
La escenografía del despropósito
La Conferencia de Presidentes celebrada en Barcelona el 6 de junio pasará a la historia no por los acuerdos alcanzados, sino por lo que escenificó: una coreografía del despropósito institucional, diseñada más para lavar la imagen de Pedro Sánchez que para resolver problemas reales.
La elección del lugar no era inocente: Cataluña debía volver a la “normalidad” mediante una foto institucional. A cambio, Sánchez ofrecía promesas vacías, evasivas sobre la financiación autonómica y un sistema de pinganillos que convirtió el español —lengua común— en una lengua más, sometida a la coreografía de la fragmentación.
Ayuso rompe el decorado

La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no quiso formar parte del teatro. Anunció que se levantaría si alguien intervenía en otra lengua que no fuera la de todos y cumplió su palabra.
Aguantó cuando Salvador Illa saludó en catalán, pero cuando el presidente vasco, Imanol Pradales, comenzó su intervención en su vascuence sintetizado, Ayuso se levantó y se marchó. «Pensé que había ido al baño», simplificó simulando ironía y bonhomía, Adrián Barbón. Otros, con menos simpleza, calificaron el gesto de valiente: no se trataba de un ataque a la diversidad, sino de una defensa de la sensatez.
La escena fue grotesca: presidentes que dominan el español mejor que su lengua regional recurriendo al pinganillo mientras el país asiste, pasivo, a la conversión de una herramienta de comunicación nacional en un decorado multilingüe para contentar a las élites.
La gran ausente: la financiación autonómica
Pero más allá del episodio lingüístico, el gran tema era la financiación autonómica. Y, paradójicamente, fue el gran ausente. El Gobierno ni siquiera lo incluyó en el orden del día. Solo tras la amenaza de plantón por parte de las autonomías del PP, Sánchez accedió a tratarlo de pasada.
Pero lo que se evidenció es que no hay voluntad real de reforma. Mientras diversas comunidades sufren una infrafinanciación crónica, el Gobierno abre paso a una “financiación singular” para Cataluña, eufemismo empleado por Salvador Illa para describir una realidad más grave: la cesión del IRPF a la Agencia Tributaria de Cataluña, además de la quita de deuda por valor de 15.000 millones de euros.
Una doble vara de medir que rompe la solidaridad interterritorial.
Quita catalana: desigualdad institucionalizada

La quita de deuda catalana, con o sin extensión a otras comunidades, supone una desigualdad institucionalizada. No se trata de una ayuda puntual, sino el preámbulo de una redistribución injusta de la carga fiscal: más recursos para el nacionalismo, más deuda común para todos.
El plan de Sánchez permitirá que a cada catalán se le condonen 2.300 euros de deuda pública, mientras que a los madrileños apenas 1.200. Emiliano García-Page fue claro: «Es la antesala de un concierto económico catalán». Incluso Alberto Núñez Feijóo pidió elecciones:
«Cuando el presidente no puede gobernar sin Puigdemont, es hora de que hable la ciudadanía».
Sánchez, el escapismo como método
Sánchez convocó esta conferencia con un solo objetivo: desviar el foco de la corrupción y del agotamiento de su legislatura. A cambio, ofreció un menú improvisado: vivienda, energía, educación 0-3 años… pero sin compromisos firmes ni presupuestos concretos. Todo quedó en promesas vagas. Las propuestas, como las escuelas infantiles o el plan de vivienda, fueron acogidas con cortesía por algunos, pero para nadie fue convincente.
La sensación general fue de caos y desorden. La reunión no sólo no resolvió nada: reforzó la percepción de que el Gobierno utiliza estas conferencias como herramientas propagandísticas.
Barbón, el escudero complaciente

El presidente asturiano, Adrián Barbón, jugó su simplista papel con precisión milimétrica: el de pacificador. Se esforzó en mostrar el lado amable del encuentro: habló de “foto institucional valiosa”, celebró “el retorno de Cataluña a la normalidad”, y animó a que el foro sirva para dialogar sin “pim, pam, pum”. Reduciendo decibelios neuronales suma puntos ante el jefe.
Cumplió con el guion de Moncloa. Porque si no hay avances, tampoco hay que cumplir compromisos. Y si no se aprueba la financiación autonómica, siempre se puede culpar al PP o a Page.
Barbón elogió el plan de Sánchez en vivienda, aunque suponga más esfuerzo de explicación ante los asturianos cuando se incumpla.
Aplaudió los fondos para educación de 0 a 3 años. Fondos que son europeos y que se tambalean ante el desafío del gasto militar que viene para los Estados aportantes netos a la UE.
Y aceptó, sin una palabra crítica, que el dinero para condonar deuda se destine primero a Cataluña.
Barbón y la energía: muchas palabras, cero presión
También apoyó con entusiasmo la reivindicación energética del vasco Pradales: un aumento urgente de capacidad eléctrica para las zonas industriales. «Asturias es industria y queremos seguir siéndolo», dijo.
Pero lo cierto es que, en seis años de mandato, Barbón no ha hecho una sola gestión directa ante Moncloa ni ante el Ministerio para exigir el llamado “anillo central” eléctrico, planificado desde hace más de un lustro y aún paralizado.
El entusiasmo en Barcelona contrastó con la pasividad en Madrid. A diferencia de Pradales, que propuso anticipar inversiones y exigió 6.000 MW más para su industria, Barbón se conformó con repetir eslóganes.
Conclusión: pinganillos, deuda y propaganda
Lo que dejó la Conferencia de Barcelona fue, en suma, una puesta en escena fallida.
– Ayuso rechazó participar en un teatro donde se sacrifica la lengua común en favor de una escenografía multilingüe absurda.
La financiación autonómica fue relegada a una promesa indefinida, mientras se institucionaliza el privilegio catalán con una quita y una cesión fiscal sin precedentes.
- -Sánchez sigue utilizando las instituciones como cortinas de humo.
- -Barbón se afana por parecer institucional cuando en realidad actúa como una extensión del sanchismo.
- -Y el país, mientras tanto, asiste al espectáculo con una mezcla de cansancio e incredulidad.
Porque lo que se prometió como un foro de diálogo y acuerdos de Estado, acabó siendo otra foto para el álbum del escapismo político.
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https://www.lne.es/asturias/2025/06/06/barbon-realiza-asturiano-primera-vez-118318180.html

Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED