
Fotografía de portada: El exsecretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, y el Secretario General y Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez/ Jaime García.
Va de Estado, no de cotilleo. La UCO vuelve a hacer su trabajo —caiga quien caiga— y el nuevo informe patrimonial sobre José Luis Ábalos da un paso más hacia el centro del problema: los posibles flujos de financiación opacos en la órbita del PSOE.
La Unidad Central Operativa no opina: cruza datos. Y lo que emerge —según fuentes abiertas— apunta a efectivo, descuadres y custodios oficiosos. No es una anécdota; es la puerta trasera de un sistema que debería vivir de luz y taquígrafos.
Lo esencial del informe (según lo ya publicado)
-Primero, afloran más de 95.000 € en gastos sin rastro bancario atribuibles al exministro, y más de 60.000 € en ingresos en efectivo en una década.
-Segundo, aparecen entregas en metálico vinculadas a Ferraz (“ya tengo el sobre de Ferraz”) con descuadres entre lo que figura en cuentas del partido y lo que reflejan conversaciones y evidencias.
-Tercero, circula lenguaje en clave (“chistorras”, “soles”, “lechugas”) para billetes. Cuarto, algunos medios señalan desfase acumulado (p. ej., 505 € en un caso; otros hablan de cifras mayores) entre lo declarado y lo recibido. Todo ello, a contraste judicial pendiente.
La UCO no editorializa: la aritmética manda. Y la aritmética no entiende de relatos.
La defensa del PSOE
El PSOE sostiene que no hay financiación ilegal, que las cuentas están auditadas y que las liquidaciones por caja a Ábalos y su equipo estarían justificadas; los descuadres serían menores o atribuibles a gastos de manutención.
La presunción de inocencia es sagrada. Pero la ética pública y la contabilidad también: no absuelven lo que los números desmienten.
Responsabilidad política: el partido y su Secretario General
Incluso si el PSOE no quedara penalmente implicado, el cuadro sugiere un grado de impunidad interna con el que Ábalos habría operado incluso dentro de la sede.
Eso activa la responsabilidad política del partido y de su Secretario General, Pedro Sánchez.
-¿Quién autorizó qué?
-¿Qué controles internos fallaron?
-¿Qué cultura organizativa toleró el “ya tengo el sobre” como si la transparencia fuese optativa?
Lo que viene: investigación, apoyos y relato
La UCO seguirá investigando. Y sí, quedan sorpresas. Si se confirman, erosionarán apoyos parlamentarios y devolverán a la Moncloa a su bucle habitual: perder la iniciativa del relato y parapetarse tras la coyuntura. El tiempo —y los datos— son jueces implacables: cuando la pericia policial y la aritmética coinciden, los relatos se caen solos.
La política puede discutir el encuadre; los números, no. Ahí empieza —o termina— la responsabilidad.
Enlaces recomendados
- El Español: ingresos en efectivo y canalizaciones
- HuffPost: diccionario de “chistorras”, “soles” y “lechugas”
- Informe UCO sobre la situación patrinonial de Ábalos: [TSPS2S4M 2807912004]_2020_0020775_[003]_202510814_251004_140715

Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED