“Los datos tienen fecha; las promesas, no. Mezclarlas es fabricar realidad virtual.”
La Nueva España celebra un “salto” de la industria de defensa en Asturias e incluye en ese mérito a a la futura planta de Indra en El Tallerón.
Pero el informe de PwC–TEDAE del ejercicio 2024, que el diario cita no puede recoger ese impacto. Sus cifras —212 millones de facturación, 300 millones de PIB e 3.257 empleos totales— describen el “ayer” medido, no el “mañana” deseado.
Lo que hace LNE no es ocultar la fecha del informe, sino vincular el fogonazo de Indra en El Tallerón a una realidad que no lo incluye.
Tal «desliz», en absoluto inocente, produce el efecto informativo contrario al que, tanto Escribano como La Nueva España, desean. Aumenta la sospecha de otra promesa destinada al incumplimiento.
Qué dice realmente el informe
El estudio de PwC delimita el alcance temporal: impactos de 2024. Por tanto, ni un empleo ni un euro atribuibles a la reindustrialización de El Tallerón (operación anunciada y tramitada en 2025) pueden deslizarse ahí.
Lo que hay detrás de esas magnitudes es el tejido que ya opera: la cadena de proveedores y, sobre todo, la principal industria de defensa existente en Asturias, GDELS–Santa Bárbara Sistemas (Trubia), con actividad reforzada y contratos en curso; junto a la rampa de Rheinmetall y el consorcio Tess Defence en la región.
LNE mezcla una burbuja con una realidad y esa es la mejor forma de validar aquella… en la pantalla de realidad virtual.
“El lector, que no tiene por qué saberlo, deduce que ‘ya cuenta’. No cuenta. Contará —si es que se materializa— en 2025–2026.”
El desliz… y la sospecha
El artículo de LNE funde dos planos: datos consolidados (2024) y expectativas (2025–2026). Ese maridaje es algo más que un descuido: convierte una fotografía estática en un video promocional.
Y el encuadre es útil a un relato oficial: “Asturias ya despega gracias a El Tallerón”. No. El informe mide el punto de partida; el eventual efecto de Indra sería, de no tratarse de una operación de inflado industrial, incremental y posterior.
Un inflado destinado a día de hoy, a favorecer la compra – pelotazo- de EM&E de Javier Escribano por la semipública Indra, presidida por Ángel Escribano.
Y sí, hay una forma sencilla y honesta de contarlo: “Asturias pesó en 2024 un 1,3% del total nacional (212 M€), impulsada principalmente por Santa Bárbara; a partir de 2025, la factoría de Indra en El Tallerón podría elevar ese peso si entra en producción si no fuera porque en su enorme nave aún no hay movimiento real”.
Informar es distinguir tiempos y autores del impacto. Santa Bárbara sostiene hoy el grueso del resultado; Indra no está aún en las tablas de 2024 y por lo que también sabemos, ni de 2025.
Cuando se mezclan números cerrados con anuncios por llegar, el periodismo pierde rigor y el público pierde referencia. Asturias no necesita titulares anticipatorios: necesita proyectos que produzcan y datos que cuadren. Y un ecosistema mediático que no confunda el parte oficial con el fact-checking.
Conclusión: el “impacto” de 2024 es, en esencia, mérito de Santa Bárbara. Incluir en el a El Tallerón es temerario y roza la inflación narrativa.
ENLACES
- informe-pwc-impacto-economico-social-tdae-2024
- GDELS–Santa Bárbara Sistemas (Trubia)
- La Nueva España – “El sector que surde n’Asturies…”

Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED