Mario Draghi recibe el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional por su defensa de una Europa eficaz: menos retórica y más resultados. Su mensaje es claro: “la inacción amenaza nuestra competitividad y nuestra soberanía”. Conviene escucharlo antes de que sea demasiado tarde.
El jurado distingue al hombre que salvó el euro con un “haré lo que haga falta” y que hoy exige a Europa: “despertad antes de que sea demasiado tarde”. No es una proclama sentimental; es un diagnóstico de poder: sin competitividad no hay soberanía. La cooperación que Draghi encarna no es el abrazo burocrático, sino la capacidad de decidir y ejecutar a tiempo.
La Europa del reglamento frente a la Europa del resultado
Bajo la presidencia de Ursula von der Leyen, la Comisión Europea ha multiplicado normas, directivas y marcos de control. Buena intención, peor consecuencia: burocracia que corre más que la innovación. Draghi lo ha dicho sin rodeos: Europa regula más de lo que innova. Y cuando el papel sustituye a la decisión, China y Estados Unidos juegan la partida real de la tecnología, la energía y la industria.
Cooperar no es acumular normas, es coordinar decisiones útiles y rápidas. Lo demás es administración del declive.
España y Asturias: espejo de una paradoja
En España, donde la trasposición normativa se aplica con celo y abundancia, el exceso regulatorio se convierte en tramitación interminable. En Asturias, región industrial y energética, el coste de la burocracia compite —y a veces gana— al coste de la energía. Proyectos que se eternizan, inversiones que dudan, talento que se exaspera. La paradoja europea en estado puro: predicar competitividad mientras se atan las manos.
Sin ejecución, la integración es un laberinto. Sin competitividad, la soberanía es una palabra hueca.
El mensaje tras el premio
Celebrar a Mario Draghi es recordar lo esencial: la cooperación europea exige eficacia, no devoción reglamentaria. Draghi representa la Europa que actúa; von der Leyen, la que administra. Ambas son necesarias, sí, pero la historia enseña que los proyectos políticos se hunden menos por falta de leyes que por falta de decisión. Europa, España y Asturias no piden más formularios; piden resultados.
Europa no necesita más reglamentos: necesita más Draghi. España y Asturias, también.
ENLACES RECOMENDADOS
- Fundación Princesa de Asturias — Mario Draghi, Premio de Cooperación Internacional
- El País — Draghi alerta: la inacción amenaza la competitividad y la soberanía
- Comisión Europea — Portal institucional
- Consejo de la UE — Política industrial europea
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Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED