
La guerra de Indra no solo se libra en los despachos de Defensa ni en los astilleros de Europa.
También se combate en casa, entre consejos de administración y despachos jurídicos, donde la lealtad se mide en cláusulas, y el fuego, cuando es amigo, da más lecciones que el enemigo.
Porque el presidente de Indra, Ángel Escribano, ha comprobado en carne propia que el plan de convertirse en el nuevo patrón del blindaje español no termina de blindarle… de sí mismo.
Todo empezó —como muchas operaciones opacas con traje de gala— con una idea que parecía redonda: integrar Escribano Mechanical & Engineering (EM&E) dentro de Indra.
- -¿Y quién es el presidente de Indra? El propio Ángel Escribano.
- -¿Y quién es uno de los dos propietarios de EM&E? Ángel Escribano.
La geometría es clara: Escribano quiere comprarse a sí mismo con dinero, en buena parte público, de la empresa que preside.
Legalmente posible, sí. Éticamente turbio, también.
Garrigues, la primera baja
Para que la jugada tuviera apariencia de neutralidad, se encargó al reputado bufete Garrigues la redacción del protocolo que debía guiar esta fusión. Un procedimiento interno, dicen. De esos que nadie lee, salvo cuando hay que explicárselo al juez.
Pero en julio, los consejeros independientes de Indra —aquellos que no tienen acciones, ni primos en Moncloa, ni llamadas nocturnas del ministro de Industria— revisaron el texto y detectaron lo que en buen castellano se llama conflicto de interés estructural.
Resultó que el directivo de Garrigues, José Antonio Escalona, redactor de aquel protocolo, había sido secretario del consejo de Indra. Y Fernando Vives, presidente del despacho, formó parte del consejo asesor de la CNMV.
¿Imparcialidad? En los papeles, sí. En la realidad, un bucle perfecto de legitimación circular. La comisión independiente decidió entonces destituir a Garrigues y fichar a Latham & Watkins, un bufete internacional sin apellidos ibéricos ni historiales entrelazados.
Fuego amigo. Sutil, pero correcto y efectivo.
El baile de valoraciones: de KPMG a Goldman Sachs

No contento con el primer revés, Escribano decidió intentarlo por otra vía. Había una segunda frontera que atravesar: la valoración económica de EM&E. Aquí también hubo giro de guion.
En 2024, la consultora KPMG había valorado la empresa familiar en 1.100 millones de euros, atendiendo a sus resultados (355 millones de facturación, 112 de beneficio neto, proyección estable). Una cifra razonable, sólida,o documentada.
Pero Escribano y su entorno no estaban convencidos. En su cabeza —o en su Excel privado— EM&E valía 3.600 millones. Para respaldar ese número, más cercano a la mitología que a la contabilidad, prescindieron de KPMG y acuden a Goldman Sachs, con la esperanza de una valoración más complaciente.
Aún no hay dictamen definitivo, pero los ecos en el mercado huelen a protocolo a medida. En todo caso, Goldman Sachs corre un riesgo en su reputación si su valoración se aleja de los estándares correctos.
La jugada es clara: si Goldman convalida una cifra cercana a los 3.600 millones, Escribano podrá integrar su empresa familiar en Indra a un precio muy superior al razonable.
Beneficio cruzado: EM&E se capitaliza en términos desorbitados, e Indra, SEPI incluida, que en teoría compra valor estratégico, se convierte en cómplice financiero de su presidente.
La sombra de Iveco y el veto de Leonardo

Pero mientras Escribano planeaba su autocoronación en la Península, en Europa le cerraban la puerta. En julio, el grupo italiano Leonardo anunció la compra de Iveco Defence Vehicles por 1.700 millones de euros.
Un movimiento esperado, sí, pero no por eso menos doloroso para Indra, que había aspirado a entrar en esa operación en una joint venture junto a Leonardo y Rheinmetall.
El ministro Hereu lo había insinuado con entusiasmo: “España jugará un papel en la nueva industria de defensa europea”. Pero Leonardo prefirió el control italiano al reparto entre socios ibéricos. Italia blindó su industria… contra sus socios.
De aquel intento, solo quedó una declaración del consejero delegado de Indra, José Vicente de los Mozos: “Participaremos directa o indirectamente”.
El tipo de frase que uno repite cuando ya ha sido apartado de la mesa.
Santa Bárbara contraataca: contrato a contrato

