Al final ha pasado. Tanta ha sido la presión, convenientemente amplificada por la fachoesfera,  a la que los grupos radicales de extrema derecha han sometido a Pedro Sánchez que éste ha tenido que apartarse, recluirse y someter su conciencia a un profundo análisis que determine cuál ha de ser su futuro y por tanto el de todos nosotros.

Como decimos, todos los ataques que ha sufrido su familia le han quebrado, sobre todo los dirigidos a su mujer Begoña Gómez. En una emotiva carta publicada en redes sociales señala claramente que una “organizacion ultraderechista llamada Manos Limpias” ha conseguido que un juez abra diligencias contra su esposa por tráfico de influencias y corrupción.

Ya sabemos que los jueces abren sin motivo alguno este tipo de actuaciones así que no esperamos que tenga mucho recorrido. Además, algo sucede en la judicatura porque no es la primera vez que hacen caso a Manos Limpias que también removió asuntos como el caso Urdangarín y la Infanta Cristina, y todos sabemos cómo acabó. Aún así, la burda conexión que medios y denunciantes intentan establecer entre el trabajo realizado por Begoña Gómez y las ayudas públicas que recibieron empresas como Air Europa no se sostiene y estamos seguros de que el juez la exonerará de toda culpa. 

Insisten en atacar a su esposa que, seguro que con mucho esfuerzo, consiguió que la nombraran Directora de la Cátedra de Transformación Social Competitiva UCM. No sabemos qué méritos formativos o profesionales serán necesarios para que una persona sea nombrada para tan alta responsabilidad pero Gómez, aun sin poseer formación académica de alto nivel, es tremendamente exitosa en su desempeño.

Todos conocemos a alguna persona que para ser profesor de instituto necesita un grado, un máster y tal vez opositar. Y en la Universidad un doctorado y más cosas. En el caso de Begoña no hace falta porque tal es su valía que también es directora del Africa Center, un organismo del Instituto de Empresa capaz de lograr patrocinios de empresas de gran prestigio como Air Europa. Hay desalmados que vinculan este tipo de acuerdos con que la SEPI rescatara a la aerolínea con 475 millones de euros pero, reiteramos, no son más que habladurías interesadas.

Estos días también aparece el hermano de Pedro Sánchez que al parecer ha utilizado ciertas argucias para no tributar en España por sus ingresos. Le acusan de querer ahorrarse 76.000 euros en impuestos pero tampoco dudamos de que será un error de interpretación de las normas tributarias y el hermano de Sánchez regularizará de inmediato su situación. Poco tiene que ver este caso con el novio de Ayuso, mucho peor y que seguro sí que acaba con sentencia judicial en su contra. Seguro.

Pero es que desde fuera de España la ultraderecha sigue atacando al presidente. La Audiencia Nacional se ha visto obligada a retomar el “caso Pegasus” que, recordemos, estaba relacionado con un supuesto espionaje a multitud de figuras públicas, entre ellas Pedro Sánchez. Esperemos que se clarifique este asunto y se acaben con las especulaciones que vinculan el cambio de posición de Sánchez (que no de España) en el Sahara, algo que hizo de manera valiente y personal, sin consultar con la oposición dado que, ante cuestiones de Estado, lo importante es mirar hacia adelante, progresar, y no contar con quienes frenan nuestro avance. Si durante décadas el consenso entre ambos partidos era habitual, por fin ya no es así. No se puede hablar con quien no escucha.

Begoña, el hermano, Pegasus… Es normal que el presidente se resienta. En la sesión de control de ayer 24 de abril se le notaba preocupado.

No puede abandonarnos.

Hay mil logros que celebrar y otros mil que esperar. El presidente con el índice de valoración ciudadana por las nubes, que ha conseguido unir el país, entretejer alianzas en territorios y regiones, que ha exonerado de toda culpa con una más que merecida amnistía a los violentos del 1 de octubre en Cataluña.

Un Pedro Sánchez que por fin ha arrinconado a esa minoría de fachas que todavía tienen derecho al voto (más de 9 millones) y que lastran nuestro futuro.

  • Un presidente que ha amalgamado un frente de izquierdas diverso, luminoso, progresista, con inquietudes tan diversas como Sumar, Bildu… o antiguos partidos conservadores que han cedido a su encanto, su diálogo, su disposición al abrazo: Junts, PNV.
  • El que con la mirada limpia ha superado el pasado, que visita las tumbas de Cuelgamuros con el espíritu del que nunca utilizará en su provecho el recuerdo a los caídos.
  • Que ha enterrado de una vez por todas a Franco.
  • Respetado en el exterior, en gira constante por decenas de países mientras aquí el Gobierno se organiza sin su dirección y con frecuentes discusiones entre ministras, se ha reunido con todos por un Estado en Palestina pero todavía no ha llegado a buen puerto aunque llegará, seguro, pese al elegante vacío diplomático que adivinamos.
  • Un presidente para todos, al frente de un partido que a nivel autonómico ha quedado reducido a un par de comunidades pero a cuyos líderes apoya sin fisura alguna, como en Galicia, tierra de éxitos electorales.

Somos un país con futuro

Los jóvenes disponen de millones de viviendas en alquiler a buen precio gracias a sus políticas intervencionistas que tanto éxito están demostrando; jóvenes que pueden encadenar contratos precarios y mientras están en casa, que es la mayor parte del tiempo, no figurar como parados, producto de una reforma laboral sin comparación en países del entorno.

Un país sostenible, verde, que cierra industrias contaminantes y que ayuda a los que se quedan en el paro, esos que languidecen deseando un empleo que no llega. Un país en el que todos somos iguales aunque haya regiones fantásticas como el País Vasco o Cataluña donde vivir o jubilarse es un poco más cómodo.

Un país con un campo cada vez más contento porque su gobierno les defiende frente a una Europa que favorece lo de fuera y no lo de aquí. Un país que cuenta con la administración para generar empleo por si acaso la empresa privada no lo puede hacer. Un país endeudado, cada día más, pero que no importa porque lo relevante no es devolver lo que se debe,  es ayudar, apoyar y sostener a quienes están con nosotros. Un país con una historia común, una idea común, un alma única, un espíritu único. Una nación, unida, fuerte, indisoluble, eutáxica.

Por suerte, y eso esperamos, estos 5 días que se ha dado los dedicará a recopilar adhesiones a su causa, recogerá todos esos abrazos que se desparramarán a los pies de la escalinata de Moncloa, escuchará los agradables trinos tuiteros, esperará con anhelo llamadas de sus amigos del exterior, esos con los que tanto se ha reunido. Seguro que el lunes se levantará como un hombre renovado, puro… nuestro doctor Manhattan, un dios post-humano.

Pedro, no te vayas, que lo mejor está por llegar.