a prosperar y a crecer, abandona esos postulados inmorales que defienden socialistas y comunistas y comprende que la dignidad nunca llegará de la mano de personas como Ovidio Zapico.
Por eso, el único objetivo del socialismo y del comunismo es empobrecernos, convertirnos en seres mendicantes, agradecidos por un Estado protector sin el cual no seríamos nada mientras ellos tienen y disfrutan de todo.
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