Foto de Museums of History New South Wales en Unsplash

A nadie sorprende ya que ADIF se descuelgue, vía prensa regional, con otro anuncio en el que retrasa la inauguración de la Variante por motivos de lo más variopintos. Una vez son las galerías de evacuación sin rematar, otras las pruebas de circulación o la revisión de los sistemas de control de tráfico. Nos levantamos un día con la catenaria funcionando pero por otro lado la fibra óptica está y sigue en pruebas hasta que otra entidad verifique y certifique su rendimiento. Un refuerzo de taludes por aquí, pantallas de protección acústica por allá, muros, excavaciones, bóvedas, pilotes, intercambiadores que cambian anchos de trenes e intercambiadores que cambian de ubicación… ¡Hasta helipuertos tenemos!

Cosas, cosas y más cosas que nunca jamás habíamos escuchado en otras obras pero que sirven para dar la sensación de que todos los retrasos acumulados son por algo, esa manera de meter en la cabeza del lumpen la idea de que tal infraestructura tiene que tener demoras porque, citando a la ex ministra Magdalena Álvarezes muy grande.

Cuando se hizo la Autovía del Cantábrico se comentaba alguna incidencia sobre deslizamientos de terrenos, filtraciones en alguna ría y poco más. Ahora conocemos hasta las fibras más oscuras de los túneles.

La Variante no abre ya porque a Barbón no le hace falta y, como buen vasallo, le pasa a su presidente Sánchez la tijera para que sea él quien corte la cinta por la que saldrán hacia la meseta los asturianos en tropel, ávidos de llegar desde Gijón a Madrid en casi tres horas y media y encima dando las gracias.

Qué tiempos aquéllos en los que Álvarez-Cascos reclamaba un AVE de primera para Asturias que nos llevaría en dos horas y cuarto a Madrid. Nadie se acuerda ya. Nos han anestesiado de tal manera que hasta una mala solución nos parece maravillosa.

Barbón ganará las elecciones y Asturias seguirá perdiendo su futuro. Sánchez intentará afianzar aquí ese tercer diputado que le suele dar la victoria regional en las generales pero que, si todo va según las encuestas prevén, se lo llevará el PP.

No parece buen día el 10 de diciembre para la cita electoral. El mosqueo del españolito por acabar de manera abrupta uno de los mejores puentes del año para ir a votar puede obligar a mover los comicios al 26 de noviembre.

Como la disolución de las Cortes se haría hacia finales de septiembre, ¿qué mejor manera que aprovechar el día de Asturias, o mejor dicho, el 9 de septiembre, para inaugurar la mayor infraestructura de las últimas décadas?

Veremos.