Ha muerto un gran pedazo de un buen trozo de la historia reciente de España. De su historia intelectual, de su historia polémica, con su españolísima presencia. Fue herético por vocación, practicante moderno de todos los senderos de Shiva, los de la mano izquierda, como él los nombraba. Afán político inclasificable, aunque haya quien en pleno alarde de estupidez le tilde de fascista.
Su monumental Gárgoris y Habidis. Una historia mágica de España me acompañó desde joven y aún releo por partes, sin que jamás llegara, es cierto, a impregnar mi sentido racional, a pie de terreno.
Me enorgullece en cierta medida que Sánchez Dragó hubiera tenido en cuenta a mi tatarabuelo el que fue maestro y cronista oficial de Astorga allá por la segunda mitad del siglo XIX, Matías Rodríguez. Lo hizo en su Gárgoris y Habidis en una mera referencia de otra y de otra. Para mí, suficiente. Me hubiera gustado conocerlo en persona y agradecérselo en nombre de Matías. Ahí va el párrafo y su cita:
«El arqueólogo don Julio Carro y Carro cita al historiador don Matías Rodríguez, que cita al canónigo don Pedro Junco, que cita al arcipreste toledano don Julián, para demostrar o insinuar que «viviendo aún en la tierra la madre del Salvador, mandaron los astorganos un comité en peregrinación devota a Palestina con objeto de rogar a la Divina Señora los tomase bajo su tutela y protección», y que «la Santísima Virgen, acogiéndoles con singular cariño, los llenó de consuelo y los despidió con mil bendiciones para los de la ciudad, a la que regresaron sumamente complacidos»».
Su último y muy hispánico servicio fue convencer a las partes que fueron protagonistas de la última moción de censura, de que lo fueran: Santiago Abascal y Ramón Tamames. Y salió bien.
Vivió exageradamente y él mismo lo dijo. Con esas sus palabras, siempre incesantes, lo dejo y me despido de él:
Español e hispanófilo. Comprometido con el renacer de España y con la máxima del pensamiento para la acción y con la acción para repensar. Católico no creyente, seguidor del materialismo filosófico de Gustavo Bueno y de todas las aportaciones de economistas, politólogos y otros estudiosos de la realidad. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y en Ciencias Políticas por la UNED