Desde hace semanas, el caso Duro Felguera reaparece en los titulares como si algo hubiera cambiado de verdad. Se habla de “reestructuración” y se destaca el preacuerdo entre la SEPI y los socios mexicanos para inyectar 50 millones de euros.
También se menciona, en voz baja, una reducción en los intereses del préstamo estatal que lastraba a la compañía desde el rescate de 2021. Y, como si eso no bastara para reanimar a los escépticos, se presenta como pieza clave la venta de El Tallerón, una de las unidades productivas con mayor especialización de todo el grupo. Pero no.
Una operación que se sostiene más en el maquillaje que en la cirugía
Lo que aquí se está ejecutando no es una reestructuración. Es, como mucho, un parche financiero para evitar que los acreedores activen el botón rojo de manera facilona y sin miras al largo plazo.
Una maniobra de contención. Y, para quien mire más allá del titular, una claudicación encubierta.
La entrada de Mota-Engil y Prodi en el accionariado de Duro se justificó en su momento como una tabla de salvación industrial. Hoy, esa esperanza se reduce a un nuevo préstamo compartido —más o menos condicionado— y a una paz temporal con los acreedores.
Es decir: se pone dinero, sí, pero sin exigir una transformación seria de la estructura de gasto. Porque si uno repasa los hechos, el resultado es inquietante:
- -La rebaja de intereses de la SEPI es más simbólica que real.
- -El recorte laboral se limita a un ERE focalizado, sin rediseño integral de funciones.
- -No se ha tocado la cúpula directiva, ni en número ni en coste.
- -Y, para colmo, se malvende El Tallerón, una planta viable si se gestiona con competencia, no con nostalgia ni cortoplacismo.
Estamos, en suma, ante una operación que busca tranquilizar a los acreedores a corto plazo, no garantizar la supervivencia a medio. Y ahí está el peligro: si los cambios son cosméticos, el colapso se pospone, no se evita.
El presupuesto base cero: cuando el lápiz borra, no sólo subraya
Frente a todo esto, la única salida verdaderamente transformadora se llama Presupuesto Base Cero.
No es una ocurrencia. Es una herramienta que las empresas serias, cuando están en apuros serios, aplican sin dramatismos. Porque no consiste en recortar por inercia, sino en justificar cada gasto desde cero. Cada partida. Cada euro. Cada función.
Un Presupuesto Base Cero no pregunta “¿cuánto gastamos el año pasado?”, sino “¿qué necesitamos hoy para ser viables mañana?”. Y eso cambia todo:
–Desnuda ineficiencias que el presupuesto incremental oculta por costumbre.
–Obliga a pensar estratégicamente: qué actividades son núcleo, cuáles accesorias, y cuáles lastre.
–Rompe inercias corporativas: privilegios, duplicidades, contratos heredados, líneas de negocio zombis.
-Empodera a los gestores reales: aquellos que construyen valor, no los que gestionan presupuestos como si fueran monumentos a su legado.
Duro Felguera necesita exactamente eso. No una tabla Excel que le maquille la cara, sino una intervención quirúrgica que le devuelva la movilidad. Que justifique la continuidad de cada unidad, de cada contrato, de cada directivo.
-No se trata de castigar, sino de priorizar.
-No de sobrevivir con ayudas, sino de merecerlas.
La propuesta de Presupuesto Base Cero no es una política de ajuste superficial, sino un reposicionamiento completo del gasto en función de la viabilidad futura.
Cada euro presupuestado responde a una necesidad estratégica, operativa, legal o reputacional. Este modelo, si se aplica con disciplina y transparencia, permitiría a Duro Felguera:
- –Reforzar su posición en la mesa con la SEPI.
- –Ganar credibilidad ante acreedores y socios.
- –Reducir el riesgo de un concurso traumático.
- –Preparar la base para realizar operaciones con control, foco y sostenibilidad.
La reestructuración que no se ve… y la que sí hace falta
Lo que la ingeniería asturiana necesita no es un relato de supervivencia, sino una revolución interna tranquila, pero firme.
No basta con renombrar filiales o presentar diagramas societarios nuevos. Hay que reordenar el gasto desde los cimientos. Abandonar la lógica del “como siempre” y adoptar la del “porque sí o porque no”.
Un Presupuesto Base Cero no es magia. Es rigor. Es una oportunidad para que, en vez de seguir arrastrando el pasado, la empresa diseñe un presente sostenible y un futuro con sentido.
Si no se hace ahora, no se hará nunca. Porque la prórroga judicial no es una salvación: es una cuenta atrás.
ENLACES RELACIONADOS:
🔄 1. Información sobre la reestructuración propuestaDuro Felguera acerca posiciones con la SEPI para reestructurar su deuda. Diario Cinco Días – 11 de junio de 2025
Duro Felguera avanza en un acuerdo preliminar con la SEPI para reestructurar su deuda: contempla rebaja de tipos de interés y ampliación de plazos. También figura la posible venta de activos, como la planta El Tallerón en Gijón, además de la petición de prórroga del preconcurso hasta el 31 de julio.
💡 2. Presupuesto Base Cero: ¿Qué beneficios aporta a la organización y …EY Insights (Ernst & Young)
Este artículo analiza cómo la presupuestación base cero obliga a las empresas a justificar cada partida desde cero, genera ahorros sostenibles (10–25 % en gastos SG&A), fomenta una cultura de responsabilidad y mejora la eficiencia operativa y estratégica.
https://www.ey.com/es_pe/insights/consulting/presupuesto-base-cero-beneficios-aporte–
Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED