«Malditos bastardos», como sabrán los más fervientes seguidores del creador de la obra de culto cinomatográfica, «Pulp Fiction«, es una película ideada y filmada por el genial director, además de entre otros roles productor, actor, guionista estadounidense, Quentin Tarantino, estrenada en el 2009, bajo el título original de «Inglourius Bastards», esto es, bastardos sin gloria o ignominiosos.

No es posible encontrar mejor calificativo que el de bastardos, para definir a quienes en nombre de cualquier dios, real o ficticio, cometen crímenes de lesa humanidad contra otras personas, dando por hecho, que es mucho dar, que quienes causan semejante aberración humana, son personas. Ni las bestias más salvajes y sanguinarias, provocan semejante dolor y mal intencionado, del todo innecesario y condenable sobre sus semejantes. ¡Malditos bastardos!

Lo que Hamás está llevando a cabo contra el estado de Israel, entra dentro de los más brutales actos de afrenta pública, cobardemente asesina, que la Humanidad haya jamás presenciado. Ni los lejanos bárbaros, que fueron capaces de poner en jaque al Imperio Romano, causando a la postre su desaparición, fueron tan despiadados y una vez más, bastardos, contra sus declarados enemigos. ¡Malditos bastardos!

Más grave aún si cabe, dentro de la perversidad y degeneración humana, es que haya quienes todavía se alinean del lado de los terroristas islamistas. Hay que ser bastardos, nacidos de un útero empodrecido por un semen asquerosamente degenerado, para negar que Hamás es un grupo terroristas, como hemos oído decir en algunos actuales e hipotéticos socios, de un futuro gobierno de España. ¡Malditos bastardos!

¡Cómo se puede ser tan cobardemente bastardo! Hablan para empezar de una Franja de Gaza ocupada, cuando esto no es sino una falacia, al haber sido esta región desocupada hace ya muchos años. Y en cualquier caso, qué cierto es eso de que cualquier palestino en la Cisjordania sí ocupada, vive mucho mejor que un conciudadano suyo en la desocupada parte de Gaza. ¡Malditos bastardos!

Puestos a separar y catalogar la escoria, son peores aún estos últimos, pues los primeros, cegados por un maldito adoctrinamiento, cual el que se está llevando a cabo por parte de algunas consejerías de Educación en la piel de toro, de lo malo, de lo peor, saben que en cualquier momento una bomba israelí puede mandarlos con aquel que creen su profeta.

Vayan con su dios al infierno, virgen con toda seguridad de cualquier beneficio, y menos aún de vírgenes, valga la redundancia, esperándoles a quienes en vida, han vejado, violado y asesinado a cientos de mujeres. ¿Dónde están aquí los feminazis? Esos que juzgan desde su asiento calentito, con una cocacola capitalista en mano… ¡Malditos bastardos!

Porque también la violencia, siendo deplorable y censurable en todas sus prosibilidades, admite un sesgo. No puede ser así igual de catalogada aquella que causa una bomba, con sus eufemísticamente denominados efectos colaterales, que lo que hemos presenciado con asco y total consternación, en manos de los yihadistas chiíes. ¡Malditos bastardos!

Y es que al final esto va de un enfrentamiento entre los ciegos seguidores de Mahoma, bajo el paraguas de Irán, y aquellos con mayor representación en Arabia Saudí, los suníes. A los bastardos líderes chiies, con base en Qatar, donde viven tan bien, o mejor aún, como esos progresistas (¡qué narices tienen de progresistas!) de salón europeos, les ha entrado pánico al ser conocedores de las intenciones del gobierno saudí, de cerrar acuerdos de paz y económicos con Israel. Esta y no otra es la razón de esta guerra, donde sí que hay buenos y malos. ¡Malditos bastardos!

Pero la cruel jugada les saldrá muy cara a todos estos bastardos. Para unos, llegará la aniquilación física, mientras que para otros, como los que llevan años blanqueando a ETA, o incluso siendo miembros de esta, habrá de caerles encima una bomba de destrucción masiva y social. ¡Malditos bastardos!

No es de extrañar que en el comunicado conjunto que han emitido las principales potencias occidentales, ni se haya echado en falta a España. ¿Cómo va a estar un país que en la actualidad, gobierna en funciones con los etarras y quienes justifican el genocidio que se está cometiendo contra el pueblo judío? ¡Malditos bastardos!

Que tengan a buen seguro que la jugada, su órdago a Israel y a todo Occidente, les va a salir muy caro. Porque lo ha dicho con claridad el primer ministro del país liberado por David, hijo pequeño de Jesé, y sucesor de Saúl, Benjamín Netanyahu: «Provocaremos un gran sufrimiento que será recordado por ellos y por otros enemigos de Israel durante décadas«. Ahí queda eso, ¡malditos bastardos!

Ojalá España hubiera actuado con la misma unidad tras el 11M, en lugar de aprovechar los de siempre en su más mezquino interés para auparse en un poder, que a día de hoy, siguen ostentando y que pretenden prorrogar, de la mano de quienes pretenden romper la unidad y el consenso establecido por nuestra Constitución, etarras, independentistas y bastardos admiradores de Hamás. ¡Malditos bastardos, todos ellos!