¡Qué semanas llevamos! Cuando lean este texto posiblemente Pedro Sánchez habrá prometido ya 85 millones de viviendas públicas, 17.000 euros al mes para el abono joven cultural, unos 800.000 millones para la FP dual, trifásica, cuatrifásica y polifásica, la protección de Doñana llegará hasta Baviera y la ministra que no tenía 3 másteres habrá elevado eso de la herencia universal hasta 200.000 euros, un piso con terraza en la ciudad que le jovenzuele escoja, un SUV híbrido enchufable, una plaza de empleo público de nivel A1 en la administración que desee, el single “Motomami” de su amiga Rosalía dedicado por la artista y, que no falte, una cuenta verificada en Twitter e Instagram, cortesía de sus amigos Elon Musk y Mark Zuckerberg a los que besa y abraza siempre que ve.
Nuestro apuesto presidente también creará empleo, dignificará las pensiones, consensuará reformas con la Comisión Europa y los sindicatos, dará un empujón definitivo a la sanidad… Enviará la primera misión tripulada a Marte, curará todas las enfermedades mejorando las terapias CART actuales, desarrollará ChatGPT 75, descubrirá tierras raras en la España vaciada… trascenderá el espacio y el tiempo, manejará como nadie las cinco dimensiones de Interstellar y desarrollará una más por si acaso y finalmente, si le da tiempo en otra legislatura, se sublimará hasta convertirse en alguien más poderoso que el Dr. Manhattan para hacernos felices cual Ingsoc orwelliano.
Una vez recuperado de tanta embriagadora promesa, volvía a lo mundano y, cómo no, a Adrián Barbón, buen vasallo de mal señor, últimamente de capa caída ante las posibles fugas de diputados que aquí y allí van surgiendo y que merman la seguridad con la que afrontaba el 28M.
Si su líder magnífico entraba en la batalla de los anuncios, cómo se iba a quedar él atrás.
Hecho.
El pasado 27 de abril anunciaba 20 millones para desestacionalizar e internacionalizar el turismo. También metió a calzador la palabra sostenible no vaya a ser que se le echen encima los de la agenda 2030… Volvió a repetir lo que dijo en el Aeropuerto cuando inauguraron las nuevas rutas turísticas de Volotea: “Cuando llegué al Gobierno, en 2019, sólo había quince rutas y una internacional. Este verano tendremos 29”, en su línea de patrimonializar los éxitos y repartir las derrotas.
Y dijo tonterías de esas de la agencia ideológica mundial: “No queremos un turismo que traiga a enemigos de los que viven aquí. Buscaremos el diálogo con la sociedad”. ¿Qué significa eso? ¿Viene gente a pegarse con nosotros, a atacarnos?¿Vais a decidir quién puede visitarnos? ¿No os dais cuenta de que si la gente viene es porque se encuentra a gusto en los alojamientos urbanos y rurales, disfruta de la gastronomía y del ocio, cuestiones ambas en las que no pintáis nada?
¿Qué méritos en el riesgo y la gestión que han hecho muchísimos pequeños empresarios turísticos pretendéis atribuiros? ¿Vais a mejorar la llegada de turistas con esas tonterías del diálogo con la sociedad o contra los enemigos? ¿En qué cueva vivís para no ver que la realidad turística de Asturias nada tiene que ver con el Mediterráneo o las Islas y por tanto no se puede afrontar desde la misma perspectiva? ¿No habrán cambiado los hábitos con la pandemia y el turismo nacional ha sido el gran beneficiado?
¿Y el papel de la crisis debido a la cual se gasta menos fuera de las fronteras y por tanto algo más dentro? ¿Dialogar con quién?¿Entre vosotros? Mentáis el AVE, las conexiones internacionales… Uno con lustros de retraso por vuestra culpa y las otras a la espera de un estudio serio de impacto porque sí, la gestión y evaluación de las políticas públicas es el paso necesario para saber si los millones invertidos han ido bien o mal.
Es fácil hacer promesas, es difícil cumplirlas, pero es vergonzoso que en plena campaña electoral hagáis el anuncio de las ayudas a los enfermos de ELA. Algo que podríais haber puesto en marcha hace tiempo lo dejáis para las elecciones autonómicas. El nivel de miseria en el que os movéis no tiene medida. Al menos en el periódico señalan que en Galicia ya está funcionando así que no hace falta que montéis un comité de expertos, designéis un director general o responsable de no sé qué o creéis un grupo intermultivariodisciplinar para desarrollar un protocolo que bla, bla, bla: ponedlo ya en marcha.
Y lo que nos queda por ver
Los hechos son los hechos, independientemente de los sentimientos, deseos, esperanzas o miedos de los hombres.