
Fotografía de portada: Ángel Escribano, presidente de Indra, Manuel Rocha, asesor económico de Moncloa y María Jesús Montero, ministra de Hacienda de quien depende la SEPI
Mientras en Moncloa se diluyen explicaciones y se fabrican cortinas de humo para capear las balas de la UCO, el Gobierno avanza a paso firme en su operación más silenciosa y eficaz: el control quirúrgico de Indra, esa joya dual del Estado que sirve tanto para contar votos como para fabricar radares militares.
Desde Moncloa es el poderoso jefe del Gabinete económico de Moncloa, Manuel de la Rocha, buen amigo de los hermanos Escribano tanto como cercano a Pedro Sánchez, el valedor principal de la familia.
Esta operación tiene tres capas: una oficial y dos reales. La oficial, vestida de bandera, es construir un campeón nacional en defensa.
Las reales, algo menos patrióticas, consisten en incrementar el control político de Moncloa sobre el complejo militar-industrial y facilitar la revalorización —y futura compra por parte de Indra— de la propia empresa de Escribano.
Más poder empresarial para Pedro Sánchez, el que le compensa de su falta de legitimidad democrática; y más riqueza para Escribano vía BOE, la que le ahorra de seguir bregándose con la competencia, como en buena lid se libran las guerras de una economía de mercado.
Detrás de este ajedrez no está un oscuro asesor sin nombre ni rostro, sino un apellido que, por sí solo, da nombre a una ingeniería: Escribano.
Ángel Escribano, para más señas, presidente ejecutivo de Indra desde enero de 2025 y dueño, junto a su hermano Javier, del 14,3 % de la compañía a través de Escribano Mechanical & Engineering. El doble sombrero de Ángel —propietario e interventor— no es una anomalía; es la fórmula preferida del poder para parecer técnico mientras se reparte el botín.
La purga en diferido

Lo primero fue hacer sitio. Porque no se puede construir un chiringuito nacional de la defensa con gente que cree que los consejos de administración están para discutir.
-Así que Luis Abril, CEO de Minsait, la filial tecnológica de Indra, fue invitado a irse tras discrepar con la estrategia de absorber empresas propias (EM&E, entre otras). Dicen que se irá en septiembre. Estaba en contra del «pelotazo».
-También cayó Francisco Javier García Sanz, viejo conocido del Ibex, cuya independencia empezó a sobrar a medida que el proyecto se convertía en propiedad de familia numerosa.
-A esa depuración se ha sumado, discretamente, la salida de Pedro Fuster como director de Estrategia de Defensa. En su lugar, Escribano ha fichado al general Francisco Rosaleny, viejo conocido de su empresa familiar EM&E, para dirigir Inteligencia.
Cada una de estas salidas, lejos de ser neutra, responde a uno de los dos fines reales de la operación:
- -o bien estorban el engranaje político,
- -o bien obstaculizan el tránsito de capacidades y contratos hacia el perímetro de Escribano.
Todo lo que no suma, resta. Y quien no multiplica, desaparece.
¿Coste de los despidos? Se estima en torno a 7 millones de euros, entre indemnizaciones y planes de salida dorados. Una cantidad menor, si lo comparamos con la seguridad de tener un consejo que aplauda cuando se lo pida el presidente, y no cuando le parezca bien.
Entren, por favor
Y entraron.

–Primero, nombres con pasado político: Miguel Sebastián y Antonio Cuevas, dos históricos del PSOE, revalidados como consejeros en representación de la SEPI, ese brazo invisible del Gobierno que dice ser neutral mientras entrega la gobernanza de Indra a la Moncloa.
–Luego, para no dejarlo todo en manos de varones sesentones, aterrizó la nueva estrella de la comunicación estratégica: Carmen Pérez, exresponsable de la comunicación internacional de Pedro Sánchez. Una mujer con olfato, con verbo directo, y —casualmente— con despacho ahora en Indra como directora de comunicación. Cierre el círculo, añada un lazo institucional, y ya tenemos la narrativa bajo control.
Estos fichajes, por su parte, cumplen dos funciones claras:
- -reforzar la columna vertebral del proyecto político desde dentro del consejo (caso SEPI/PSOE)
- -y cuidar el relato en paralelo a las maniobras industriales (caso Pérez).
No son técnicos: son operadores políticos. Y su lealtad precede a sus competencias.
Los que aún resisten (por ahora)
En la web oficial de Indra siguen figurando, entre otros, consejeros como Pablo Jiménez de Parga (Amber Capital), Jokin Aperribay (SAPA Placencia), o Juan Moscoso del Prado, otro exdiputado socialista que, por si quedaba alguna duda, completa el lote SEPI.
Hay también una minoría selecta de independientes como Virginia Arce, Belén Amatriain o Ángeles Santamaría, aunque su poder de decisión es directamente proporcional a su capacidad de generar titulares: mínimo.
Los nuevos fichajes —Eva Fernández y Oriol Pinya— aún no han entrado oficialmente, pero ya están listos para pulsar el botón verde. Entrarán, si nadie lo remedia, en la junta de junio. No parece que nadie vaya a remediarlo.
El discurso oficial: construir un campeón nacional
El presidente Escribano ha dicho en repetidas ocasiones que el objetivo es noble: crear un campeón nacional en defensa. España —se nos dice— no puede depender de terceros países ni empresas extranjeras para su seguridad. La industria ha estado “atomizada”, y ahora, gracias a esta concentración «bien» dirigida, se fortalecerá la soberanía industrial del país.
Pero lo cierto es que, si el fin declarado parece racional, los medios han sido tan meticulosos como incoherentes con la idea del campeón nacional de defensa. La estrategia recuerda más a una absorción de aparato que a una coordinación industrial:
- -cargos depurados,
- -empresas propias posicionadas como proveedoras,
- -y un consejo domesticado bajo vigilancia del partido. El Estado aparece, pero es el Estado Partido, no el Estado Institución.
Una nota sobre la lógica de poder
La pregunta no es si Indra debe ser un agente clave de la industria nacional. Tampoco si hace falta un actor coordinador en un sector tan sensible como el de la defensa. Pero entre coordinar y capturar hay un abismo.
Y lo que se está viendo en Indra es menos una apuesta por la soberanía que un avance hacia la formación de un complejo industrial-partidista, donde las fronteras entre lo público y lo privado, entre el Gobierno y la empresa, entre el profesional y el leal, se disuelven sin pudor.
Indra se convierte así en el laboratorio de un modelo político:
-el del Estado delegado en hombres de confianza, el del poder directo sin mediación,
-el del relato bien comunicado —gracias, Carmen Pérez—
-y de la crítica sofocada entre comisiones.
Cierre: el poder sin disimulo
No hay nada más eficaz que controlar sin parecer que se controla. Pero cuando ya ni siquiera se disimula, cuando los fichajes, las salidas, los discursos y las compras siguen el mismo patrón, uno empieza a sospechar que ya no estamos ante una política industrial, sino ante una política de ocupación.
ENLACES RELACIONADOS:
1. Escribano fulmina al director de Defensa de Indra y nombra a un exgeneral de su empresa
Ángel Escribano destituye a Pedro Fuster como responsable de Estrategia de Defensa y nombra al general Francisco Rosaleny, vinculado previamente a su empresa familiar EM&E. Este movimiento refuerza el control del presidente sobre áreas clave dentro de la compañía.
http://www.elconfidencial.com/empresas/2025-06-03/escribano-fulmina-director-defensa-indra_4142842/
2. Indra propondrá a Sebastián y Cuevas como consejeros dominicales por la SEPI
La compañía oficializa la propuesta de Miguel Sebastián y Antonio Cuevas como representantes de la SEPI en el Consejo de Administración, consolidando la presencia del PSOE en la estructura directiva de Indra.
http://www.expansion.com/empresas/2025/05/22/682e1b75468aebf73a8b4571.html
-3. Dimite el CEO de Minsait por desacuerdos con la estrategia en defensa
Luis Abril, hasta ahora responsable de la filial tecnológica de Indra, presenta su dimisión por su oposición a la compra de empresas vinculadas a Escribano. Se estima que su salida costará varios millones en indemnización.
http://www.expansion.com/empresas/2025/05/20/682ca7fc468aebdd478b45a5.html
4. Indra ficha como dircom a la exresponsable de comunicación internacional de Sánchez
Carmen Pérez, exdirectora de comunicación internacional en Moncloa, se incorpora como nueva responsable de comunicación de Indra, reforzando la influencia del Gobierno en el relato público de la empresa.

Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED