De la dimisión de Lydia Espina a la necesaria de Adrián Barbón. Una crisis en cadena
Porque aquí no hablamos de malentendidos. Hablamos de decadencia. La dimisión de la consejera de Educación, Lydia Espina, es solo el último eslabón de esa cadena. Pero no es un caso aislado. Tampoco una salida estratégica. Es un síntoma, una señal clara de que algo se ha roto.