Fotografía de portada: de izquierda a derecha, Manuel Pérez y Jesús Serrano de GMV, y Ángel Escribano y José Vicente de los Mozos, de Indra. El Economista.
Mientras Indra anuncia alianzas tecnológicas de futuro, su gran apuesta industrial en tierra firme —El Tallerón y el 8×8— permanece bloqueada y se sustituye por futuros Vehículos Lanzapuentes sobre Ruedas.
Indra ha firmado un memorando de entendimiento (MoU) con GMV para concurrir conjuntamente a los nuevos contratos de defensa.
La noticia, presentada como el arranque de una colaboración estratégica, ha sido recogida con tono neutro y amable por la prensa económica. Demasiado amable, quizá, para lo que realmente está ocurriendo en el corazón industrial de la compañía.
Porque este anuncio no nace de una adjudicación, ni de un contrato, ni de un hito irreversible.
Nace de un comunicado de prensa de la agencia INDIE, canal privilegiado de Escribano desde los inicios de EM&E. Un comunicado de los que ocupan espacio en prensa y no territorio industrial. De los que construyen relato, no capacidad productiva.
Un anuncio de agencia en un momento delicado
El formato importa. El lenguaje importa. Y el momento en que se produce importa aún más.
La «alianza» con GMV llega tras más de diez días de silencio informativo por parte de Indra, coincidiendo con los reveses sufridos por la fusión con EM&E y con el deterioro del entorno político en el que se apoya la actual dirección.
No es casualidad. Cuando el centro del tablero se vuelve inestable, las organizaciones tienden a reforzar la periferia amable: tecnología, cooperación, futuro, soberanía.
- •Conceptos incontestables por vagos.
- •Conceptos seguros por inconcretos.
- •Conceptos que no obligan a decisiones irreversibles.
Y aquí conviene subrayarlo: Indra lleva todo el año anunciando acuerdos provisionales, “arranques de colaboración” y marcos de cooperación con distintas empresas del sector.
•Este MoU con GMV no inaugura una etapa nueva.
•Y los lanzapuentes para El Tallerón desvela un fracaso en el proyecto de arrebatar a Santa Bárbara el 8×8.
Reitera una narrativa ya conocida.
Colaboración tecnológica sí; industria pesada, no
La alianza con GMV tiene sentido en el plano tecnológico: sistemas de mando y control, ciberdefensa, guerra electrónica, software crítico. Nadie discute eso.
Pero precisamente por eso conviene decir lo que no es.
- •No es una operación industrial estructural.
- •No implica inversión productiva.
- •No crea la capacidad fabril estrella de Escribano: el 8×8 en Gijón.
- •No altera el equilibrio de poder en el gran pulso que Indra mantiene con SBS–GDELS por el control de la fabricación terrestre pesada.
Y ahí está el elefante en la habitación: el proyecto de El Tallerón.
El Tallerón: la soberanía que no llega
Mientras Indra habla de «soberanía tecnológica», su principal proyecto para disputar a Santa Bárbara el montaje de los vehículos 8×8 sigue encallado. El Tallerón continúa paralizado y, se entiende, fracasado: en lugar de carros, anuncian que fabricará lanzapuentes, los VLPR .
La paradoja es evidente: se anuncian alianzas para competir en el futuro mientras no se consolida la capacidad productiva prometida, la que pretendíaser carga de profundidad contra Santa Bárbara.
En defensa, la soberanía no se proclama: se monta, se suelda y se entrega. Y no se cambia de producto cada tres meses, ni se entregan memorandos.
Espuma estratégica en lugar de músculo industrial
Leída con frialdad, la noticia del MoU Indra–GMV cumple una función concreta: mantener pulso mediático, tranquilizar a interlocutores blandos y proyectar normalidad en un momento complejo. Es una jugada de contención reputacional, no de conquista industrial.
- •No desbloquea el 8×8.
- •No refuerza la posición frente a GDELS. No resuelve la parálisis del Tallerón.
- •No altera el tablero principal.
Sirve, eso sí, para ganar tiempo.
Y la noticia de destinar ahora El Tallerón a lanzapuentes cae bajo la sospecha de los incumplimientos reiterados de una ambición, la de Escribano y su conexión monclovita, destinada a la derrota.
Conclusión
Indra no está avanzando: está flotando. Y flotar puede ser útil durante una tormenta, pero no construye campeones industriales.
La defensa europea no se decidirá en comunicados bien redactados, memorandos sin compromiso y cambios productivos anunciados a última hora. Se decidirá en quién controla la fabricación, quién asume el riesgo y quién tiene capacidad real de entrega.
De momento, mientras Indra firma MoU, el 8×8 del Tallerón sigue parado. Y ese silencio industrial pesa más que cualquier anuncio tecnológico y que nuevas promesas. En defensa, sin seguridad productiva no hay soberanía. Solo relato.
Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este artículo sin la cita expresa de Asturias Liberal y de su autor.
ENLACES RELACIONADOS:
Indra firma una alianza con GMV para ir juntos a por los nuevos contratos de defensa (El Economista):
Defensa encarga a Indra vehículos lanzapuentes (La Nueva España):
https://www.lne.es/asturias/2025/12/19/defensa-encarga-indra-vehiculos-lanzapuentes-124941538.html

Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED