Disciplina

Pertenezco a la generación que tuvimos que hacer el servicio militar, o sea, “la mili”. Parece ser que era habitual en todos los cuarteles, que recién llegados, un oficial que parecía estar muy enojado, nos decía claramente: “a partir de ahora, tenéis que dejar los testículos en la taquilla”        

El conjunto de reclutas de cada remplazo, lo formaban jóvenes procedentes de diferentes regiones. Algunos no tenían ni estudios primarios, otros poseían una estupenda formación con titulaciones superiores. Los había profesionales en diferentes oficios, deportistas incluso de élite, artistas de éxito y todo tipo de personalidades: sumisos, agresivos, pasotas, listillos, pendencieros, etc etc.

Para poder “lidiar” con todo ese variopinto personal, el sistema era bien sencillo: todas las decisiones las tomaban aquellos que poseían galones o estrellas. Tanto si se estaba de acuerdo, como si no, la respuesta del recluta se limitaba a decir “a sus órdenes”  Si se te ocurría poner la más mínima objeción, las consecuencias desagradables estaban garantizadas. Eso era DISCIPLINA MILITAR

Hace unos días, celebrábamos  un merecido homenaje a un buen amigo. Tras la degustación de un rico menú, empezaron a ensalzar las múltiples cualidades de nuestro invitado. Salió a la palestra un chico muy joven que nos sorprendió a todos con su soltura, su  excelente modo de expresarse y un contenido de su loa verdaderamente entrañable.

Poco después, charlaba yo con él y se nos acercó un veterano político que le manifestó su admiración a tan buen discurso  y facilidad de expresión. Le ofreció la posibilidad de entrar en política, casi garantizándole un brillante futuro en tal actividad.

Yo argumenté: estoy de acuerdo en lo que te propone, pero debes saber, que a partir de entonces, tu criterio, tus ideas, tus actos y tus deseos al respecto, van a quedar totalmente castrados por algo que se llama: DISCIPLINA DE PARTIDO. Si en algún momento, no puedes soportar algunas de las propuestas que debes aceptar y rompes esa disciplina, inmediatamente serás expulsado del partido. Tu sometimiento es incondicional.

Hace un par de días, escuché en una de las redes sociales, el comentario que hacía un guardia civil sobre la multa de 500 euros que le habían puesto a una anciana por dejar a su perro atado a la puesta de una farmacia mientras reponía sus medicamentos.

Apelaba a la cordura y humanidad de sus compañeros, para que no cumplieran a rajatabla con la absurda reciente ley que imponía semejantes castigos. Multar a una anciana, cuya pensión seguramente rondaba esos quinientos euros, por llevar a la compra a su única compañía que era su querido animal y dejarlo unos minutos a la puerta del establecimiento, parece como algo inverosímil y totalmente descabellado.

Someter a las fuerzas del orden a semejantes majaderías, debería estar penado con la retirada de empleo y sueldo a los botarates que elaboraron tal bodrio de ley. Tratar de incumplirla no es romper la DISCIPLINA, es tener cordura y humanidad.

Vivimos unos momento muy complicados y contradictorios. La deriva de la política actual, es un galimatías imposible de aceptar razonablemente. Se habla de cosas tan terribles como el romper España, de otorgar amnistías a delincuentes huidos de la justicia. (la amnistía significa, a diferencia del indulto, el reconocer que nunca hubo delito) Personas que quieren y quisieron separarse de nuestra nación y para intentar lograrlo, asesinaron a multitud de inocentes que, aunque cumplieron con la condena impuesta, jamás pidieron perdón por sus atrocidades, ni manifestaron ningún arrepentimiento.

No voy cansar describiendo el despropósito con que cada día nos machacan el cerebro todos los medios de comunicación. La desorientación de las personas sencillas es tremenda y frustrante.

Los diputados que pertenecen al partido que pretende gobernar, supongo que tendrán un criterio propio y que fuera del parlamento observarán, al igual que yo y millones de personas, que hay ciertas lineas rojas que jamás se deben sobrepasar.

Respetar la Constitución, los principios éticos elementales, la justicia y la honestidad, fueron parte del juramento que hicieron al tomar el cargo. Entones, ¿cómo es que ninguno se presenta ante sus dirigentes y ante la opinión pública y expresa su descontento diciendo: yo no voy a dar mi voto a semejante barbaridad?. Todo tiene un limite y la DISCIPLINA DE PARTIDO, también. La disciplina militar era inapelable, pero la de partido no. Ser disciplinado no significa ser un mentecato.

Todos me dirán, entones eso significará unas nuevas elecciones….No necesariamente.

Los dos partidos mayoritarios desean una país próspero. Ambos quieren unos buenos servicios estatales como son: la educación, la sanidad, la justicia… Los dos desean para todos una vivienda digna, así como un pleno empleo y justamente remunerado. Repudian la corrupción y el amiguismo.

Una España unida sin fisuras es un claro objetivo. Leyes que resuelvan las ocupaciones ilegales, el maltrato de género, una regulación razonable de la inmigración. En definitiva, juntar ambos programas electorales, que seguro que hay una gran coincidencia en la mayoría de sus postulados y tratar de llevarlos a cabo de forma consensuada e inteligente.

Tan simple como hacer una coalición del PP y del PESOE, y ponerse a gobernar. De no ser así, uno o ambos demuestran claramente, que lo que les interesa es el poder y sus pingües beneficios.