
La política económica de Javier Milei baja la inflación y genera superávit en Argentina, mientras España castiga a las clases medias con impuestos y crisis fiscal
En apenas un año y medio, Argentina ha logrado lo que parecía un imposible. El país del tango roto, de la inflación descontrolada y la pobreza estructural, se levanta como el ave fénix. Y lo ha hecho de la mano de Javier Milei, ese personaje que la prensa progresista española trataba de “ultraliberal excéntrico” y que hoy se atreve a mostrar resultados que dejan en ridículo las recetas de siempre.
Milei y la herejía de hacer lo contrario
La inflación en Argentina, que devoraba los bolsillos con tasas superiores al 250 %, hoy se mueve en el 1,5 % mensual, lo que equivale a una tasa anual cercana al 30 %.
El superávit fiscal, tras décadas de déficit estructural, ya es un hecho. Más de un millón y medio de niños han salido de la pobreza en pocos meses.
El riesgo país se desplomó y las exportaciones argentinas vuelven a crecer. Todo esto en el mismo país que, hasta hace nada, era exhibido en las facultades de economía como ejemplo de fracaso perpetuo.
¿Qué cambió? Milei se atrevió a cortar lo que nadie quería tocar. La famosa motosierra dejó de ser una metáfora y se convirtió en política real.
Recortes al gasto público, cierre de organismos duplicados, dolarización paulatina de la economía, un mensaje claro: basta de imprimir billetes para alimentar la mentira.
Los críticos de ayer, el bochorno de hoy
Conviene recordarlo: cuando Milei lanzaba sus propuestas, la mayoría de economistas oficiales, periodistas acomodados y sindicalistas de profesión auguraban el apocalipsis.
Lo acusaron de “autoritarismo”, de “poner en riesgo a los trabajadores”, de dinamitar la justicia social.
En realidad, lo que defendían era la continuidad del intervencionismo estatal que solo garantizaba dos cosas: inflación y pobreza.
El «progresismo» internacional reaccionó con el mismo manual de siempre: si alguien toca el gasto público, lo tachan de “neoliberal salvaje”.
Pero los hechos tienen la tozudez de lo real:
- -la pobreza baja,
- -la economía crece
- -y la confianza regresa.
Hoy, muchos de aquellos profetas del desastre callan, o buscan excusas para no admitir que, una vez más, el intervencionismo estatal no fue la solución, sino la enfermedad.
España: el espejo incómodo
Mientras tanto, España sigue atrapada en el espejismo contrario.
Aquí la receta es subir impuestos a las clases medias y bajas mientras se pronuncia la palabra “progresividad” con gesto solemne.
La realidad es que cada subida del IRPF, cada nuevo impuesto a la energía, cada cotización social disparada, recae sobre el autónomo, sobre la familia trabajadora, sobre el emprendedor que desiste de invertir.
No es casualidad que la inversión extranjera mire con recelo a un país donde la seguridad jurídica se negocia en un despacho y donde Hacienda se comporta como un depredador sin límites.
El resultado: menos empleo de calidad, más economía sumergida y una sociedad condenada a sobrevivir con ayudas en lugar de prosperar con proyectos.
El contraste que escuece
Por eso Milei incomoda tanto a este lado del Atlántico.
–Porque muestra que, incluso en un país hundido, hay salida si se rompe con la droga del gasto público infinito.
Y porque recuerda que el intervencionismo fiscal no solo no redistribuye riqueza, sino que la destruye.
Argentina, contra todo pronóstico, empieza a escribir un relato de redención económica.
España, en cambio, sigue empeñada en repetir los errores de siempre.
La diferencia no está en la geografía ni en el tango: está en la valentía de un liderazgo dispuesto a desafiar dogmas y devolver dignidad a quienes pagan impuestos.
ENLACES RELACIONADOS:
1. Artículo que detalla la transformación económica bajo Milei: inflación en descenso, superávit fiscal y aumento de exportaciones.
https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2025-07-22/argentina-ave-fenix-juan-iranzo/
2.Crítica severa a las políticas de recorte, vista desde una óptica internacional, útil para entender las resistencias a Milei.
3.Análisis de cómo la política fiscal española golpea a familias y empresas, desincentivando la inversión y el crecimiento.
https://www.expansion.com/economia/2023/11/14/6553534a468aeb1f258b459f.html

Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED