
Fotografía de portada: DEGAÑA (ASTURIAS), 31/03/2025.- Vista de la bocamina cerrada en la mina de Cerredo, en el concejo asturiano de Degaña. EFE/ Paco Paredes / PACO PAREDES (EFE)
Asturias Liberal publicó su análisis de Cerredo, lo distribuyó entre todas las redacciones asturianas y, veinticuatro horas después, La Nueva España ofreció por fin un relato global que, ahora sí, coincide en gran parte con lo ya explicado por nosotros, pero omite «detalles» que rebajan la responsabilidad del Principado.
A veces el silencio no es prudencia: es cálculo. Asturias Liberal adelantó los hechos de Cerredo, los ordenó y los puso en circulación con nombres y fechas. Un día después, el texto de Vicente Montes en La Nueva España completó el mosaico que durante meses ese diario había contado a trozos. Bienvenido ese esfuerzo; necesario. Pero si queremos verdad y no eufemismos, hay que ir un paso más allá.
Un relato que llega al día siguiente
El artículo de Montes está bien armado: extracción ilegal desde mayo de 2022, entradas de madera y maquinaria incompatibles con “mantenimiento”, visitas e informes técnicos que certifican arranque, y una administración que seguía ofreciendo paraguas administrativo bajo nuevas etiquetas. Es decir, coincide básicamente con lo que Asturias Liberal puso negro sobre blanco 24 horas antes.
El problema no es la enumeración. Es la contextualización. Y ahí empiezan las grietas.
El periodismo que se respeta a sí mismo no sólo describe: conecta. Si no conectas, amputas el sentido.
Lo que falta: Tormaleo
En la pieza de La Nueva España Tormaleo no existe. Para el lector apresurado, Cerredo es una tormenta aislada: faltó coordinación, dimitió una consejera y a otra cosa. No.
En Asturias Liberal hemos mostrado que Tormaleo es el espejo que completa la imagen: misma lógica de permisos ambiguos, materiales que llegan antes que las autorizaciones y la misma elasticidad administrativa. Si no mencionas Tormaleo, el fallo deja de ser sistémico para convertirse en anécdota. Justo lo que conviene al que gobierna.
El tiovivo societario no es un detalle
Segunda grieta: el baile de nombres.
– En la pieza de La Nueva España aparece, pero de puntillas.
– En Asturias Liberal lo explicamos con claridad: cambios de razón social, sociedades interpuestas, rótulos nuevos para las mismas manos.
Cada giro nominal de ese diario regional abre una rendija para que el paraguas administrativo no se moje. ¿Despiste? No: método. El lector perdona todo menos que lo tomen por ingenuo.
Si cambias el nombre del barco cada vez que entra en puerto y te dejan atracar como si fueras nuevo, no es un malentendido: es un sistema.
PROMINING y la responsabilidad política
Tercera grieta: PROMINING. Sus declaraciones y denuncias apuntan a responsabilidad administrativa y política que supera la cómoda coartada de la culpa in vigilando.
Cuando hay señales técnicas que contradicen la versión de “mantenimiento” y, aun así, La Nueva España mantiene el paraguas, no hablamos de llegar tarde a mirar; hablamos de mirar hacia otro lado. Ahí un diario regional debe apretar hasta el fondo. No basta con anotar una dimisión y pasar página.
El elefante en la sala
Conozco y respeto a Vicente Montes. Tiene oficio, pasión y talento. Justo por eso se percibe una contención que no es digna de su pluma.
La explicación a ese autocontrol es prosaica: la dependencia económica de no pocos medios regionales respecto de instituciones vinculadas al Gobierno de Barbón. Publicidad, convenios, patrocinios: la tubería que da oxígeno a la maquinaria. Quien paga, manda; y quien manda, pide —al menos— que no le rompan el escaparate.
Por eso el artículo llega un día después y aterriza como gestión de daños: reconoce lo innegable tras la difusión masiva de nuestro análisis, modula a la baja la responsabilidad política y evita los tres ladrillos que derriban la estantería entera: Tormaleo, el carrusel societario y PROMINING.
Con esos tres, el relato pasa de crónica a acusación sostenida. Sin ellos, se queda en “hubo errores”. Qué casualidad.
Llamar a las cosas por su nombre
Cerredo no fue un rayo caído del cielo. Antes del derrumbe de 2023, ya había un muerto en 2022 en el mismo sector 6. Y aun así, siguieron. No falló la información: faltó voluntad de actuar.
Lo dijimos sin deber favores: extracción ilegal desde mayo de 2022; entradas de madera y maquinaria coherentes con arranque; informes y visitas; y, pese a todo, permisos. El carbón no sale solo: alguien abre la puerta.
- -Si optas por el relato amable, concluirás que fueron males de coordinación.
- -Si miras el cuadro completo, verás un patrón: cambios de nombre para ganar tiempo, autorizaciones en paralelo a evidencias contrarias, reiteración en el mismo frente.
La diferencia entre un accidente y una política es la repetición de los hechos, es decir, el patrón de comportamiento.
No escribimos esto contra un periodista, sino a favor del lector. La limpieza real exige levantar la alfombra: Tormaleo, sociedades pantalla, PROMINING. Ahí termina la culpa in vigilando y empieza la responsabilidad política.
¿Miente Montes? No. Cuenta menos de lo que sabe —o menos de lo que debería contarse— por prudencia, presión o inercia.
Pasa en todas partes, y por eso existen medios que no se arrodillan. Para decir lo que hay que decir cuando hay que decirlo, aunque moleste.
En resumen: bienvenido el relato global de La Nueva España, aunque llegue un día tarde y con los cantos limados. Asturias Liberal seguirá poniendo nombres, dibujando el patrón y señalando responsabilidades donde corresponde. Sin pedir permiso. Sin pedir disculpas.
Porque a estas alturas, el carbón pesa menos que los eufemismos. Y ya tenemos demasiado polvo en los pulmones.
ENLACES RECOMENDADOS
- Cerredo y Tormaleo. La historia negra de una mina que nunca cerró – Asturias Liberal
- Cobertura de La Nueva España 24 horas después

Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED