Para que Nieves Roqueñí se merezca el título de consejera, debería dejar de ser simple portavoz de Industria de Adrián Barbón, delegado de Sánchez en Asturias. Así que comentamos las palabras de Nieves como procedentes del presidente regional, que actúa como enfeudado del presidente de su partido y ocupante de La Moncloa. La portavoz es, pues, mera reproductora.
Reproduce Roqueñí, ante la segura caída, más o menos lenta, pero inexorable, de la presencia de Arcelor en Asturias, que «En caso de que la multinacional siderúrgica «no confirme» su proyecto podría ser «otro operador cualificado» el que lo acometiera teniendo en cuenta «ese carácter estratégico de la siderurgia integral» que reconocen tanto el Gobierno central como el asturiano, ha apuntado Roqueñí, quien ha recordado que el único ciclo integral del acero que hay en España es el de Asturias y que el mantenimiento de este tipo de actividad en Europa pasa por la descarbonización de los procesos». https://www.lavozdeasturias.es/noticia/asturias/2024/10/01/industria-trabaja-posibles-soluciones-alternativas-proyecto-arcelormittal-asturias/00031727778163826160650.htm
Toda la prensa regional se ha hecho eco de sus palabras ante el peligro probado de frenazos en las inversiones por parte de Arcelor. Y en economía, frenar es retroceder. No retrocede Arcelor en su conjunto, sólo lo hace en Europa, pues las Américas, de norte a sur, le son más propicias, con menos fanatismo climático real y menos trabas a la inversión:
- En Canadá.
- En los EE UU.
- En Brasil.
El neoleguaje del socialismo, admitiendo lo innegable, que Arcelor va despidiéndose, aporta su dosis de creatividad:
- «Confirma» que la siderurgia tiene carácter estratégico para Asturias y que si no hay inversiones de esta empresa, imaginemos que las va a haber de otro operador cualificado, sin duda imaginario.
- Que ese carácter estratégico lo reconocen tanto el gobierno central como el asturiano. Y siguen así: creativos y felices. Deberíamos estar tranquilos ante esa declaración de intenciones, parece ser. Si Pedro Sánchez y el partido socialista reconocen el valor de la siderurgia, estamos tranquilos aunque debamos borrar de la memoria toda declaración de intenciones y promesas del dúo Sánchez-Barbón hechas hasta hace exactamente un minuto y de las que les quedan por hacer.
- Se refiere a los gobiernos de manera muy socialista, es decir, altamente despreciativa con esta nación que es España: el gobierno de aquí es asturiano, pero el otro, el grande, no es español, es central.
- Continúa con otra muestra de tozudez ideológica. Dice que este tipo de actividad (deja de llamarla siderurgia) pasa por la descarbonización ¡(pero si éste es el quiz de la fuga de Arcelor de Europa!).
- Finalmente, en un nuevo escorzo de grandísima inventiva, saca pecho de lo que debería de ser motivo de responsabilidad y temor: que el único ciclo integral del acero que hay en España es el de Asturias. Eso no le acongoja, para nada; prefiere, al modo Barbón, sentir lo grande que es Asturias por tener un ciclo integral del acero (ya ha vuelto a olvidar a Franco ¡cachis!) antes que ponerse seria con algo muy serio.
Y dado que Nieves es reproductora del discurso del que reproduce el discurso de Sánchez, hay que asignar sus palabras a ambos: Adrián y Pedro.
Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED