Asturias Liberal > Asturias > Indra, Asturias y la pregunta que los valedores de Escribano no pueden ya tapar

 

Imagen de portada: el presidente de Indra, Ángel Escribano, recibió el pasado mes de abril al Presidente del Principado, Adrián Barbón, en la sede de la compañía en Alcobendas. E. C.


Indra prometió arrancar antes de fin de año en El Tallerón. Hoy las naves siguen llenas, las obras sin terminar y el empleo no aparece. El enfado de Margarita Robles con el 8×8 confirma lo que venimos diciendo en Asturias Liberal: aquí hay más relato que industria.

Hace apenas unas semanas, un artículo público explicaba que el Ministerio de Defensa exigía a Indra cambios técnicos en el programa 8×8 Dragón para “tratar de poner fin a la pesadilla” de retrasos y fallos estructurales. Ver noticia

Y al mismo tiempo, Indra mantenía su promesa oficial de que antes de fin de año comenzaría en El Tallerón la producción vinculada a los blindados.

Hoy, cualquiera que visite el complejo o haya leído sobre ello puede constatar la realidad:

  • Las naves siguen atiborradas de materiales industriales, maquinaria vieja, piezas y restos de la antigua fábrica.
  • No se ha completado ni el achatarramiento exterior.
  • El muro perimetral continúa en obras, sin terminar.
  • El prometido aumento de empleo —descrito hace meses como “estratosférico”— no se ha materializado.

En otras palabras: El Tallerón no ha iniciado actividad alguna relacionada con defensa. No existe producción, no hay movimiento industrial real, no hay personal dedicado. Solo hay un escenario abandonado que mantiene el disfraz de promesa incumplida.

El Tallerón, a día de hoy, no está operativo. Y poco indica que lo vaya a estar pronto.

1. Asturias, figurante de una reindustrialización ficticia

Los anuncios fueron grandilocuentes: un “polo estratégico de defensa”, una fábrica moderna, empleos, inversiones, futuro.

Pero lo que existe hoy es solo un decorado —una nave pintada— y cinco naves paralizadas, llenas de historia y polvo, sin proyectos de arranque.

Indra trató a Asturias como un escenario más para su narrativa, no como socio industrial.

La visita del camión con focos, chalecos reflectantes y autoridades aquel día fue un show —una puesta en escena—, no el inicio de una línea de producción.

La diferencia entre aquello y hoy es brutal: maquinaria inmóvil, falta de inversiones, abandono estructural. Nada que ver con lo que se vendió.

2. Mientras 8×8 Dragón se hunde, el Tallerón no levanta cabeza

La crisis de Indra no se limita a El Tallerón. El mismo programa de blindados Dragón, pilar del plan nacional de defensa, atraviesa una tormenta:

  • •El Ministerio sancionó al consorcio liderado por Indra con más de 9 millones de euros por los reiterados incumplimientos. Ver comunicado
  • •Problemas técnicos graves: fallo de transmisión, retrasos en torres, fallos en sistemas electrónicos de misión, retrocesos en integración mecánica.
  • •No se han entregado las unidades prometidas. La fecha límite de entrega fue retrasada hasta 2028. Ver detalles

Si Indra no puede sacar adelante su programa estrella, no puede pretender levantar un polo de defensa en Gijón en paralelo. Esa disonancia entre la ambición y la realidad dejó de ser flotante: se hundió.

3. El papelón del Gobierno del Principado

El presidente Adrián Barbón fue promotor entusiasta de la llegada de Indra a Asturias. Cada anuncio era una victoria. Cada promesa, un titular.

Pero un líder serio no vende humo: verifica capacidades.

Barbón optó por creerse lo que le decían desde Madrid. Hoy toca asumir que se equivocó.

Ante la evidencia de la parálisis del Tallerón y la crisis del Dragón, la respuesta institucional es el silencio. No hay exigencia pública, no hay rectificación, no hay responsabilidad. Solo una mutua complacencia entre poder regional y promesa empresarial fallida.

4. El silencio mediático que valida un fracaso

La Nueva España fue durante meses altavoz activo del relato de Indra: publicó artículos que culpaban a otros de los retrasos del Dragón y defendían la reinvención industrial de Asturias.

Hoy, con la sanción oficial a Indra, la paralización del Tallerón y de la compra de Escribano-EM&E por Escribano-Indra, ese medio permanece en silencio.

No hay autocrítica, ni investigación, ni disculpa. Solo silencio. Un silencio que dice más que cualquier titular.

5. Conclusión: lo que no se fabrica no existe
  • •Los hechos —visibles, verificables, incontrovertibles— demuestran que El Tallerón no ha arrancado.
  • •La inversión pública comprometida se está quedando en promesas.
  • •Que las ingentes inyecciones de créditos y subvenciones a Indra saltándose la Ley de Contratos del Estado sí fueron desembolsadas.
  • •Que la paralización del programa Dragón revela una debilidad estructural profunda. Indra no sabe fabricar blindados y bloquea con ayuda de Moncloa a quien sí sabe: Santa Bárbara. 

Asturias merecía industria real. No un decorado pintado de esperanza. No un show de luces, cámaras y titulares. No una burbuja con fecha de caducidad.

Merece talleres que fabriquen acero, no anuncios que vendan humo.

El acero no se fabrica con titulares. Asturias no se reindustrializa con promesas. Y cuando la realidad se impone al relato, el silencio ya no tapa nada.


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