Mientras tanto, Santa Bárbara Sistemas (SBS-GDELS), el actor que Indra intenta desplazar, sigue acumulando méritos.
Lejos del ruido bursátil y las purgas internas, la empresa asturiana reactivó la producción de cañones de 120 mm y 155 mm en Trubia, en alianza con Rheinmetall, y anunció mejoras en su capacidad para asumir parte del contrato de modernización de los Leopard 2E, el gran trofeo del Ejército de Tierra.
Con más de 200 unidades ya fabricadas y experiencia acumulada desde los años 2000, Santa Bárbara ha demostrado ser el único actor con capacidad integral real para articular un sistema de artillería moderno en territorio español.
Y lo hace con contratos ya firmados, no con hojas de ruta imaginarias.
Indra, en cambio, ha comprado El Tallerón de Duro Felguera en Gijón —en preconcurso de acreedores— sin que se haya aprobado aún el plan de reestructuración en el juzgado mercantil.
¿Oportunidad industrial o vaciamiento patrimonial?
Barbón, Hereu y la lírica industrial

Aquí es donde la escena cobra tintes dramáticos. El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha repetido como un mantra que la defensa es “clave para Asturias”, que “genera empleo cualificado” y que estamos entrando en una “nueva era industrial”.
El ministro Jordi Hereu también habla de reindustrialización, soberanía estratégica y fondos europeos. Todo correcto… salvo los hechos.
Hasta la fecha, el único movimiento tangible ha sido la compra infravalorada del Tallerón, con fondos de Indra y la promesa de convertirlo en una planta puntera de blindados.
-No hay plan industrial asturiano propio.
-No hay consorcio regional.
-No hay garantías de empleo.
-Solo una narrativa política basada en lo que Leonardo Sciascia llamaría una coartada narrativa funcional: “Como hay gestos, hay futuro”.
Aunque el movimiento venga de una empresa que se compra a sí misma con la bendición silenciosa del poder.
Epílogo con fuego cruzado
La historia de Indra desde el desembarco de Escribano en ella es la historia de una ambición —la de convertirse en actor dominante del sector terrestre— mal gestionada, mal defendida y, sobre todo, mal encajada en Europa.
Escribano ha intentado diseñar un tablero donde él sea rey, juez, notario y vendedor.
-Pero el fuego amigo —los independientes del consejo— ha empezado a marcar los límites.
–En Italia lo han expulsado de la partida.
-Y en España, la única carta que queda es convencer a Goldman Sachs de que 1.100 millones valen 3.600.
En ese escenario, Santa Bárbara resiste como el último baluarte industrial sin relato político ni ministros en la tribuna que den la cara por la seriedad y responsabilidad que la compañía de Trubia ofrece.
-Solo contratos.
-Solo cañones.
-Solo obreros.
Y Asturias, mientras tanto, escucha las promesas de una reconversión que aún no se ve, que aún no se toca, pero que ya empieza a sonar como tantas otras antes: llena de épica, vacía de blindaje.
1. Fuego amigo en Indra: el revés interno de Escribano. Indra ficha a Latham & Watkins para validar la compra de Escribano
Los consejeros independientes de Indra sustituyen al despacho Garrigues por Latham & Watkins para garantizar la neutralidad en la operación de compra de EM&E, propiedad del propio presidente de Indra, Ángel Escribano.
https://www.expansion.com/empresas/2025/07/31/688a756de5fdea05098b459f.html
2. Una autocompra desproporcionada: la nueva jugada con Goldman Sachs. Indra contacta con Goldman Sachs para la valoración independiente de Escribano.
Indra cambia de KPMG a Goldman Sachs en busca de una valoración inflada (3.600 M€) de la empresa familiar EM&E, en contraste con los 1.100 M€ estimados por KPMG, para justificar su adquisición.
3. Santa Bárbara y Rheinmetall: la resistencia silenciosa desde Trubia. General Dynamics acuerda con Rheinmetall volver a producir en Asturias cañones del Leopard
Santa Bárbara Sistemas y Rheinmetall acuerdan reactivar la producción en Trubia, reforzando el papel asturiano en el programa europeo Leopard.
Santa Bárbara aumentó plantilla en Trubia por el acuerdo con Rheinmetall
Gracias al acuerdo con Rheinmetall, Santa Bárbara incrementa plantilla y actividad en Trubia, desmintiendo que sea una industria en declive.
4. Narrativas oficiales: Barbón, Hereu y el espejismo industrial. Indra, Garrigues y la fusión de las zonas grises
Análisis de cómo la operación de Indra para comprar EM&E ha sido diseñada como una fusión institucional sin transparencia, usando a Garrigues como pieza instrumental.
https://asturiasliberal.es/2025/07/31/indra-garrigues-y-la-fusion-de-las-zonas-grises/
Espionaje de Indra a los blindados de GDELS: Escribano, Sánchez y la ofensiva contra Santa BárbaraResumen: Relato documentado de cómo Indra intenta acceder al know-how industrial de Santa Bárbara mediante visitas sospechosas y alianzas políticas, con el respaldo tácito del Gobierno.

Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED