Asturias Liberal > Asturias > De la Rocha y el nuevo poder económico: Air Europa, Escribano… y ahora Asturias

 

Cuando la política económica baja al barro, las oficinas dejan de ser técnicas y se convierten en torres de control: unas deciden el rescate de Air Europa; otras, quién manda sobre las inversiones en Asturias.

La semana trae una señal que conviene no dejar pasar: Manuel de la Rocha, el cerebro económico de Moncloa, es decir, de Pedro Sánchez, desembarca en Asturias invitado por La Nueva España para un coloquio sobre inversiones junto a José Sicre, su homólogo asturiano.

Y lo hace justo cuando una de las operaciones estrella —la expansión de Escribano en nuestro territorio— se ha convertido en eje de la política industrial del Gobierno. No es una mera visita institucional: es una alerta estratégica sobre quién fija realmente el marco y quién se limita a ejecutarlo.

Del rescate de Air Europa al despacho de Moncloa

Hay rescates que pasan por la historia sin dejar huella y rescates que la atraviesan de parte a parte. El de Air Europa pertenece a la segunda categoría: una operación quirúrgica donde confluyeron, en apenas semanas, Begoña Gómez, José Luis Ábalos y la presencia nada casual de Manuel de la Rocha en la mesa del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas (FASEE).

Lo excepcional no fue el dinero —que también—, sino la densidad política del expediente: Moncloa sentándose en un rescate donde no se sentó en los otros setenta y dos. Un gesto que convierte la operación en un asunto de Estado, no de solvencia empresarial.

Cuando la Oficina Económica de la Presidencia se sienta con voz y voto en un rescate, deja de ser un expediente técnico: pasa a ser un movimiento del poder político sobre el tablero económico.

•Begoña aportó la peripecia narrativa —esos contactos previos con Javier Hidalgo que aún sobrevuelan el relato—;

•Ábalos, la zona gris de reuniones informales;

•De la Rocha, el sello institucional, la garantía de que el Presidente vigilaba personalmente la jugada.

No hay que inventar conspiraciones: basta con mirar la secuencia. Cuando Moncloa baja al barro, es porque el poder político considera que el terreno importa más de lo que admite en público.

La operación Escribano: arquitectura industrial de Estado

Y precisamente ahí aparece De la Rocha, que no solo intervino en el rescate sino también en otro tablero estratégico: la operación Escribano.

No es una anécdota empresarial. Es la pieza central de la nueva arquitectura del sector defensa español. De la Rocha respalda, promueve, orienta y, sobre todo, ordena. La llegada de Ángel Escribano a la presidencia de Indra no es un capricho corporativo: es la manifestación de un diseño deliberado, donde el Gobierno busca recomponer músculo industrial propio, autonomía tecnológica y una alianza público-privada que pivota sobre actores afines y fiables.

Escribano es, en ese mapa, un nodo privilegiado.

Air Europa y Escribano son caras distintas de la misma moneda: el Estado accionista que decide quién se salva, quién crece y quién se sienta en la cabina de mando de las empresas estratégicas.

Asturias intenta escribir su propia versión: la oficina de Sicre

Mientras este modelo se consolida en Madrid, Asturias intenta escribir su propia versión. Aquí el protagonista es José Sicre, recién instalado al frente de la Oficina Económica de la Presidencia del Principado.

La idea es seductora: una estructura moderna que actúa como acelerador de inversiones, que conecta empresas con proyectos, que reduce la fricción burocrática. En resumen, un pequeño laboratorio de captación de capital situado bajo la mesa del presidente Adrián Barbón.

La pregunta no es qué puede llegar a hacer Sicre, sino qué de libre es su margen cuando el modelo que intenta replicar tiene un dueño claro: la Oficina Económica de Moncloa.

Porque Sicre llega con prestigio técnico, sí, pero también con una biografía que exige vigilancia democrática.

Su antigua casa, PMG, no es cualquier empresa: es un actor relevante del ecosistema industrial asturiano, receptor de fondos públicos para innovación, beneficiario de subvenciones del Principado que, por legítimas que sean, deben mirarse con lupa cuando quien dirige la política económica regional es alguien que ejerció como directivo global de la compañía.

PMG, subvenciones y conflicto potencial de intereses

No se trata de insinuar corrupción —la palabra fácil del mediocre—, sino de recordar que el conflicto de interés no siempre es un hecho: muchas veces es una posibilidad, y ya eso basta para exigir transparencia, protocolos claros y una auditoría ética permanente.

Las puertas giratorias no requieren que alguien las empuje: a veces basta con que existan. Cuando una misma biografía une el despacho público y el consejo técnico de una empresa subvencionada, la ciudadanía tiene derecho a exigir luz larga, no ojos entornados.

En un territorio pequeño, cada subvención cuenta; y cuando las subvenciones van a parar a la antigua empresa del que hoy diseña la estrategia económica, la vigilancia deja de ser un lujo y se convierte en obligación institucional.

La sombra de De la Rocha sobre la oficina de Sicre

Y aquí aparece el giro final: mientras Asturias monta su oficina económica, la sombra de la oficina de De la Rocha planea sobre ella.

No hace falta que Moncloa intervenga directamente: basta con que marque la pauta, distribuya los ritmos y dicte qué se considera «estratégico» en cada territorio. Si el modelo asturiano nace inspirado en el madrileño, nace también condicionado por él. Es el riesgo de construir instituciones mirando hacia arriba: siempre corres el peligro de que arriba decidan construir por ti.

Asturias no necesita un chiringuito disfrazado de  Oficina Económica, necesita incentivos fiscales y libertad emoresarial.

Sicre puede ser el arquitecto adecuado en una empresa privada, pero no en un tinglado público con precedentes cono el que Sánchez tiene organizado en Moncloa.

Y conviene no olvidar la lección que deja el caso Air Europa: en España, cuando el poder económico se mezcla con la política de forma demasiado íntima, las oficinas se llaman económicas, sí… pero funcionan como torres de control.

¿Y quién controla la torre de control?
Ahí empieza la verdadera historia.


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  1. Asturias: gaitas en Madrid, declive en casa (Asturias Liberal)
  2. La Nueva España – Asturias, tierra de oportunidades
  3. SEPI – Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas
  4. Indra – Información corporativa y gobierno
  5. Invest in Asturias – PMG Powertrain R&D Center

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