(Fotografía de portada: Pedro Fuster, director de Estrategia de Defensa de Indra y Juan Escriña, director de Santa Bárbara. / LNE)
1. El discurso de EM&E frente a la amenaza de la absorción de SBS por Indra
El consejero delegado de Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), Fernando Fernández, ha iniciado en los últimos días una intensa campaña mediática, culminada con un artículo en prensa regional que más parece una proclama doctrinal que una reflexión estratégica. Con un estilo enfático y tonos épicos, nos habla del papel de la industria de defensa como motor de innovación, empleo y anclaje territorial.
Pero su alegato, cuidadosamente revestido de tecnocracia y patriotismo económico, obvia lo esencial: la forma concreta en que se pretende implantar este modelo y las consecuencias reales que tendrá para territorios como Asturias.
La cuestión no es si la defensa debe ser una prioridad estratégica –lo es, y lo será más aún en los próximos años–, sino cómo se estructura, quién se beneficia y qué tipo de modelo industrial se refuerza o destruye.
En ese marco, la pretendida absorción de Santa Bárbara Sistemas (SBS) por parte de Indra, con apoyo implícito del Gobierno central y la connivencia silenciosa de muchas instituciones, constituye una seria amenaza para el tejido productivo asturiano y para el propio equilibrio de la industria nacional de defensa.
SBS, heredera de toda una tradición fabril y tecnológica en Trubia y otras localizaciones, es una empresa con capacidad de integración, experiencia y red propia. Convertirla en un satélite de Indra –cuyo control accionario ha sido dirigido por Moncloa en una operación que ha centralizado el poder industrial en favor del grupo Escribano– es neutralizar su autonomía, frenar su capacidad de inversión y diluir su vínculo con Asturias.
El discurso de Fernández omite esta dimensión. Habla de talento, pero no menciona que Indra, en su modelo de compras agresivas, no garantiza la pervivencia ni del empleo ni del tejido industrial en los lugares donde se implanta. Habla de innovación, pero no cita que SBS ya tiene líneas abiertas de I+D y acuerdos internacionales.
Habla de reforzar capacidades nacionales, pero calla sobre el hecho de que las absorciones verticales de esta naturaleza suelen crear estructuras rígidas, vulnerables a vaivenes políticos y contrarias a la lógica de la colaboración interempresarial.
2. Defensa e ingeniería: el caso del Tallerón y sus consecuencias ocultas
Uno de los movimientos más reveladores de esta estrategia ha sido la compra por parte de Indra del Tallerón de Duro Felguera en Gijón, con la intención de reconvertirlo en una fábrica de vehículos blindados. El propio artículo de Fernández ensalza este tipo de operaciones, presentándolas como el despertar industrial que Asturias necesitaba. Lo que no dice es qué se pierde en el camino.
El Tallerón es uno de los grandes activos de la ingeniería asturiana. Ha sido centro de fabricación industrial pesada, con capacidad para acometer proyectos de gran complejidad y alto valor añadido en sectores civiles y energéticos.
Su reconversión en un espacio exclusivo para defensa implica desplazar esa capacidad hacia un uso restringido, subordinado a contratos estatales, y dependiente de la agenda política y presupuestaria del Ministerio.
Para las ingenierías locales –empresas como Idesa, Windar, entre otras– esto supone no una oportunidad, sino un riesgo: menos espacio de contratación, menos capacidad de diversificación, más competencia desleal por parte de una empresa apoyada por el BOE.
Las promesas de subcontratación que se hacen a sindicatos y opinión pública son papel mojado si no se estructuran legal y presupuestariamente.
Ya hemos visto lo que ocurre cuando el poder se concentra sin condiciones: favoritismo, opacidad y ruina para el entorno. En este sentido, el artículo de Fernández incurre en una peligrosa mistificación: sustituye una industria abierta y plural por una apuesta unívoca por la defensa controlada por su propio grupo.
No se defiende así ni la innovación ni el territorio. Se defiende una agenda corporativa encubierta en retórica nacional.
3. El modelo SBS: cooperación sin destrucción, integración sin absorción
El plan actual de Santa Bárbara Sistemas –que pasa por reforzar sus activos, ampliar sus capacidades productivas y establecer acuerdos de cooperación con otras empresas del sector, como Indra, pero sin integrarse en su órbita– es el camino razonable.
Ya existe colaboración en tecnologías críticas, como en el caso de TESS (Tecnologías de Electrónica y Sistemas de Seguridad), donde se comparten desarrollos pero se respetan las estructuras propias. Este modelo permite mantener la autonomía de las unidades industriales, fortalecer la cadena de suministro regional y nacional, y generar empleos estables sin necesidad de destruir el capital industrial existente.
¿Por qué entonces esa necesidad de absorción por parte de Indra? ¿Por qué esa obsesión por fagocitarlo todo, si no es por razones de control político y económico? SBS ha demostrado capacidad de interlocución internacional. Ha logrado contratos con países aliados y mantiene una sólida relación con el Ejército español. Su fortaleza no es incompatible con la colaboración con Indra, pero sí con su conversión en una mera pieza dentro del puzle de intereses de Moncloa y los Escribano.
El mensaje de Fernández, cuando se analiza en esta perspectiva, revela su auténtica finalidad: justificar y adornar una estrategia de concentración vertical del poder industrial en torno a una sola familia y una sola empresa, anulando la diversidad que hasta ahora había caracterizado al sector.
4. Los vínculos entre Escribano, Moncloa y la propaganda de EM&E
Escribano Mechanical & Engineering no es una empresa cualquiera. Sus relaciones con el Gobierno se intensificaron durante la pandemia, cuando fue favorecida en la contratación de respiradores en condiciones opacas. La propia UCO ha recogido datos sobre esas operaciones, poniendo en cuestión los procedimientos seguidos y el favoritismo institucional que podría haberse dado.
Desde entonces, el grupo ha pasado a ser el favorito del Ejecutivo en la reestructuración de la industria de defensa, y sus vínculos con la SEPI han sido claves para el control de Indra. El nombramiento de directivos afines, las maniobras para desplazar a consejeros independientes, y la posterior estrategia de compras, responden a una lógica de poder más que de eficiencia industrial.
En este contexto, las palabras del CEO de EM&E deben ser leídas con distancia crítica. No estamos ante un tecnócrata independiente, sino ante el portavoz de una empresa profundamente conectada con los centros de poder, que busca consolidar su hegemonía con la coartada del interés nacional.
Su retórica sobre la innovación, el talento y el territorio esconde una operación de concentración que puede dejar a regiones como Asturias sin voz ni control sobre su propio destino industrial.
5. Moriyón e Indra: cuando la política elige el camino fácil
La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, ha comunicado que ha ofrecido a Indra parte de los terrenos de Naval Gijón para que instale allí sus oficinas.
- -Lo ha hecho sin debate público,
- –sin informe estratégico conocido,
- -y sin analizar alternativas que reforzaran el tejido industrial sin entregarlo en bandeja a intereses ya sobrerrepresentados.
Es una decisión facilona y peligrosa.
-Facilona porque parece resolver un problema –el uso de terrenos públicos– con una solución rápida: atraer a un actor grande.
-Y peligrosa porque acelera la concentración de poder industrial en un solo grupo, sin exigir contraprestaciones ni garantías reales de impacto positivo en el empleo local.
La coincidencia temporal entre el artículo de Fernández y el anuncio de Moriyón no es inocente. Parece casi coordinada. Y si no lo está, revela al menos una sincronía interesada entre intereses empresariales y decisiones políticas que deben ser cuestionadas.
Naval Gijón podría ser, bien gestionado, un polo de industrias tecnológicas diversas, no una oficina satélite de un grupo que ya lo acapara todo. Gijón necesita ambición estratégica, no sumisión.
Necesita atraer a muchas empresas, no entregar terrenos públicos a una sola. Necesita una política industrial, no gestos para la galería.
Conclusión: defensa sí, pero con cabeza y con control democrático
La defensa es un sector estratégico, sin duda. Pero eso no justifica cualquier estrategia ni legitima a cualquier actor. Asturias debe apostar por reforzar su tejido industrial sin venderlo al mejor postor.
Debe defender su pluralidad productiva, su red de pymes industriales, su capacidad tecnológica y su talento joven.
-Y para eso, necesita más SBS y menos Indra omnipotente.
-Necesita más ingeniería abierta y menos reconversiones dirigidas desde despachos de Madrid.
El artículo de Fernández es revelador, pero no por lo que dice, sino por lo que pretende. Y la respuesta a su mensaje –y al de sus jefes en Moncloa– debe ser clara:
- -sí a la defensa, pero no así. Sí a la innovación, pero con equilibrio.
- -Sí al talento, pero sin concentrarlo todo en una única esfera de poder.
- -Y sí al futuro, pero no sacrificando el presente industrial de toda una región.
ENLACES RELACIONADOS:
1. Artículo de Fernando Fernández en La Nueva España (8 de junio de 2025): “Ideal de industria regional y soberanía tecnológica: EM&E y el desafío en defensa”
En este artículo, el CEO de EM&E defiende la creación de un modelo de industria de defensa descentralizada, basado en la colaboración público-privada, la transferencia tecnológica, y el fortalecimiento del tejido productivo regional, con especial énfasis en el perfil asturiano de innovación y talento.
https://www.lne.es/opinion/2025/06/07/asturias-clave-industria-defensa-118363930.amp.html
2. Investigación de la UCO/UDEF del contrato de respiradores adjudicado a EM&E: “Illa pagó sobrecostes en el Covid de hasta el 600 % a dos proveedores” (El Economista, actualización marzo 2024)
La UDEF/UCO investiga un presunto sobrecoste en un contrato de 36 millones de euros para la compra de 5.000 respiradores, en el que EM&E (Escribano Mechanical & Engineering) habría actuado como intermediario entre Hersill y Sanidad, lo que generó un margen excluido para investigación .
3. Propuesta de Carmen Moriyón para ceder suelo en Naval Gijón a Indra: “Moriyón ofrece a Indra suelo de Naval Gijón para que instale sus oficinas” (La Nueva España, 10 de junio de 2025)
La alcaldesa de Gijón anunció que ya ha ofrecido formalmente a Indra una parte de los terrenos municipales adquiridos en Naval Gijón, colindantes con El Tallerón, para que establezca allí sus oficinas, con miras a fortalecer la implantación industrial de la compañía en la ciudad .
Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED