
A medida que se acerca el 11 de junio, fecha límite para que Duro Felguera evite el concurso de acreedores, sindicatos, el Ayuntamiento de Gijón y el Principado de Asturias parecen haberse despertado de una larga siesta.
Ruedas de prensa, concentraciones, declaraciones institucionales. Todos parecen descubrir ahora la urgencia de «salvar» la empresa. Pero lo cierto es que ninguno de ellos hizo lo que debía cuando había tiempo. Ni exigieron productividad (ay esos sindicatos) , ni facilitaron gestión responsable, ni acompañaron con reformas reales los rescates públicos.
Ahora, con el reloj en la mano y la insolvencia a la vista, fingen sorpresa.
Cronología de una ceguera consentida

Marzo 2021: La SEPI rescata a Duro Felguera con 120 millones de euros. El Principado, presidido por Adrián Barbón, suma otros 6 millones. La entrada en el capital de Prodi y Mota-Engil parece una tabla de salvación. Sindicatos y administraciones celebran el acuerdo. Nadie exige condicionalidad productiva ni planes de reestructuración rigurosos.
2022-2023: Duro Felguera sigue acumulando pérdidas. La productividad no mejora. La gestión no cambia. Barbón y su gobierno miran hacia otro lado, ocupados en su agenda verde y en vender Asturias como destino tranquilo. La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, no emite palabra.
Junio 2024: El arbitraje de Djelfa con la empresa estatal argelina Sonelgaz desencadena una obligación de provisión de 100 millones. Nadie reacciona. La amenaza de quiebra contable ya está sobre la mesa. Los sindicatos apenas se pronuncian.
Diciembre 2024: La empresa entra en preconcurso. La SEPI exige un plan de futuro antes de capitalizar su crédito. Barbón guarda silencio. Moriyón no se reúne con nadie. Los sindicatos no movilizan.
Febrero 2025: La SEPI mantiene su negativa a capitalizar sin garantías de viabilidad. La empresa suplica apoyo. El silencio institucional es atronador. El comité de empresa reconoce que no recibe información ni de la dirección ni de los gobiernos.
Junio 2025: A pocos días del final, todos comparecen. Carmen Moriyón visita al comité. Barbón llama a la prudencia. CCOO organiza concentraciones.
Pero ya no hay margen. El tiempo que se malgastó no se recupera con declaraciones de última hora.
La SEPI y el doble juego de Indra: de Epicom al Tallerón

El papel de la SEPI ha sido deliberadamente ambiguo. Cuenta con presencia en su Consejo de Administración: César Hernández Blanco, Director del Área del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas (FASEE) de la SEPI; y María Jesús Álvarez González, Directora Económico-Financiera de la SEPI, que han tenido un papel activo en la gestión de la empresa, incluyendo el nombramiento de consejeros, como el anterior CEO Jaime Argüelles.
La SEPI pidió públicamente que se profesionalizara la gestión, pero sus representantes no fueron parte activa en ello . Que se reordenara el negocio, pero sí que facilitaron su despiece parcial. Que se alcanzaran nuevas alianzas, pero los planes nunca se consolidaron.
La empresa no logró revertir su situación. Cuando en 2024 se pidió capitalizar el crédito, la SEPI exigió un plan de viabilidad serio, pero sus dos representantes no lo aportaron. Sin plan, no hay dinero.
Pero esa misma SEPI que exigía rigor, fue la que en 2023 forzó a Duro Felguera a vender Epicom, su filial de ciberseguridad, a Indra y Oesía. Lo hizo bajo la excusa de la «seguridad nacional», pero lo cierto es que Indra es también participada por la SEPI. Vendedora y compradora, orquestadas por el mismo dueño. El precio: 5,3 millones de euros. Una ganga para un activo estratégico que trabaja con el CNI y Defensa.
La SEPI consolidaba su control sobre Indra y desmantelaba Duro Felguera por piezas. Lo llamaron reestructuración. Fue un vaciado.
Ese mismo patrón se repite ahora con El Tallerón, la principal infraestructura industrial de Duro en Gijón. Indra, ya bajo el control creciente del grupo Escribano y con la bendición de Moncloa, ha hecho una oferta simbólica por la planta:
-La SEPI aplaude.
-El Principado lo celebra como «buena noticia».
Pero la operación no es sino una continuación de lo anterior: desguazar Duro Felguera para alimentar un «campeón nacional» impuesto desde arriba, sin transparencia ni interés por el tejido asturiano.
Lo que Duro Felguera representa para Asturias
Duro Felguera no es una empresa cualquiera. Representa más de 160 años de historia industrial. Genera más de 1.500 empleos directos. Tiene conocimiento tecnológico, ingeniería de valor, experiencia internacional.
Su desaparición sería un golpe demoledor para la economía de Gijón, para la red de proveedores regionales y para el propio prestigio de la industria asturiana. Se iría un activo estratégico que, bien gestionado, podría haber sido parte de la transición hacia una nueva industria tecnificada.
Pero si la empresa cae, también habrá impacto en los mercados. La pérdida total de los fondos públicos invertidos cuestionará la eficacia de los rescates. La salida de una empresa cotizada generará pérdidas para accionistas y proveedores.
El mensaje para futuras reestructuraciones será claro: sin control serio, los fondos del Estado no bastan. Y si el Estado además opera con interés cruzado, con un ojo en el salvamento y otro en la absorción, el juego pierde limpieza.
La lección liberal: sin responsabilidad, no hay rescate que valga
Esta historia encierra una lección clave: las tutelas del Estado, sin exigencia verdadera de resultados, acaban atrofiando a quien las recibe.
Duro Felguera tuvo la oportunidad de cambiar:
- -Recibió dinero, respaldo institucional, tiempo.
- -Los directivos politizaron la empresa.
- -Los sindicatos no se exigieron eficiencia.
- -Los gobiernos no aportaron profesionalidad ni sentido empresarial sino lo contrario.
Todos esperaban que alguien más lo resolviera. Y cuando llega la hora del abismo, levantan pancartas y micrófonos.
Una sociedad liberal no es una sociedad sin Estado. Es una sociedad con un Estado que responsabiliza, que interviene cuando hace falta, pero no para consolidar inercias ni para repartirse los restos.
Duro Felguera podría salvarse aún, si se impone la responsabilidad y la gestión eficaz. Pero para eso hace falta más que declaraciones. Hace falta un giro que no han querido dar.
Porque cuando se elige la comodidad del cortoplacismo, el abismo es solo cuestión de tiempo.
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1. Duro Felguera y SEPI se ven las caras en el último consejo antes del fin del preconcurso
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2. Duro Felguera busca convencer a la SEPI de que transforme su préstamo en capital para salvar la empresa.
La empresa intenta persuadir a la SEPI para que convierta en capital el préstamo de 120 millones de euros otorgado en 2021. La capitalización permitiría a la SEPI tomar el control de la compañía, pero se requiere un plan de viabilidad sólido para proceder.
3. Duro Felguera: despiece con firma pública.
Este artículo analiza críticamente el papel de la SEPI en la gestión de Duro Felguera, destacando la venta de la filial de ciberseguridad Epicom a Indra y Grupo Oesía, y la oferta de Indra para adquirir ‘El Tallerón’, señalando posibles conflictos de interés y el impacto en la empresa asturiana.
https://asturiasliberal.es/2025/06/01/duro-felguera-despiece-con-firma-publica/

Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED